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El proyecto de la plaza de España sufre tres importantes modificaciones

El Ayuntamiento prevé realizar dos tramos de túnel hasta el monumento a los Caídos en el Cuartel de la Montaña

Túnel de la calle Bailén bajo la Plaza de Oriente de Madrid.
Túnel de la calle Bailén bajo la Plaza de Oriente de Madrid.Claudio Alvarez

El proyecto de reforma de la plaza de España, una de las actuaciones más emblemáticas previstas por el Ayuntamiento de Manuela Carmena y respaldado por una consulta ciudadana, ha sufrido a lo largo de los últimos meses tres importantes correcciones con respecto al plan inicial. Después de las reuniones con la Comisión Local de Patrimonio, el proyecto ha renunciado a derribar el muro que cerca los jardines de Sabatini; a girar 180 grados el monumento a Cervantes y a abrir un túnel que, por la calle de Bailén, llegase directamente a Ferraz. El Consistorio adjudicará las obras antes de fin de año.

En 2017, el gobierno de Ahora Madrid anunció el proyecto ganador de la consulta ciudadana para la remodelación de la plaza de España. Se trató del diseño Welcome Mother Nature, que obtuvo el 52% de los votos en una macroconsulta promovida por el ejecutivo, que juntaba preguntas sobre la Gran Vía y actuaciones en los distritos. La iniciativa costó al erario público 1,1 millones de euros e involucró a 212.000 ciudadanos, sobre un total de 2,7 millones con derecho a voto.

Aquel diseño planteaba, entre sus líneas maestras, ampliar el espacio peatonal y ciclista, renovar el arbolado y abrir un espacio diáfano en el centro de la plaza. Los diseñadores del proyecto, redactado por el estudio Guadiana y Porras La Casta Arquitectos, también aspiraban a crear una conexión directa entre Madrid Río y la plaza de España, en un marco de reformas que incluía la Gran Vía, ahora en obras.

Adjudicación de los trabajos este año

Plazos. El Ayuntamiento de Madrid contempló en un primer momento licitar el proyecto y adjudicar las obras a finales de 2017. Estos plazos han sido modificados y ahora el Consistorio espera concluir los trámites administrativos antes de que finalice el año.

Consulta. El proyecto ganador de la consulta obtuvo el respaldo del 52% de los participantes (212.000 personas). Los electores eligieron el diseño Welcome Mother Nature, frente a Un paseo por la cornisa.

Más arbolado. Una masa verde con más de 1.000 nuevos árboles y la reforestación de las calles aledañas son algunos de los ejes del nuevo rediseño de la plaza de España. El proyecto también quiere crear un efecto de uniformidad entre la entrada a la plaza y la parte final de la Gran Vía.

Desde entonces, tras un diálogo con los expertos de la Comisión Local de Patrimonio (dependiente de la Comunidad), el Ayuntamiento ha corregido parte de ese proyecto. En primer lugar, el retúnel —túnel debajo del ya existente en la calle de Bailén— previsto para conectar la calle Mayor con la de Ferraz, que fue descartado por el área municipal de Urbanismo, oficialmente porque la nueva zona de tráfico limitado en el centro reducía su utilidad. "Con el APR [cierre al tráfico de Gran Vía y sus calles aledañas], el retúnel no resolvería muchos más problemas que los que resuelve la situación sin él, por eso se quitó", resume una portavoz de la concejalía de Área de Desarrollo Urbano Sostenible, dirigida por José Manuel Calvo.

El diseño, no obstante, plantea mantener otro subterráneo que aproveche la infraestructura existente del túnel de Bailén, que se prolongará hasta la cuesta de San Vicente. Y se añadirá un segundo tramo —un "paso inferior" de 210 metros— que llegará hasta la zona de Ventura Rodríguez, a la altura del monumento a los Caídos en el Cuartel de la Montaña, según pudo saber EL PAÍS.

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Después de esa corrección, el ejecutivo local acordó, además, con Patrimonio no derribar el muro que separa los jardines de Sabatini de la cuesta de San Vicente. El vallado se salva por su valor histórico y para resolver el desnivel que existe entre la calle y los jardines situados frente a la fachada norte del Palacio Real. Se construirán algunas rampas, con modificaciones puntuales en las escaleras existentes, pero manteniendo los materiales originales. "Al eliminar las barreras arquitectónicas, los jardines se unen [así] a la calle de Bailén, cuya pendiente se suaviza y de este modo se abren y se conectan con la plaza remodelada", argumenta el Consistorio.

La tercera corrección concierne a la estatua presidida por la figura de Cervantes. A sus pies aparecen varios personajes de su obra, como Don Quijote y Sancho, en piedra. La semana pasada Patrimonio declaró el conjunto Bien de Interés Patrimonial (BIP), con lo que el Ayuntamiento deberá renunciar a dar un giro de 180 grados al monumento. La decisión ha sido aplaudida por la asociación Madrid, Ciudadanía y Patrimonio. El Ayuntamiento también ha recogido las indicaciones de la Comunidad en cuanto a los ascensores que comunican con el Campo del Moro, que no serán visibles. Pero mantiene el proyecto de uniformar la iluminación de la plaza con la de la Gran Vía, así como colocar mobiliario urbano —juegos infantiles, bancos, papeleras— que "se fundirá" entre el paisaje arbolado.

Si bien el proyecto mantiene el espíritu inicial, algunos concejales de la oposición critican los cambios y los tiempos de ejecución. En opinión de Mercedes González (PSOE), el ejecutivo ha optado por proyectos estrellas, "olvidando a la periferia", como la remodelación prometida de 11 plazas de distritos. Para Paloma García (PP), Ahora Madrid ha apostado por "disfrazar de consulta una decisión del gobierno" y lamenta la falta de alternativas a la movilidad. También Bosco Labrado, de Ciudadanos, cuestiona las modificaciones y que el resultado de la consulta quede desdibujado.

A la espera de la excavación arqueológica para el túnel

Aún queda pendiente el resultado de la excavación arqueológica que se realizará cuando comience la construcción del túnel de la calle de Bailén, que dará las pautas de cómo intervenir en este punto. Para la prolongación del túnel de Bailén, que alcanzará en un segundo tramo el monumento a los caídos del cuartel de la montaña, será necesario realizar catas arqueológicas con el fin de detectar posibles restos antes de que se inicien las obras, según mantiene el Ayuntamiento. De hecho, la Comisión Local de Patrimonio exigió un diseño más detallado, "que estará condicionado por las intervenciones arqueológicas previas a cualquier remoción de terreno", dice el gobierno municipal.

La Comunidad pidió al ejecutivo local una ampliación del informe arqueológico y que se expliciten los posibles restos que se hallan en la zona. Aun así, el Ayuntamiento aseguró que "la comisión, en ningún caso, aprobó o rechazó ningún estudio arqueológico, ya que no entiende de este particular, según las atribuciones que le confiere la Ley de Patrimonio de la Comunidad de Madrid".

En cuanto a los tiempos que el gobierno local maneja para cerrar el proceso de contratación, el concejal de Urbanismo, José Manuel Calvo (Podemos), anunció en la comisión del pasado mayo que licitará las obras "en breve" y que espera adjudicarlas "antes de final de año". El edil habló de una reforma "necesaria y en profundidad".

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