Valerón, la llave del éxito

Desde el palco, el sancionado Fernando Vázquez observaba su gran obra. Fue un triunfo rotundo en el Ciutat València, sin discusiones, fraguado en una primera hora para enmarcar. Ataque y contraataque al servicio de la felicidad de Valerón, el eje de esta primavera del Deportivo. El placer del canario se transmitió a cada uno de sus compañeros hasta sumar su cuarto victoria consecutiva. Vázquez ha sabido proyectar su confianza en este grupo desnortado hace apenas un mes y medio. Y su sabiduría para disimular el punto débil (la defensa) y potenciar las virtudes (la combinación entre los pases de Valerón y Juan Domínguez con el desborde de Pizzi y Bruno Gama). Si a eso le añade un Nelson Oliveira empeñado en confirmar sus recursos, Vázquez disfrutó de un cuadro completo. Ante un Levante sin la pasión acostumbrada ni las muchas salidas que le ofrecía el desertado Martins, en tierra de nadie.

Por fin ha encontrado el hilo el Depor a un fútbol tan práctico como estético. Juega liberado, muy junto, lanzado por una corriente de optimismo hacia un desafío tan remoto hace unas semanas como la salvación. Juan Domínguez le ha dado un punto de arranque armónico desde la medular. A partir de ahí, todos son vínculos con los extremos (Bruno Gama y Pizzi), el media punta (Valerón) y el delantero (esta vez Olivera en ausencia del sancionado Riki).

Valerón, a bote pronto, abrió la caja, asistido por un centro desde la derecha de Manuel Pablo, los dos viejos compañeros canarios que tanto han hecho por la historia del Depor. El primer tanto del mago canario esta temporada, a los 37 años. La técnica al servicio de la sencillez. Casi cada 10 minutos, como un reloj, el Depor fue aplastando a un Levante sin alma. Perjudicado por un agarrón sin sancionar de Juan Domínguez a Juanfran que propició la contra deportivista. Hasta cuatro hombres de Fernando Vázquez llegaron relevándose hasta el área granota. A Pizzi le desdobló por detrás Abel Aguilar y le despejó el horizonte para un disparo muy seco a media altura desde la frontal. Oliveira agregó poco después un zurdazo raso, cayéndose, tras haber retrocedido en busca de espacio para armar el disparo.

El despropósito azulgrana quedó retratado en un doble cabezazo de Ballesteros a punto de sorprender a su propio portero. JIM reaccionó a la media hora retirando a Diop por Míchel, que le dio algo más de sentido. Pero no alteró el guion del partido. El Depor defendiendo con orden, ya más cansado, y acusando la marcha en camilla de Marchena, lesionado. JIM trató de aprovecharlo con la presencia de Roger arriba junto a Acquafresca en la delantera. Exigido en un par de tiros Aranzubia, sobre todo uno cercano de Roger, el meta riojano respondió con oficio. Taconazos, caños de espuela, toques de primera, el Depor terminó recreando su superioridad con el balón. Valerón, casi andando, se dio un festín de regates y de pases al hueco. El caracoleo que precedió al tiro con la zurda de Bruno Gama completó la goleada, la dulce primavera del Deportivo. Los cerca de 400 hinchas blanquiazules desplazados a Valencia pasaron una tarde pletórica. Al final, todos querían abrazar a Valerón, incluso los jugadores granota. Ballesteros no tenían dudas. Este flacucho canario merece el mayor de los reconocimientos.