_
_
_
_
_

El 'Comanche' de Jim Cooney, con el español Pablo Arrate, gana su tercera Sydney-Hobart

El australiano Matt Allen, a bordo del 'Ichi Ban', diseño de Marcelino Botín vencedor en tiempo compensado se hace con la Tattersall Cup

El supermaxi 'Comanche' ganador de la 75º edición de la Rolex Sydney Hobar a su llegada a la meta.
El supermaxi 'Comanche' ganador de la 75º edición de la Rolex Sydney Hobar a su llegada a la meta.CARLO BORLENGHI (AFP)

El Cruising Yacht Club of Australia, organizador de la Rolex Sydney Hobart, proclamó este lunes a las 09:00 (hora española) al Comanche de Jim Cooney y Samantha Grant, vencedor en tiempo real, y al Botín 52 Ichi Ban de Matt Allen, ganador en tiempo compensado absoluto de la 75ª edición de la mítica regata.

El supermaxi Comanche, copatroneado por Cooney y Grant, se impuso en Hobart al cruzar la línea de meta en primer lugar a las 7.30 hora local del día 28 (21.30 hora española). La embarcación cubrió el recorrido de 618 millas náuticas (1.163 km) en 1 día, 18 horas, 30 minutos y 24 segundos, tras dominar la regata de manera incontestable. Esta ha sido su tercera victoria en la prueba (2015, 2017 y 2019). El magnate australiano de origen irlandés reconoció tras cruzar la meta que no olvidará en su vida los últimos 30 minutos de carrera. «Fue realmente estresante y ganar fue un alivio más que una alegría», Conney.

A bordo del barco ganador destacaba la presencia del español Pablo Arrarte Patán a la caña. A sus 39 años, fue olímpico en la clase Star en los JJ OO de Atenas 2004 (10º), campeón del mundo de la clase J y cuatro veces participante en la Volvo Ocean Race. Con esta victoria, el cántabro amplía su palmarés y ya luce tres títulos en cuatro participaciones en esta clásica prueba denominada por los australianos The Hell Regatta (La Regata del Infierno).

La carrera está considerada una de las travesías oceánicas más duras. Parte de la bahía de Sídney, desde donde la flota pone rumbo sur en paralelo a la costa de Nueva Gales del Sur y hacia el temido estrecho de Bass, un peligroso canal que separa el continente australiano de la isla de Tasmania, escenario de las historias más trágicas de la regata, La aproximación final a Hobart incluye pasar junto a las icónicas Organ Pipes, atravesar Storm Bay y remontar el imprevisible río Derwent, un tramo donde los favoritos suelen jugarse el triunfo al convertirse en un auténtico campo de minas por las encalmadas y las corrientes adversas.

El Comanche ganó la batalla del llamado Big Five, el enfrentamiento entre los supermaxi participantes. Con 100 pies de eslora (30,5 metros), el barco de Cooney y Grant, al que los aficionados conocen como El Portaaviones, fue el último de los cinco en abandonar la bahía de Sídney en la salida del pasado 26 de diciembre, eligiendo la ruta más alejada de tierra en el inicio del recorrido. Una decisión táctica que resultó determinante al navegar durante casi todo el recorrido unas 15-20 millas más al este que el resto de la flota.

La primera jornada la flota navegaba con viento popa y Comanche buscó el rumbo más favorable a su diseño, apartándose hasta casi 100 millas de la costa. A bordo sabían que al sur les esperaba una transición con poco viento, condiciones con las que es más lento que sus rivales. A media tarde del viernes cruzaba el estrecho de Bass navegando a 60 millas (110 km) al este de la Isla de Finders, en la costa noreste de Tasmania, mientras el grueso de rivales se encontraba 15 millas más al oeste. A partir de ahí, el barco de Cooney, empezó a virar al suroeste con vientos de componente norte-noreste de 20 nudos (38 km/h), a una velocidad punta de unos 24 nudos. Esto le dio una ventaja muy clara respecto a sus rivales.

Hacia las 3.00 hora local del día 28, llegaba a la entrada de la bahía de las Tormentas, para dirigirse al estuario del río Derwent, que debía remontar hasta llegar a la meta. La caída de la intensidad del viento dejó al barco parado en su ascenso hacia la meta. Su ventaja de 20 millas sobre el Infotrack de Christian Beck, quedó reducida a solo siete millas y parecía que la victoria se le iba a escapar, pero la brisa volvió y cruzó la meta en primer lugar. 45 minutos más tarde, llegaba el Infotrack con los españoles con los españoles Antonio Ñeti Cuervas Mons, Willy Altadill y Carlos Hernández entre su tripulación. Casi una hora después lo hacía el Wild Oats XI, con el español Juan Vila a bordo. Apenas un minuto más tarde, el SHK Scallywag; y 15 minutos después, el Black Jack.

El supermaxi Comanche ha quedado lejos del récord de la carrera que él mismo estableció en 2017 (1 día, 9 horas, 15 minutos y 24 segundos). En esta ocasión, la tripulación estaba formada por regatistas australianos, neozelandeses, estadounidenses y el español, que suman entre todos 153 presencias en la prueba (entre paréntesis, participaciones en la regata): Junto a Samantha Grant (2) y Jim Cooney (8), co-patrones y con el estadounidense Stan Honey (7) como navegante y Mike Sanderson (1) como táctico, han estado: James Cooney (4), Andrew Henderson (22), Daryl Wisland (5), John Hildebrand (14), Kyle Langford (2), Pablo Arrate (3), Tom Johnson (2), Sven Runow (30), Ryan Godfrey (13), Silas Nolan (17), E Hackney (1), J Cressant (1), Stuart Pollard (8), y Stu Bannatyne (12).

Tiempo compensado

El Ichi Ban, el barco del australiano de Matt Allen, finalizó en la undécima posición en tiempo real tras invertir 2 días, 6 horas, 18 minutos y 5 segundos en el recorrido. Tras aplicar su factor de compensación (1,403), el tiempo compensado absoluto ha sido de 3 días, 4 horas, 11 minutos y 5 segundos, no siendo superado por ninguno de los 157 competidores de esta edición.

El Ichi Ban (número uno en japonés) es un diseño de 15,85 metros de eslora del español Marcelino Botín, construido en los astilleros Longitud Cero de Burriana (Castellón) y botado en el verano de 2017 por encargo del magnate australiano. Dos meses después de su botadura, Allen le llevaba a su primera victoria absoluta en la Sydney-Hobart y ahora, en la que ha sido su 30ª edición como patrón, ha ganado de nuevo la mítica Tattersall Cup, trofeo para el vencedor en tiempo compensado.

Allen empezó a participar en la Sydney-Hobart en 1980 con solo 17 años. Tras el triunfo explicó que: "La gente ha tratado de emular lo que hemos hecho nosotros estos últimos años. No hay duda de que la alta competencia de esta carrera entre las embarcaciones de 45 a 55 pies (de 13,80 a 16,80 metros de eslora) es increíble ". "No encontrarás la competencia que tenemos en esta carrera en ningún otro lugar del mundo", señaló Allen

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_