La España más individual

El rostro y el tono de Vicente del Bosque en la zona mixta de Cluj denotaban un punto de seriedad más alto de lo habitual. El balance de los amistosos en Italia y Rumania son dos empates, un solo gol a favor y la sensación de que España no se reconoce con la pelota. “Esperábamos algo más y no nos debemos conformar con lo que ha sucedido. Nos ha faltado profundidad, sobre todo por las bandas, y algo de velocidad de balón”, analizaba el seleccionador.

En las palabras de Del Bosque se adivinó la nostalgia de Busquets e Iniesta, los dos jugadores que, tras la retirada de Xavi, más interiorizado tienen el estilo. El técnico asegura que sí hay recambio para ellos desde la obligación de defender el fondo de armario del que dispone, pero también admite el grado de imprescindibles de uno y otro. “Creo que esto va a mejorar mucho, creo no, estoy seguro, cuando esté Iniesta, Busquets, y alguno más”, defiende. No explicitó Del Bosque quién es ese uno más, pero si se refería a los más habituales que no estaban en esta convocatoria hay tres nombres encima de la mesa, Cazorla, Diego Costa y Carvajal. En el tema de la profundidad, las bandas apenas han existido ni con los laterales, ni con los extremos.

Las estadísticas del partido con Rumanía aumentaron la posesión del balón (66%), respecto al de Italia, pero la mayoría de los jugadores señalados para tenerlo o hacer daño con él estuvieron muy imprecisos y poco desequilibrantes. Silva perdió 13 balones, Pedro 12, Koke e Isco 10 y Nolito seis, estos dos últimos en apenas cuatro minutos. “Ojalá lo recuperemos y vuelva a ser el Isco que todos conocemos”, apuntó Del Bosque cuando fue preguntado por el madridista.

Máxima fiabilidad en la portería

En dos partidos, el seleccionador apenas ha podido destacar matices del juego colectivo. Ha habido más elogio para actuaciones individuales que para los globales. De la portería se va con la sensación de que los dos pueden valerle sea cuál sea la decisión que tome en vísperas del debut en la Eurocopa el próximo 13 de junio ante la República Checa en Toulouse. En los casos de Bartra y Nacho se expresa en términos de fiabilidad y determinación. De Aduriz dijo que “se adaptará bien a nuestro estilo”, en lo que parece un guiño para el futuro. En su análisis de las prestaciones del delantero del Athletic también se destapa la sensación de que el juego no estuvo al nivel esperado: “Aduriz necesita del equipo para sacar más provecho de sus cualidades”. El mismo apunte a futura presencia en la Eurocopa de Aduriz si mantiene el nivel goleador de aquí al final de temporada puede derivarse del discurso del cuerpo técnico con Morata: “El poco rato que ha estado en el campo contra Rumanía ha mostrado fuerza y sus cualidades. Se le nota fresco, ha estado muy metido, Bartra también ha hecho mostrado algo parecido”.

Casualidad o no lo cierto es que las individualidades que han destacado por encima del resto corresponden a posiciones y jugadores que se están jugando el puesto o su inclusión en la lista. Allí donde están desatadas esas batallas, la titularidad de la portería, en una plaza entre los centrales o en qué delanteros acuden y juegan ha aparecido el brillo individual. En una selección tan acostumbrada a desempeñarse de forma coral es preocupante que haya poco que destacar colectivamente.

El fantasma del Mundial de Brasil ha revivido en estos dos partidos en términos de estados de forma. La temporada de la mayoría de los internacionales no es excelsa y de fondo aparecen los nombres de Bruno, Saúl, Bellerín o Lucas Pérez como acreedores de un lugar en la Eurocopa ante el rendimiento plano de algunos de los más habituales. Puede que las fechas, por la proximidad del clásico y la Champions, hayan remitido en la cabeza de los internacionales, como apuntó Cesc en Udine. Pero también como dice Del Bosque, que se esperaba algo más. España es la vigente campeona de Europa y en estos dos partidos no ha defendido esa condición.