El peor Madrid gana al Sporting de Gijón
Los de Zidane las pasan canutas ante un buen y valiente conjunto asturiano
De un partido muy mal jugado también sacó provecho el Madrid. Así es este Real, ganador cuando fluye, como ante el Atlético, y cuando es un borrón, como en Lisboa y, más aún, ante el otro Sporting. Con Cristiano de machote en dos guantazos y nada más, el conjunto de Zidane las pasó canutas frente a un rival que no solo tuvo dignidad y corazón, sino fútbol. A cada equipo hay que medirle por su cesto, por lo que tiene, y en Chamartín el Sporting lució más que un opaco Madrid, al que tuvo en vilo por su buen hacer y el despropósito ajeno. Cop falló un penalti con el 2-1 y los blancos sellaron ir al Camp Nou con cuatro puntos de ventaja como mínimo. El Madrid gana más de lo que juega, pero encadena 31 duelos sin perder. Es su misterio.
El Madrid se puso en ventaja antes de merecerlo. La había tenido el cuadro visitante a los tres minutos, en la primera modorra madridista. No lo aprovechó Carmona, y al siguiente parpadeo Sergio Álvarez anudó de mala manera a Lucas Vázquez dentro del área: bingo para Cristiano tras un penalti sin discusión. Un azote iniciático para un equipo gijonés que llegó a Chamartín con dos puntos logrados de los últimos 27, una deriva inquietante para los muchachos de Abelardo. Visto el desplome, el técnico asturiano corrigió la alineación y el sistema.
En una sobremesa evocadora de las tardes pluviales de El Molinón, aunque ya con drenajes contra el barro, en Gijón y en Madrid, el Sporting quiso blindarse con un 5-4-1. Pero una montonera de centinelas no siempre es una garantía. Lo comprobó el cuadro rojiblanco, que se tragó el segundo tanto con un cabezazo de Cristiano liberado de amarras. A Amorebieta le pilló con la caraja un centro estupendo de Nacho. El madrileño, hasta este curso suplente de profesión, lleva una temporada honorífica. Ya no solo cumple con sus distintas faenas. Hoy clava golazos como el de la Copa en León o asiste como el mejor, incluso como lateral izquierdo y con la zurda. Nacho es futbolista para todo y su progresión ha sido proporcional a su mayor frecuencia de juego. En este Real Madrid ya no es un recluta de relleno, sino un guardián de primera línea, por más que se enredara en el penalti para el Sporting. Su única tacha recordada.
El 2-0 hizo pensar que el partido estaba liquidado en menos de veinte minutos. Tras una semana exigente, con el paso por el Calderón y el paréntesis de dos Sporting rumbo al Camp Nou, el Real tenía el choque a su antojo. Deprimido el adversario, todo inducía a una jornada de aliño, baño y masaje. Un espejismo, el mundo al revés: no se amilanó el Sporting y se espantó el Madrid.
De forma inopinada, el equipo de Zidane se fundió con todo a favor
De forma inopinada, el equipo de Zidane se fundió con todo a favor. Los errores fueron constantes, con pérdidas y más pérdidas, incluso de fiables como Modric. No había quien diera hilo al equipo, más pendiente de cazar alguna contra que de manejar el juego. Un guiño para el Sporting, que se sintió cómodo, sorprendido por tanta soltura ante semejante rival. Poco a poco, con Douglas, que no pareció el extraviado lateral que llegó y salió del Barça por la gatera, e Isma de remeros por los costados y Carmona y Cop como agitadores de los zagueros blancos, el conjunto de Abelardo se abrochó de maravilla al partido. De su impulso y fe llegó el tanto de Carmona, que definió de maravilla un centro de Isma.
Perturbado, el Madrid ni siquiera tuvo la reacción esperada tras el descanso. Benzema se quedó a un palmo de bajar el telón, pero su cabezazo cayó a los brazos de Mariño. A partir de ahí, todo le fue a peor al Madrid, con el equipo partido, desnortado, sin agarraderas. No aflojó el Sporting, que llegó a tener a los locales con diez jugadores por detrás del balón, atrincherados. La hinchada torció el morro, lo mismo que Zidane, atribulado ante lo que veía. Aquel Madrid nada emparentaba, ni por lo más remoto, con el que hace una semana sacudió el Calderón. Entraron Isco y Asensio, enhebrados junto a Modric para dar tertulia a la pelota y desinflar al contrario. Se fue James, bullicioso al inicio y desinflado muy pronto. Pero nadie cambió el guion y el Sporting, bien articulado, sin un pelotazo grosero, empotró al Madrid hasta que Nacho atropelló a Víctor. Cop, a tiro de la gesta gijonesa, mandó el balón a la grada. Aún la tuvo Cases, pero el Sporting se quedó en la orilla, en un partido al que salió con los dedos cruzados para evitar un chaparrón que le afligiera aún más y del que se fue maldiciendo el patadón de Cop. Al Madrid solo le quedó el alivio. No le dio para más.
Descanso para los laterales titulares
“Necesitamos recuperar las energías”, dijo Zidane después de los exigentes partidos contra el Atlético (victoria por 0-3) y el Sporting de Lisboa (victoria por 1-2). Ayer en el Bernabéu, contra el Sporting de Abelardo, dio descanso a los laterales titulares. Marcelo, que esta temporada lleva 13 partidos y 1.136 minutos, empezó desde el banquillo y solo jugó los últimos 20 minutos (el sábado el Madrid visita el Camp Nou). En el once inicial le sustituyó Nacho, que esta temporada ha ocupado todas las zonas de la defensa.
El recambio natural de Marcelo es Coentrão, pero apenas se puede contar con el portugués, quien cada vez que juega sufre recaídas musculares. Zidane le dejó fuera de la convocatoria por problemas en el aductor. “Ha tenido mala suerte, me hubiese gustado que tuviera minutos en este partido de Liga”, dijo el técnico el viernes. Lo decía para que se resarciera del error que cometió en Lisboa en la Champions (tocó el balón con la mano dentro del área mientras protestaba con el brazo en alto). Le defendió Zidane diciendo que son cosas que pasan en el fútbol y que Coentrão fue demasiado duro consigo mismo cuando dijo que había sido un error muy grave, que no estaba jugando bien y que tenía que trabajar más para jugar en el Madrid. Error aparte, el lateral siempre sufre molestias musculares que le impiden convertirse en un recambio para Marcelo.
Carvajal (16 partidos y 1.404 minutos) también descansó y su banda la ocupó Danilo, que no jugaba desde el partido contra el Alavés.
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