Al Espanyol le basta con media hora de Caicedo para remontar al Athletic

Hay victorias que se festejan con el alma porque traen copas; otras, en cambio, se celebran con alegría porque traen paz. Así se festejó el triunfo del Espanyol sobre el Athletic en el RCDE Stadium, un alivio para la sufrida hinchada blanquiazul, que ve como su equipo se aleja a siete puntos de la zona de descenso. Aunque todavía con la emoción de su clasificación para los cuartos de final de la Liga Europa, el Athletic atacó de entrada al Espanyol. Reaccionó el cuadro de Cornellà que, necesitado de fiereza, tiró de la cabeza de Diop y de la zurda de Caicedo. Media hora con el ecuatoriano en el campo fue suficientes para que el Espanyol levantara el ánimo y comience a ilusionarse con el Proyecto Rastar Group, que según Sánchez Lllibre arrancará con todo el curso que viene.

La casa del Espanyol es tierra adversa para el Athletic; imposible para los rojiblancos vencer al cuadro blanquiazul en su casa, un fortín de donde no se llevan los tres puntos desde la temporada 1997-1998. Galca, preocupado por el juego aéreo del Athletic, sentó al lateral y capitán Javi López para acomodar en el ala derecha al central Álvaro. Valverde le contestó con el balón a ras del suelo. Con las piernas gastadas, tras el partido europeo del jueves ante el Valencia, cuidó a Beñat, San José y Raúl García y en su lugar alineó a Iturraspe, Mikel Rico y Eraso. De arranque no le salió mal a Valverde, porque acorraló a un tímido Espanyol, quizás demasiado pendiente de la zona roja de la tabla.

El partido amaneció en el campo del Espanyol y murió en el del Athletic. Buscó el conjunto vascoc tocar la pelota en una zona de alto tráfico con el trivote del Espanyol, que tanto resultado le había dado a Galca en los últimos partidos. El tablero lo rompió Eraso. Duarte, el central que llegó en el mercado de invierno para despertar a la zaga blanquiazul, se durmió en el área, tierra para espabilados, y el centrocampista navarro no perdonó. El Athletic jugó y atacó en la primera parte.

El Espanyol solo atacó en la segunda. Los blanquiazules dependen de la rebeldía de Gerard Moreno, de la pimienta de Hernán Pérez o de la calidad de Asensio, insulso ante el Athletic, quizás aquejado por sus molestias en el pubis, reemplazo por Caicedo. El ecuatoriano le lavó la cara al Espanyol, principio y fin de la levantada blanquiazul. Aunque los de Cornellà amenazan a Iraizoz con el vértigo de Moreno, Pérez y Caicedo, fue Diop en una jugada de estrategia (segundo gol a balón parado de la temporada) el que firmó el empate, con un testarazo tras un saque de esquina de Abraham. Ya había reculado en el campo el Athletic y el Espanyol se animó. Sobre todo, cuando compareció el 20 y Moreno encontró el socio que le faltó con Asensio. Y entre el heredero de Tamudo y Caicedo desvencijaron a la defensa rojiblanca. Entre los dos la armaron el segundo gol del Espanyol: pase de Moreno para Caicedo, y gol del ecuatoriano, que se confirma como el pichichi blanquiazul (7).

Al Espanyol solo le bastaron 30 minutos de Caicedo. Entró, marcó y salió. Lesionado, el ecuatoriano se resintió de las molestias en los isquiotibiales de la pierna izquierda. En cualquier caso, fue suficiente para el cuadro blanquiazul. Valverde miró al banquillo y mandó al campo al Beñat y Raúl García. Volvió al ataque el Athletic. Pero esta vez con más ímpetu que fútbol. Resistió el Espanyol. Una vez más. Y se aleja de la zona del descenso, mientras el Athletic se queda en la zona noble, todavía con el sueño de llegar a la Champions.