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Revivo: “El futbolista israelí es como el español”

El exjugador del Celta pide que se respete a los futbolistas de su país en el partido contra España. “Sólo quieren estar en el campo, jugar y hacer disfrutar”

Haim Revivo antes de un partido con los veteranos del Celta el pasado mes de septiembre.
Haim Revivo antes de un partido con los veteranos del Celta el pasado mes de septiembre.EG

Jugó apenas cuatro temporadas en la Liga, en el Celta, pero dejó huella Haim Revivo (Ashdod, 1972), el primer futbolista israelí en jugar en España, seguramente el mejor de la historia de su país. En las horas previas al partido que enfrenta a la selección que defendió en 67 oportunidades contra la que dirige Julen Lopetegui hizo público un vídeo en el que trata de rebajar la tensión generada por el anuncio de varios colectivos de manifestarse, incluso durante el partido, por motivaciones que nada tienen que ver con lo futbolístico. “Era importante para mí hacerlo. En España siempre me han tratado muy bien y me duele que ahora se mezclen las cosas”, comenta desde su país a través del teléfono en un perfecto castellano. “Me gusta leer, escribir y hablar su idioma”, explica.

Pregunta. En el vídeo asegura que el lenguaje del fútbol debe ser el único que esté presente en un estadio.

Respuesta. Quería hacer un llamamiento y decir a quienes se quieran manifestar que les respeto, pero que lo hagan con los políticos y no ante los deportistas, que solo quieren estar en el campo, jugar y disfrutar y hacer disfrutar a la gente.

P. Los deportistas de Israel ya están acostumbrados a verse inmersos en este tipo de cuestiones. ¿Les resulta doloroso?

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R. Sí. Es como llevar algo limpio y que lo ensucien por algo que no tiene que ver con uno. Nadie olvida el atentado de los Juegos Olímpicos de Múnich en 1972 y es normal desplazarnos protegidos por un posible ataque terrorista, pero otra cosa es que la gente que no lo es venga al campo y nos chille por cuestiones políticas. Por eso les quiero pedir calma. Si quieren o no a Israel eso no importa en un partido de fútbol. Cuando jugaba en Turquía había estadios en los que cuando jugaba yo había banderas palestinas o retratos de Arafat. Y yo me preguntaba que tenía que ver con esas cosas. Vale, soy israelí, pero si quieres decir algo vete a contárselo a los políticos que son los que entienden del tema, no a mí que soy un futbolista y solo quiero jugar, abrazarme al rival al acabar el partido y agradecer a la gente que venga a vernos y se lo pase bien. Debemos separarlo totalmente.

P. ¿Si hablamos de fútbol qué Israel veremos en Gijón?

R. Un buen equipo, pero no podemos pensar en ganar a España. Sólo si sale un día perfecto. Las cosas han cambiado en los últimos meses para el equipo porque jugadores que estaban a buen nivel llegan ahora en peor situación. Tomer Hemed ha perdido la titularidad en el Brighton, Zahavi está en China y acaba de empezar el campeonato, Refaelov, que juega en el Brujas, estuvo lesionado. Quizás sea el momento de confiar en los jóvenes para que ganen experiencia.

P. Tienen menos futbolistas de nivel en el exterior que hace unos años. ¿Cuál es el motivo?

R. Le diré tres. Entre los 18 y los 21 años deben hacer el servicio militar y no pueden salir del país mientras jóvenes de su edad de otros países maduran en equipos europeos. Además ocupan plaza de extracomunitarios. Y en las categorías inferiores todavía tenemos mucho que mejorar.

P. ¿Es peor selección la actual que la que jugó la repesca de la Eurocopa del 2000 o casi se clasifica para el Mundial de 2006?

R. Sin duda. Aquella fue la mejor época de nuestro fútbol, con más de una docena de jugadores en el extranjero y triunfando. Ahora los que pueden progresar juegan contra rivales flojos en nuestra liga y cuando salen se nota. Aún así ganamos en Macedonia y Albania y contra Italia perdimos, pero merecimos más. Tenemos un equipo con futbolistas rápidos, que salen bien al contraataque. Es gente que además puede que no sea brillante, pero tiene mucho carácter y por ahí pueden hacerle daño a España.

P. ¿Es esa la característica principal del fútbolista israelí?

R. No. Es más como el español, técnico, rápido, con poco físico. Por eso sufrimos bastante en defensa.

P. ¿Son un país futbolero?

R. Hay mucha pasión por el fútbol, pero somos un país pequeño, apenas 8 millones de habitantes, muchos de ellos religiosos. No se invierte mucho dinero en el deporte. Justamente llevo un tiempo colaborando con la federación para tratar de consolidar un programa que forme a futbolistas jóvenes. Estuvimos hablando con Ángel Villar en Las Rozas y hace unos meses quisimos fichar a Fernando Hierro, pero no disponíamos de mucho presupuesto.

P. Usted fue un pionero. ¿Por qué vino a jugar a España?

R. Iba a ir a Inglaterra, pero en el Celta vieron un video mío, fui a conocer la ciudad y me quedé. La española fue, es y será la mejor liga del mundo porque se disfruta de la esencia del fútbol que es hacer que la gente que está en la grada se lo pase bien.

P. ¿Disfrutó usted en aquel Celta?

R. Muchísimo. Aquello fue como tener un limón y hacer una limonada. Había la materia con jugadores que llegaron en año y medio de diferentes sitios, que solo pensábamos en mantener la categoría y de pronto nos vimos líderes y haciendo el mejor fútbol del campeonato. Había limones, pero se supieron mezclar para hacer algo muy sabroso. Y en Vigo me trataron de maravilla, como en todos los campos de España.

P. ¿Por qué se retiró con apenas 31 años?

R. Tenía muchos negocios en Israel y jugaba en el Galatasaray turco. Mi mujer dio a luz y en el club no me dejaron viajar para asistir al parto. Ahí pensé que era el momento de volver a casa porque tampoco me quería retirar cuando estuviese en la cuesta abajo. Ahora llevo varias compañías inmobiliarias y ayudo en ese trabajo para poder gestionar mejor el fútbol base.

P.¿Cómo es Israel?

R. Es un país pequeño que esté en medio de los vecinos árabes. En las fronteras hay mucha seguridad, pero dentro vivimos súper bien, como en España, cada persona con sus problemas, cada uno con su vida. La mayoría de la población llegó desde otros países a partir de 1948, mi familia lo hizo desde Marruecos, así que podemos decir que somos una nación aún en construcción en la que cada uno trajo sus costumbres, pero cada vez la mezcla es mayor y creo que eso es muy bueno. Somos un país respetuoso con los visitantes y con unas playas impresionantes. Mis amigos españoles sentían temor por venir, pero cuando lo hacen se sorprenden porque no ven policias ni militares por las calles, se sienten igualmente seguros y a gusto. Cada vez recibimos a más gente.

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