La tragedia de María de Villota

La situación de la piloto española María de Villota es estable pero grave, según un último comunicado de la escudería Marussia, el equipo que la contrató como piloto de pruebas el pasado mes de marzo. “Sin embargo, María ha perdido un ojo tras la operación a la que ha sido sometida en el hospital Addenbrooke de Cambridge”, prosigue el comunicado del equipo. El jefe de la escudería, John Booth, hizo públicas estas noticias tras obtener el consentimiento de la familia y especialmente de Emilio de Villota, padre de María. “Estamos muy agradecidos por todo el apoyo que estamos recibiendo y la familia quiere dar las gracias al equipo de neurología y cirugía plástica por el trabajo que han realizado”.

María de Villota, de 32 años, se subió por primera vez al MR-01 de la escudería Marussia el martes para realizar una prueba de aerodinámica en el aeropuerto de Duxford. María realizó la primera aceleración de puesta a punto en la recta de despegue y cuando regresó al camión del equipo aminoró la marcha, pero de pronto el coche se aceleró y se empotró en la parte trasera del camión. María estuvo casi 15 minutos inmóvil, según el periodista de la BBC, Chris Mann, que estaba presenciando el entrenamiento. “La asistencia de urgencia del aeropuerto y del equipo acudió de inmediato y la ambulancia llegó pronto, pero estuvieron mucho rato antes de decidirse a sacarla del coche”, indicó Mann.

María de Villota había recibido golpes en la cabeza y en la cara que, en primera instancia, hicieron pensar que incluso su vida estaba en peligro. Cuando ingresó en el hospital había recuperado ya la consciencia y pudo hablar con sus familiares directos. Entonces el equipo emitió un primer comunicado en el que afirmaba que su vida estaba fuera de peligro. Y hoy ha notificado que en la operación que se le realizó la piloto perdió el ojo derecho.

El aeropuerto de Duxdford fue seleccionado por el equipo Marussia para realizar sus pruebas de aerodinámica de cara al Gran Premio de Gran Bretaña que se disputará este fin de semana en Silverstone. “En este tipo de pruebas, los equipos intentan evaluar distintos elementos para mejorar las salidas y la aerodinámica”, explica Joan Villadelprat, exjefe de mecánicos de Ferrari y excoordinador del equipo Benetton. “Consisten en ir colocando distintas piezas en el coche y activar los sensores cuando se alcanza una velocidad de crucero de unos 250 kilómetros por hora. Se hacen en línea recta porque lo importante es evaluar las piezas en las mismas condiciones de velocidad, viento, etcétera. Son pruebas que no conllevan excesivo riesgo, por eso no me explico qué pudo ocurrir”.

La revista especializada Racecar Engineering emitió ya una primera conjetura, según la cual el coche se aceleró por culpa del sistema antiparada. “Los pilotos sin experiencia pueden verse sorprendidos. Cuando disminuyen la velocidad para pararse las revoluciones bajan y la centralita electrónica lo detecta y activa el acelerador al 50% con el coche en primera marcha. Se produce una aceleración”. Eso explicaría el acelerón que, según los testigos, realizó el Marussia antes del choque. Para evitarlo, el piloto debe presionar el botón de embrague que lleva el volante. En el momento del impacto, el coche de María de Villota iba a unos 65 km/h. Sin embargo, esta versión es solo una hipótesis. Otra es que María no vio la plataforma del montacargas del camión que estaba en un plano de 70cm del suelo en un momento de mala visión.

De Villota es la única mujer en la F-1. Su experiencia en monoplazas es amplia, pero solo había pilotado un coche de F-1 el año pasado en unas pruebas que realizó para Renault. Cuando se subió al Marussia el martes por la mañana era la primera vez que el equipo confiaba en ella para un entrenamiento. Ahora, el equipo está a su lado, pendiente de los partes médicos del hospital de Addenbrooke.