La ACA cesa a su gerente tras el informe de Antifraude

Diego Moxó dejó el pasado lunes de ser el gerente y número dos de la Agencia Catalana del Agua. Le releva en el cargo Lluís Ridao, hombre de confianza del consejero de Territorio Josep Rull y hasta el cambio de gobierno jefe de gabinete de Felip Puig en el Departamento de Empresa. El cambio de gerente se produce tras la publicación del informe de la Oficina Antifraude sobre Aguas Ter-Llobregat, en la que el organismo fiscalizador detectó irregularidades en el consorcio liderado por Acciona. Antifraude decidió remitir sus pesquisas a la Fiscalía al detectar "múltiples irregularidades" que podrían derivar en "eventuales responsabilidades penales".

El de Moxó es uno de los nombres de la cúpula de la ACA citados por Antifraude en su informe, según el cual Acciona pagó desde ATLL servicios millonarios a dos sociedades filiales con contratos que no habían sido autorizados por la Generalitat. En el consejo de administración de ATLL se sentaba el gerente de la ACA.

Fuentes no oficiales de la empresa pública, no obstante, aseguraron que el nombramiento de Ridao estaba preparado con anterioridad. Miembros del comité de empresa esperaban esa decisión desde antes del 11 de febrero, cuando fueron reunidos por el director general del organismo, Jordi Agustí, quien les comunicó el relevo a favor de Ridao. El nombramiento no ha agradado al personal de la ACA, que considera que se ha escogido a una persona sin experiencia en la gestión diaria de una compañía y, sobre todo, de un sector muy especializado como es el del agua.

El nuevo gerente de la ACA, licenciado en Derecho, es el hermano del exsecretario general de Esquerra Republicana (ERC), Joan Ridao. Su filiación política, sin embargo, es con Convergència, partido al que ha representado en el Ayuntamiento de Rubí y que le llevó a estar junto a Felip Puig en Interior y Empresa. Fuentes de CDC consultadas lo vinculan con Puig, pero sobre todo con Rull, y con algunos de sus hombres próximos: Pere Torres (director general de la Autoridad del Transporte Metropolitano) o Damià Calvet (director del Incasòl).

La ACA no solo es la encargada de controlar la judicializada privatización de Aguas Ter-Llobregat, también gestiona el canon del agua, realiza las inversiones en infraestructuras hidráulicas y todo ello en una complicada situación financiera, obligada a enjugar más de 600 millones de euros de deuda. A esa complejidad del contexto se le han sumado las escasas precipitaciones del último medio año, que generan cierta incertidumbre ante el posible inicio de un episodio de sequía, y el informe de Antifraude contra Acciona y que cuestionaría el control de la ACA.

Las mismas fuentes explicaron que Moxó asumió la gerencia de la ACA de forma interina, después de que su predecesor, Joan Piñol, abandonara la compañía tras ser fichado por Barcelona en Comú para liderar la cartera de Medio Ambiente del Área Metropolitana (AMB). Fue ese argumento el que ha utilizado para explicar a su equipo el cambio. El hasta ahora gerente tenía que ocupar esa plaza hasta la composición de un nuevo gobierno tras las elecciones. Una vez destituido, recupera su plaza en la propia ACA como director de Gestión del Medio. Esa recolocación ha originado nombramientos en cadena, que han afectado a Josep Maria Obis (ahora responsable de Saneamiento de Aguas Residuales) y Guillem Peñuelas (que pasa a dirigir el área de Ejecución de Actuaciones), informa Stefania Gozzer.