“Y si fueran en Siria, también iría”
Los deportistas olímpicos españoles no temen tanto el mosquito y el Zika como la violencia y la delincuencia de Brasil. Alejandro Blanco: "No voy a arriesgar la salud de nadie"
Desde hoy, miércoles, hasta el viernes, Carlos Nuzman, presidente del Comité Organizador de Río 2016, se examina en Lausana ante el duro tribunal del Comité Olímpico Internacional (COI), donde el virus Zika no forma parte de la lista de preocupaciones más importantes. No parece que la petición de casi dos centenares de científicos de retrasar los Juegos hasta que se controle el virus pueda tener ningún eco en la ciudad suiza.
A dos meses del comienzo de los Juegos, más que el mosquito al que temen los deportistas y los expertos en salud pública, al organismo presidido por el alemán Thomas Bach le alarma más el retraso de algunas instalaciones, como el aún inacabado velódromo; la crisis política interminable, o la cuestión del dopaje, epígrafe que incluye el reanálisis de las muestras de Pekín 2008 y Londres 2012, el problema ruso aún no resuelto y la inevitable lista de escándalos que se espera.
Alejandro Blanco: "No voy a arriesgar la salud de nadie"
El presidente del Comité Olímpico Español, Alejandro Blanco, se ha mostrado confiado en que los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro se desarrollen en agosto con total normalidad pese a la amenaza del virus Zika, ya que es “un tema muy serio” sobre el que ha afirmado que “nadie puede permitirse el lujo de cometer un error” y que cumplirán las recomendaciones a rajatabla.
“Dentro de pocos días anunciaremos más medidas para que los deportistas estén seguros. Para mí lo primero es la salud y segundo la seguridad, a partir de ahí si hay resultados es otro tema. No voy a arriesgar la salud de ninguno. Es un tema muy serio y nadie puede permitirse el lujo de cometer un error”, comentó el máximo representante de los olímpicos españoles tras la presentación de las nuevas equipaciones para los Juegos.
A los deportistas españoles, sin embargo, les preocupa más el Zika y, sobre todo, las noticias de caos y violencia que llegan de Brasil, miedos que, de todas maneras, colocan en segundo plano.
“Entiendo lo que dijo Pau Gasol y sus dudas para ir a Río”, dice el marchador Álvaro Martín, ya seleccionado para los 20 kilómetros. “A mí el Zika me preocupa, pero son unos Juegos Olímpicos, lo más grande que me puede pasar, la competición para la que me he preparado durante cuatro años, y en ningún momento me plantearía no ir. Aunque fueran en el lugar más peligroso del mundo, en Siria, también iría”. Y como el joven atleta extremeño, otros de los que hicieron de modelo en el desfile de la ropa olímpica también mostraron su preocupación. “A mí me preocupa más la delincuencia y la contaminación del agua”, dice el piragüista Marcus Cooper. “Pero claro que iré”.
El que Gasol hiciera públicas sus preocupaciones y dudas ha causado malestar en los dirigentes deportivos españoles, que ayer se reunieron en el Comité Olímpico Español (COE). “Durante la reunión hemos hablado del tema, y no entendemos que Gasol haya contribuido a generar alarma”, dice uno de los presidentes de federación asistentes. “Habría valido con que dijera que no podía ir sin explicar más”.
Tanto los dirigentes como los médicos repiten continuamente que el Zika, siendo un problema serio, no es tan grave y que con las medidas de precaución ya recomendadas —uso de un buen repelente de insectos, manga larga, ventanas cerradas, uso del condón en las relaciones sexuales— pueden ser controlados los riesgos de sufrir una infección para la que no existe vacuna.
Medidas de precaución
La enfermedad del Zika no es grave salvo en el caso de mujeres embarazadas, ya que la extensión del virus está asociada a un aumento de casos de microcefalia en los fetos afectados. Los especialistas les recomiendan no viajar a Brasil, y también a las mujeres que esperen quedarse embarazadas así como a los varones que quieran tener hijos con sus parejas varios meses después del viaje, ya que el virus que transmite el mosquito aedes aegypti se contagia también a través de relaciones sexuales. También preocupa a las autoridades sanitarias que los turistas y espectadores que acudan desde lugares libres hasta ahora del virus lo lleven consigo cuando vuelvan a sus países después de los Juegos y allí lo transmitan. “A mí, no me preocupa el Zika tanto por mí como por pegárselo a mi familia, a mi madre, a mis hermanas...”, concluye Álvaro Martín.
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