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El mejor Barcelona contra el peor Valencia

El equipo azulgrana completa una gran exhibición ante un rival perdido. Tres goles de Messi y cuatro de Luis Suárez dejan resuelta la semifinal

Messi y Suárez celebran un gol.Foto: atlas | Vídeo: Vicens Gimenez / ATLAS
Ramon Besa

El Barcelona rompió a jugar al fútbol el día menos previsto, en el partido seguramente más inesperado y contra un rival que causaba una cierta indiferencia como es el Valencia. Hubo un momento en que incluso pareció que se iba a jugar un encuentro furtivo porque apenas acudieron 60.000 aficionados al Camp Nou. Una floja entrada para un gran partido del Barça. No conviene menospreciar nunca un partido de Copa. Reapareció la mejor versión azulgrana después de varias jornadas de resistencia en la Liga.

Al Valencia le cayó un saco de goles: 7-0. Hoy es un equipo espantoso, desestructurado y depresivo, víctima del tridente del Barça y de la majestuosa actuación de Busquets. Alrededor del medio centro, los azulgrana tejieron un partido exquisito, lleno de detalles preciosos, animado en la grada por las chuflas hacia Cheryshev, protagonista en su día de la eliminación del Madrid. Todo fueron calamidades para el Valencia, abatido por cuatro goles del martillo Suárez y tres del sutil Messi.

La única noticia que hubo de Neville fue cuando cantó la alineación y se supo que el Valencia formaría con cuatro laterales: Barragán y Gayà y, como falsos interiores, Cancelo y Siqueira. El técnico había doblado las bandas, interesado en reforzar el fútbol exterior, un plan parecido al del Deportivo cuando empató en el Camp Nou. A pies del Valencia, en cambio, el despliegue pareció muy improvisado, fácil de descifrar para el Barcelona. La táctica sirve de poco cuando toca bien el Barça.

Apenas habían pasado diez minutos y Suárez ya había contado dos goles: perdió la pelota André Gomes ante el acoso de Neymar y la veloz transición del brasileño la cruzó el 9 a la red después de un buen control: 1-0. El uruguayo repitió habilitado por Aleix Vidal, que le dejó el cuero a pedir de boca después de un pase largo antológico de Busquets, el rey del mambo en un artístico Barcelona, muy a gusto en una cancha fría porque hubo muchos claros en las gradas del Camp Nou.

El espectador del partido fue el Valencia, perdido en el campo

El espectador el partido fue el Valencia, perdido en el campo, excesivamente tierno, desorganizado y poco trabajado y vencido ante el plantel de Luis Enrique. Nunca pudo contener a un pletórico Barça. El monólogo azulgrana fue tan rotundo que incluso tomó las dos únicas tarjetas cuando se llevaba media hora: Iniesta y Piqué. Los barcelonistas mezclaban la pausa con el vértigo, la elaboración con la recuperación, el juego en corto con los cambios de orientación, insaciables ante el Valencia.

Quizá pesaba en el Barça el empate de la Liga en Mestalla. Hacía días que no se advertía un equipo azulgrana tan fluido y de juego continuo, reconocible por su fútbol de posesión, posición y presión, rápido en defensa y virtuoso en ataque, tanto que por momentos se recreó con exceso, seguramente porque Messi y Neymar no tienen el instinto goleador de Suárez. Hubo una jugada en que se contaron hasta cuatro caños para que finalmente interviniera Mustafi. Acto seguido llegó el 3-0.

La acción fue prodigiosa por rápida, plástica y sincronizada porque se juntaron la concepción de Busquets, el desequilibrio de Iniesta, la intervención de Neymar, el espacio generado por Suárez y el tiro de Messi. Tanto se gustaba el Barça que el 10 acabó por hacer de 9, el 9 de 10 y el 9 de 10 y de 11. Así se explica que Messi mandara al larguero una pelota que era gol o gol y que Neymar fallara su cuarto penalti sobre siete después del estupendo escorzo de Mustafi.

No pareció penalti y, sin embargo, el árbitro no solo pitó la pena máxima sino que expulsó al central y dejó al Valencia con 10 y un marcador a cuestas de 3-0. La contienda se convirtió en un calvario para los muchachos de Neville, incluso cuando salió Cheryshev, sin duda el futbolista más interesante del club de Mestalla. Nadie pudo defender en cambio a los goleadores del Barça, fresco y agradecido por recuperar las mejores sensaciones, agrandado por la superioridad numérica, agitado por Neymar.

Los tantos fueron cayendo sin remisión en el portal de Ryan. El 4-0 de Messi estuvo precedido de un taconazo de Suárez. El 10 no perdonó un error de Parejo en el 5-0. Suárez cabeceó un centro al segundo palo de Messi: 6-0. Y cerró la cuenta el uruguayo, asistido por Arda. Faltó el tanto de Neymar para cantar mambo en el Camp Nou. Aturdido por el penalti, el brasileño estuvo tan virguero como Messi y rompedor como Suárez. La exhibición fue más coral que nunca, el juego de equipo sobresalió tanto como la pegada del 10 y del 9 y el socio se congració con Mathieu.

El Barça fue la bella y la bestia ante un inofensivo y desbravado Valencia, que se lo dejó hacer todo, escarnio del Camp Nou. La gent blaugrana dejó el estadio preguntando dónde se jugará la final de Copa.

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Sobre la firma

Ramon Besa
Redactor jefe de deportes en Barcelona. Licenciado en periodismo, doctor honoris causa por la Universitat de Vic y profesor de Blanquerna. Colaborador de la Cadena Ser y de Catalunya Ràdio. Anteriormente trabajó en El 9 Nou y el diari Avui. Medalla de bronce al mérito deportivo junto con José Sámano en 2013. Premio Vázquez Montalbán.

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