Marcel Granollers, un calvario como el de Nadal
El tenista catalán se enfrenta al mallorquín tras remontar una caída hasta el 98º lugar del ranking
Marcel Granollers no plantea un caso extraño. Muchos jugadores han pasado por el infierno de comprobar cómo, casi sin darse cuenta, su clasificación va cayendo hasta quedar en las antípodas de su calidad real. Le ocurrió durante los dos últimos años a Rafael Nadal, que no conseguía ofrecer lo mejor de su juego y sufrió una caída en la clasificación que, dada su calidad, se frenó en la décima posición entre junio y julio del año pasado. Le había ocurrido mucho antes al mítico Andre Agassi que se rehízo dos veces tras sucumbir por encima de los 100 primeros del mundo. Y la pasada temporada, Granollers pasó por el mismo calvario y su ranking bajó hasta el 98º en febrero de 2016.
En su debut en el Open Banc Sabadell, que anunció a última hora las bajas de última hora de David Ferrer y Richard Gasquet -el primero por el sóleo y el segundo por una contractura en la espalda-, Granollers confirmó su recuperación y superó al madrileño de 34 años Daniel Muñoz de la Nava por 6-4, 6-3, quien tras toda una vida luchando por estar entre los 100 mejores del mundo lo consiguió al final de la pasada temporada, lo que le ha permitido entrar directo en algunos cuadros del circuito. Para Granollers era un partido importante, porque venía de lograr el mejor resultado de la temporada –cuartos de final- en el Masters 1000 de Montecarlo y debía confirmar que aquello no fue flor de un día. Algo parecido a lo que le está ocurriendo a Rafael Nadal que, tras ganar en el Principado, busca ahora reafirmar su buen juego con su novena victoria en Barcelona. Su duelo del miércoles en la segunda ronda ofrecerá muchos alicientes para el análisis.
“Creo que Rafa llega en un gran momento y con mucha confianza. No puedo esperar nada más que su mejor versión contra mí”, comenta Granollers, ahora 50º mundial. “Vi algunos de sus partidos y está a un nivel altísimo. Como gran jugador que es, ha demostrado que puede sacar lo mejor de si mismo en cualquier momento. Si alguien quería enterrarle, se ha equivocado. Es un tenista especial, capaz de reinventarse una y otra vez porque tiene un talento incuestionable”.
Tal vez Granollers no sea un jugador tan especial. Pero su tenis le permitió alcanzar la 19ª posición mundial en julio de 2012 y durante los años siguientes se movió asiduamente entre los 30 y los 50 mejores del ranking de la ATP. No es nada desdeñable. Al contrario. Porque mantenerse en este nivel le supuso un esfuerzo notable y, más, cuando en casi todos los torneos disputaba individuales y dobles. Su doble con Marc López le concedió 10 títulos y una de las mayores satisfacciones de su carrera: ganar el Masters en 2012.
Sin embargo, el año pasado los resultados comenzaron a serle esquivos. No lograba ganar partidos que, en condiciones normales, debía superar. Y, casi sin darse cuenta, su clasificación fue cayendo de forma inexorable. Tocó fondo en febrero de este año, cuando su ranking estaba en el puesto 98º. “La confianza es básica para cualquier tenista y yo la perdí”, confiesa Granollers. “Encadené demasiados resultados negativos y comencé a generar dudas. Tu cabeza no para de dar vueltas a la idea de que debes resolver el problema. Y eso crea ansiedad y pérdida de confianza. Llega un punto en que no sabes cómo responderás cuando entres en la pista”.
Encadené demasiados resultados negativos y comencé a generar dudas. Llega un punto en que no sabes cómo responderás cuando entres en la pista Marcel Granollers
La respuesta de Marcel Granollers fue ¡trabajar más! “Paré a finales del año pasado, pude descansar y mentalizarme de que aquello solo se resolvería con trabajo”, explica. Su carrera profesional cambió en muchos aspectos. Cambió de entrenador y abandonó el doble con Marc López. “Sé que Fernando Vicente me ha aportado mucho en los años que estuvimos juntos, pero creímos que había llegado el momento de coger nuevos caminos. Ahora trabajo con Josep María Arenas. Y lo mismo ocurrió con Marc. Llevábamos cuatro años jugando el doble y habíamos obtenido unos resultados increíbles incluso para nosotros. Pero necesitábamos un break. Y decidimos dejarlo. Él hace ahora pareja con Feliciano López y yo con Pablo Cuevas. Eso no significa que no volvamos a jugar juntos. Es más, creo que dentro de un mes lo haremos”.
La caída de Granollers había sido importante. Hasta el punto de que tuvo que buscar puntos en varios torneos ‘challenger’ que disputó. Ganó uno de ellos en Dallas. Jugó la segunda ronda en Miami y en Montecarlo tuvo suerte, porque perdió en la última ronda de la fase previa ante Dani Gimeno, pero fue recuperado para el cuadro principal gracias a la baja de David Ferrer. “Fue un regalo, una segunda oportunidad con la que ya no cuentas, y creo que eso me permitió jugar tan relajado”, confiesa el barcelonés. “Jugué bien ante Zverev, pero creo que contra Goffin –octavos de final- desarrollé el mejor tenis de todo el año. Y aquella victoria me dio mucha confianza”.
La recuperación de Granollers es una evidencia tan clara como la de Rafael Nadal. Los dos han entrado en una dinámica ganadora. Pero en la segunda ronda del Open Banc Sabadell uno de ellos perderá. Hasta ahora, el mallorquín ha ganado los tres enfrentamientos previos y Granollers no le ha arrebatado ninguna manga. “Solo aspiro a dar lo mejor de mí mismo”, confiesa el barcelonés, de 30 años. “Lo demás ya se verá”.
Roberto Bautista, número 17 del mundo y cabeza de serie número 5 del torneo, perdió por 6-2, 6-7 y 6-3 en la segunda ronda ante el ruso de 19 años Karen Khachanov. Pupilo de Galo Blanco y número 138 del mundo, Khachanov superó la fase previa del torneo barcelonés. En primera ronda, destacaron las victorias de Pablo Carreño sobre el uzbeko Denis Istomin por un doble 7-5, y de Albert Ramos sobre Jaume Munar por 6-3 y 6-2. El húngaro Marton Fucsovics se impuso al letón Ernests Gulbis por 5-7, 6-4, 6-1.
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