El ego de Isabel, el ego de Fernando
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Vuelve Isabel a TVE, una de las series mejor valoradas del año pasado. Vuelven las intrigas palaciegas, el viaje al pasado y el repaso a nuestra historia (con las licencias evidentes y necesarias en estos casos). La serie ha regresado para seguir mostrando su superioridad frente a otras recientes incorporaciones a la ficción televisiva nacional (mejor no comentamos el estreno de Vive cantando...). Isabel estuvo meses y meses esperando su turno en el cajón de la cadena pública. Finalmente vio la luz en septiembre del año pasado y su buena acogida sirvió para que el Ente público le concedira una segunda temporada. Ahora regresa a la parrilla con el seguro de su continuidad tras tener ya confirmada la tercera entrega.
Como ocurrió el año pasado, el arranque nos lleva por un momento al futuro, a la entrega del rey musulmán de Granada de las llaves de la ciudad a los Reyes Católicos. Aquí no importa saber qué va a pasar (la Historia es la que es). De ahí, saltamos atrás en el tiempo para regresar al punto en el que dejamos Isabel, justo después de la autocoronación de la nueva reina de Castilla ante el estupor de una corte que se veía a merced de la ambición de una mujer. Rápidamente la serie recuperar lo mejor de sí misma: las intrigas palaciegas, la lucha por el trono de Castilla tras la falta de apoyo a la nueva reina y el plan que se va trazando en Portugal para intentar poner a la niña Juana (la Beltraneja) en el trono. Y por otra parte, la lucha de egos de Isabel y Fernando y los problemas de alcoba -y políticos- que traía. Porque si divertido es ver a Carrillo conspirar en contra de unos o de otros, según sople el viento (como hacía Juan Pacheco), también divierte ver los tira y afloja entre dos reyes orgullosos, ninguno de los cuales quiere ceder ante el otro, por muy marido y mujer que sean.
Con un vestuario renovado y nuevos escenarios, la Alhambra de Granada entre ellos, la segunda temporada de Isabel promete brillar y traer entretenimiento. Empezamos en 1479 y terminaremos en 1492, una fecha marcada por varios acontecimientos históricos que cambiaron el curso de la historia. En los primeros compases de la nueva temporada, eso sí, se ha echado de menos a Juan Pacheco (Ginés García Millán) y Enrique IV (Pablo Derqui). Se les ha echado de menos tanto por los personajes, que ejercían a la perfección de contrapunto en la historia de Isabel y Fernando, como por las excelentes interpretaciones de los dos actores. Pero, es lo que tienen las series históricas, hay cosas contra las que no se puede luchar. Esta temporada tampoco contará con el director argumental de la primera entrega, Javier Olivares. El tiempo dirá si su marcha dejará huella en la serie.
Pero sí sigue contando con grandes alicientes. Desde los protagonistas, Michelle Jenner y Rodolfo Sancho, que ya se han hecho plenamente con dos de los personajes más conocidos y, a la vez, más desconocidos de la historia española, hasta Pedro Casablanc, el arzobispo Carrillo, resentido por no haber sido nombrado cardenal, o Bárbara Lennie, esa Juana de Portugal dispuesta a lo que sea por que su hija llegue a ser reina de Castilla.
Nos queda mucha Historia por delante. Y mucha historia, porque si esta semana Isabel tenía que enfrentarse a La cúpula en Antena 3, el próximo lunes lo tendrá que hacer también al regreso de La Voz a Telecinco. Ahí es nada. Habrá que ver cómo se desarrolla una lucha que promete ser más cruenta que la Guerra de Sucesión Castellana o la de Isabel y Fernando contra los musulmanes.
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