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La Generalitat acoge a los diez inmigrantes kurdos ocultos en un camión con ropa de Mango

Los refugiados aseguran que pagaron a una red de tráfico para llegar al Reino Unido

Los refugiados salen del hospital de Granollers.Foto: atlas | Vídeo: Joan Sánchez / ATLAS

La Generalitat anunció ayer que acogerá a las diez personas de origen kurdo que llegaron a las siete de la mañana a Cataluña, escondidos en la carga de un camión que había partido de Turquía. Pasada la una y media de la tarde, se les pudo ver salir del hospital de Granollers. Caminaban tranquilos, incluso sonrientes, cargados con sus mochilas. Se trata de cinco hombres, una mujer y cuatro adolescentes que amanecieron en la planta logística de Mango en Lliçà d’Amunt (Vallès Oriental), adonde iba destinado el remolque. La compañía esgrimió que el vehículo había sido fletado por una empresa subcontratada.

Los Mossos investigan ahora los detalles de un periplo que, de haberlo hecho completo, puede haberles costado varios días encerrados junto a las prendas. La carga salió el domingo del puerto de Esmirna, en Turquía. De allí viajó hasta el puerto de Sète, en el sur de Francia, donde lo recogió un conductor, que lo llevó en camión hasta Lliçà, según explicó un portavoz de Mango.

La empresa textil catalana sostiene que todos los envíos que subcontrata pasan por un escáner en el puerto de Esmirna, por lo que, según su teoría, las personas accedieron al interior de la carga en Francia. Algo que por ahora no ha sido confirmado por la policía.

A primera hora de la mañana, se desconocía cualquier detalle de las personas encontradas en el remolque. Fue el secretario de Inmigración de la Generalitat, Oriol Amorós, quien contó que eran kurdas, originarias de Irán, y que estaban huyendo a Europa. A través de un traductor de kurdo y árabe, los refugiados explicaron que habían salido a pie y caminaron no saben muy bien hasta dónde. Luego, previo pago a unas mafias, acordaron viajar en con la carga. Ellos creían que su destino final era Inglaterra, según relataron a quienes le dieron asistencia.

Pero despertaron en España. Los ruidos desde el interior del camión les delataron. Al acercarse, el conductor comprobó que el precinto estaba roto y que dentro había diez personas. Una de ellas sufrió un episodio de vómitos y otra, un ataque de ansiedad. Pero en general, todos se encontraban en buen estado de salud, aunque durante el camino sufrieron malos tratos, a juzgar por una herida ya cerrada de uno de ellos, según contó Amorós. A mediodía de ayer tomaron por primera vez en días un plato de comida caliente.

Una de las prioridades de la Cruz Roja, que está prestándoles asistencia, es descubrir si entre los adolescentes, algunos ya cercanos a cumplir la mayoría de edad, y los adultos hay relación de parentesco. Hasta el momento, la DGAiA se ha hecho carga de su tutela.

A última hora de ayer, los Mossos tomaban declaración a las diez personas, en calidad de víctimas. También interrogaban al conductor del camión, que se aseguró desconocer a los polizones. Posteriormente, estaba previsto que la Cruz Roja les trasladase al Servicio de Atención a Inmigrantes, Emigrados y Refugiados de Barcelona, desde donde se les proporcionará alojamiento.

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En la actualidad, Cataluña acoge a una sesentena de refugiados, de los 687 que han llegado a España. El Estado se comprometió a acoger a más de 17.000 personas antes de septiembre del año que viene.

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