'Raising Hope': amor a primera vista para perdedores
Todas las familias dichosas se parecen, pero las infelices lo son cada una a su manera". Así empezó Tolstoi Ana Karenina. Pero Tolstoi no conocía a los Chance. El clan de Raising Hope (Hope en Fox España), la serie que recomendamos hoy en 'Quinta Temporada', se parece mucho a las mangostas. "Ser dependientes los unos de los otros es lo que mantiene a una familia unida". La última creación de Greg Garcia (Me llamo Earl) carece del atractivo fugaz de New Girl. Es más bien curiosa y bizarra; compite con Community en referencias metaculturales y en gamberrismo y, aún así, no levanta tanta polvareda. La protagonizan personajes perdedores y engancha a quien alguna vez se haya sentido desorientado y deprimido.Sobre todo a los que han visto cómo sus sueños se atascaban como el papel mojado al borde de una alcantarilla. Y en el fondo, irradia unmagnetismo idéntico al del primer noviazgo o al acto de sostener un hijo entre los brazos: amor a primera vista.
Raising Hope, que emite actualmente su segunda temporada en EE UU, recuerda a comedias de corte clásico que a todos se nos quedaron enquistadas en el paladar. A Doctor en Alaska y a Roseanne; a Todo el mundo odia a Chris y a Malcolm. Todo comienza por uno de esos actos esporádicos; una cadena caprichosa de acontecimientos que pueden cambiar una vida para siempre y que, de hecho, la cambian como en El curioso caso de Benjamin Button. Jimmy (Lucas Neff) tiene 23 años y trabaja con su padre limpiando piscinas y cortando el césped. Su madre lo tuvo cuando tenía 15 primaveras y su infancia gana en rarezas a las de Oliver Twist y El barón rampante de Italo Calvino.
Después de diseñar la carátula para un álbum musical y perder una apuesta en la cena, Jimmy sale a comprar helado de chicle y su vida da un giro de 180 grados. Se topa con una joven llamada Lucy, se acuesta con ella y en menos de tres minutos del piloto descubre que es una asesina en serie. Ocho meses después, Lucy le comunica a Jimmy que está embarazada, es ejecutada en la silla eléctrica y al protagonista le endosan un bebé: una niña castigada con el nombre de princesa Beyoncé, que luego pasa a llamarse Hope (Esperanza).
Raíces humildes. Lo mejor de la serie radica en que, a pesar de su clasicismo, se hace extremadamente difícil catalogarla. Es incomprendida, irreverente, escatológica y de humor especial, pero también dulce, conmovedora y deliciosamente patética. Greg Garcia siempre ha apostado por personajes de clase trabajadora y ha procurado huir de historias de grandes ejecutivos, protagonistas de suelas inmaculadas o exitosos psiquiatras de Nueva York. Por eso nunca escribiría guiones para Frasier o Mad Men. Lo que a él le gusta es hablar de "gente normal"; lo lleva en la sangre. Nació en 1970 en Virginia y lo hizo en el seno de una familia humilde. Su padre conducía un taxi y los hermanos de este eran carteros, diseñadores de jardines o empleados de la compañía del gas. Nunca ha olvidado sus raíces y en la huelga de guionistas de 2007 se ocupó como cajero y conserje en un Burger King.
Unos chiflados de cuidado. Aparte del ingenuo y soñador de Jimmy, el equipo Chance está formado por Burt (Garret Dillahunt), su padre y jefe; Virginia (Martha Plimpton), su madre asistenta de profesión, y su bisabuela Maw Maw (Cloris Leachman). Este torbellino de 85 años es un caso aparte. Tiene Alzheimer y hasta ahora la hemos podido ver comiéndose imanes, disfrazándose de gatita y actuando como una niña pequeña en Halloween o jugando al Jenga para salvar a su tatara-tataranieta de un desván hasta los topes. Sin entrar en detalles, diremos que Virginia la define como "un ratón ciego montado en una rueda y con un esguince en el tobillo". ¡¡Quién dijo Betty White!!
Leachman (ganadora de un Oscar en 1972 por La última película) y Plimpton (Stef en Los Goonies) ejercen de engranaje cómico y trampolín para el resto de los personajes, y por ello han recibido sendas nominaciones a los Emmy en 2011. La quinta en discordia es Sabrina (Shannon Woodward), un bellezón indieque no llega al 1.60 y que, además de ser gimnasta, enamora a Jimmy al instante como Alison Lohman lo hacía con Ewan McGregor en Big Fish. A eso añádele el plus de que no haya risas enlatadas (el espectador decide) en una época en la que parece que vuelven a cobrar protagonismo.
Un Stars Hollow en ninguna parte. Raising Hope se ambienta en una ciudad sin nombre de cielos transparentes y frondosas palmeras. Podría tratarse de las afueras de Washington, de Virginia o de Los Ángeles, lugar donde se graba en realidad. Sea como fuere, su mitología y sus secundarios de lujo recuerdan a otra icónica metrópoli ficticia: el Stars Hollow de Las Chicas Gilmore. Por ella se pasean canguros de dientes podridos con trastorno obsesivo compulsivo y afición por la música (fantástica Kate Micucci, de la que tienes una canción justo arriba), patinadores con loros a cuestas y pluriempleados locales que compiten con el mítico Kirk Gleason. A veces parece que estuviéramos en una novela de Jonathan Franzen o David Foster Wallace, porque en este microcosmos sin coordenadas también conviven ex obesos faltos de autoestima y coleccionistas de muñecas, polígamos reversibles -tendrás que verla si quieres saber de qué se trata- y hasta niños que miden su tiempo y el de los demás en ciclos de lavadora.
Referencias a El Señor de los Anillos, La Guerra de las Galaxias y Chicken Little,flashbacks al más puro estilo Cómo conocí a vuestra madre, cameos de los chicos de Me llamo Earl, góticos con el nombre de un perfume de Guy Laroche, guiños al mundo del hockey,temazos como elStuck In The Middle With You de Stealers Wheel o elDanny's Song de Me First and the Gimme Gimmes convertido en nana. Puede que los Chance sean los vecinos desvalidos de Modern Family, pero sus vidas parecen más reales y menos impostadas.Nunca había sido tan divertido formar parte de una familia humilde quesobrevive coleccionando cupones del supermercado y creer en la segundas oportunidades. Si los conoces es imposible no seguir visitándolos. Son como el Coyote y Pier Nodoyuna. Sabemos que meterán la pata 1.001 veces; que se equivocarán resolviendo la ecuación de la felicidad.La pobreza consiste en sentirse pobre y en perder la esperanza. Y los Chance cuidan de un bebé que consigue que tengan de sobra.
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