Centenario con 'déjà vu'
Míchel alcanza los 100 partidos con el Getafe enfrentándose a Osasuna, el rival ante el que estrenó su casillero de victorias como técnico de Primera.- Unos 400 aficionados arropan al equipo en el último entrenamiento antes del encuentro, crucial para la permanencia
El 28 de abril de 2009 Míchel se convirtió en entrenador de Primera División. Lo hizo atendiendo a la llamada de Ángel Torres, que intentaba salvar a un equipo a la deriva, 17º con 34 puntos, que bordeaba el descenso a falta de cinco jornadas para el final de Liga. "Míchel es el técnico idóneo. Conoce el club, es abonado, tiene las ideas claras y es un tipo de entrenador que gusta a los jugadores. No es un tocahuevos", señaló entonces el presidente azulón, ofreciéndole una peculiar bienvenida.
No era la primera vez que pensaba en él. "Intentamos ficharle en 2004 para entrenarnos en Segunda y, cuando el equipo se metió en Primera, creo que le entró un poco de cangui, aunque no quiera reconocerlo. Pero me gustaba su forma de ver el fútbol y volvimos a por él", explicó Torres. La andadura comenzó con una derrota en Mallorca pero una semana más tarde, en el Coliseum, ante Osasuna, llegó el primer triunfo. El equipo sumó ocho puntos en cuatro partidos y salvó la categoría en la última jornada.
Este domingo, de nuevo ante Osasuna y de nuevo al borde del abismo, Míchel alcanzará los 100 partidos en el banquillo del Getafe -79 de Liga, 12 de Copa y 8 de Liga Europa, suma hasta ahora-. La afición, consciente de la importancia del partido ante el conjunto navarro, arropó al equipo en el entrenamiento previo que, en principio, iba a ser a puerta cerrada. Unos 400 seguidores se agolparon a las puertas del Coliséum animando al conjunto azulón al grito de "¡Es de Primera, Getafe es de Primera!" y "Como no te voy a querer", por lo que el club decidió abrir las puertas del entrenamiento. Como en un déjà vu, la situación presenta numerosos elementos comunes con respecto a la que vivió el club hace poco más de dos años cuando llegó Míchel.
En este tiempo, el trayecto del técnico al frente del equipo ha sido una montaña rusa. Bajo su mando el Getafe alcanzó la pasada campaña la mejor clasificación de su historia en Primera. Un sexto puesto que le daba acceso a su segunda participación europea -la primera a través de la Liga- en un meritorio curso donde el equipo pulverizó los registros de puntos (58), victorias (17) y goles (58) de los azulones en la máxima categoría. Aquel verano, se marcharon los dos principales artífices del éxito: Soldado y Pedro León. Entre ambos sumaron 24 de los 58 goles del equipo aquella temporada. "Vender es una costumbre aquí. Ya nos pasó el año anterior con Granero que era otra pieza clave. Somos el único equipo de los que acabaron entre los 10 primeros la pasada Liga que hizo tantos cambios en verano, por necesidades imperiosas deportivas y económicas. Pero eso forma parte del éxito y la idiosincrasia de este equipo y ahora no puedo ponerlo como excusa", contaba Míchel cuando el rumbo comenzaba a torcerse.
El Getafe ha sido esta temporada un equipo ciclotímico. Desangelado por momentos. Meritorio en ocasiones. Tan disperso como desafortunado. Siempre quebradizo. En noviembre estuvo siete encuentros sin conocer el triunfo entre la Liga, la Copa y la Liga Europa. Acto seguido, sin embargo, los getafenses firmaron un histórico final de año con cuatro victorias consecutivas en Liga. Su mejor secuencia en las siete temporadas del equipo en Primera. Pero en 2011 la cuesta abajo ha sido vertiginosa. Una sola victoria en las 15 primeras jornadas del año empujaron a los azulones a las profundidades de la tabla tras coquetear en la primera vuelta con el espejismo de las plazas europeas. En la 34ª jornada, hace dos semanas, el Getafe se veía por primera vez en sus siete años en Primera sumergido en el fango del descenso. "Excepto el año pasado, el Getafe está acostumbrado a salvarse en los últimos partidos. Y los fichajes de esta temporada venían del Zaragoza, el Xerez o el Valladolid, son jugadores acostumbrados a pelear por no bajar", señaló el técnico desmintiendo la teoría del desconocimiento del territorio pantanoso. Su equipo, acusado de 'blando', es el segundo más tarjeteado de la Liga (99 amarillas y 7 rojas) tan solo por detrás del Valencia (104-8) y al que más penalties le pitan en contra: 10 -como el Racing-. Paradoja que simboliza la irregularidad del Getafe, el segundo peor equipo de la segunda vuelta con 13 puntos en 17 jornadas, los mismos que el colista Almería y tan solo uno más que el Hércules -penúltimo y también descendido-.
Ante Osasuna, de nuevo en el alambre como hace dos años, el Getafe buscará la salvación en el partido número 100 de Míchel en el banquillo azulón. "Mi futuro no va más allá de este partido. Solo pienso en ganar mañana. Más allá, no se nada. Lo importante es que la decisión de seguir o no se tome con calma y con el equipo en Primera", dijo el técnico en la previa. En un club donde el protagonismo viste de traje y corbata y no calza botas no parece probable que presidente y entrenador prolonguen su fría relación. A Ángel Torres ningún entrenador le ha durado más de dos cursos. El futuro del club, comprado hace tres semanas por el grupo inversor Royal Emirates de Dubái pasa por vencer a Osasuna. Para Míchel será un aniversario con reminiscencias del comienzo y aires de despedida. Un centenario con déjà vu.
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