Barcelona tendrá memoria de su “democracia radical”
Colau rebautiza el Born como 'Centro de Cultura y Memoria' y la plaza del esclavista Antoni López cambiará de nombre
La tradición de la “democracia radical, profunda”, con sus luchas obreras, republicanas y vecinales y los movimientos populares antifranquistas que han caracterizado buena parte de la historia de Barcelona entre los siglos XIX y XX, recuperará “lo antes posible” presencia pública en la capital catalana. Así lo manifestó ayer el flamante comisionado de Programas de Memoria del Consistorio, el catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad de Barcelona Ricard Vinyes, nombrado por el equipo de la alcadesa Ada Colau. Dos decisiones de su primer plan de actuaciones lo dejaron claro: el Born matiza su denominación como Centre de Cultura i Memòria e internacionaliza su radio de investigación y una plaza como la de Antonio López, empresario esclavista, “cambiará de nombre y el monumento, más que sacarlo, tendrá alguna intervención artística que apele al abolicionismo”.
“El Born es resultado de una destrucción por causa política y eso es, tristemente, un fenómeno humano universal y ahí los catalanes tenemos mucho que decir al mundo; internacionalizaremos más el Born reforzando la línea de investigaciones sobre memorias del pasado”, acotó Vinyes. Primera muestra: la realización, a finales de mayo, del congreso internacional sobre políticas de memoria histórica promovido por la Unión Europea, que acogerá a 300 personas entre responsables políticos y de equipamientos culturales del tema. También está prevista para 2017 una exposición temporal que invadirá la explanada central con estatuas franquistas en la que se analizará su discurso iconográfico.
Vinyes, como a lo largo de toda su intervención, se mostró contundente y con las ideas claras sobre el histórico y simbólico mercado que recoge las huellas de la destrucción de la ciudad en 1714: “Es evidente que el Born es memoria y patrimonio, por ello su línea de investigación natural seguirá a partir de los vestigios de su suelo, que nadie tapará”, dijo en referencia a la polémica generada en la última comisión municipal de Cultura del consistorio del mes pasado, cuando ERC propuso que todo cambio de línea museística fuera debatido en plenario. “No voy a ser yo quien permita una supeditación tal de la cultura a la política”, zanjó.
Con esa misma filosofía de abrir ventanas y de “promover el debate y no ocultar nada” quiere Vinyes abordar el nomenclátor de la ciudad. “Barcelona tiene pocos nombres franquistas en sus calles; pero claro, algunos hay y habrá que estudiarlos”. Y puso como ejemplo la calle Pare Pérez del Pulgar, “un jesuita que promovió la redención de penas por trabajo o sea el trabajo esclavo y que, para más inri, tiene la calle cerca de la prisión de la Trinitat”. También citó el conjunto de viviendas baratas del barrio del Bon Pastor que lleva el nombre de Eduardo Aunós, “ministro con la dictadura de Primo de Rivera y con Franco, ocupando la cartera de Justicia entre 1943 y 1945, cuando hubo más sentencias de muerte”.
Vinyes, no muy partidario de incrementar el parque de monumentos con nuevas piezas (“no son tiempos de monumentos”), informó de que no hay nada cerrado sobre la restitución del dedicado a la Segunda República en la confluencia de la Diagonal con Passeig de Gràcia con el regreso de la escultura ahora en la plaza de Lluchmajor y el medallón de Pi i Margall (“pero algo se hará”) y se mostró abierto (“hablémoslo”) al debate sobre si Salvador Dalí debe tener un espacio en la ciudad como está previsto que tenga en La Sagrera, justo cuando el consistorio de Madrid estudia si retirar ese nombre de sus calles, como también sopesa hacerlo con el de Josep Pla, por su colaboración con la dictadura franquista. En ese paquete de discusión podrían entrar nombres como los de Francesc Cambó, que tiene avenida y escultura: “El busto se promovió con un alcalde socialista y hacia una persona que fue un gran diputado catalanista pero que también financió los bombardeos de la ciudad… ¿El límite de la revisión? Eso lo fija la Historia y las biografías de los personajes; nuestra labor no es un acto punitivo sino una decisión ética, ver si el sentido de ejemplaridad con que fueron hechos esos monumentos tiene hoy razón de ser o no”.
Una calle para la líder vecinal Emilia Llorca, la señalización de la prefectura policial de la Via Laietana, la eliminación de placas franquistas, la dignificación de espacios ya existentes como la plaza dedicada a Salvador Puig Antich en el barrio de Roquetes (se estrenará en marzo) o el reconocimiento al alcalde republicano Carles Pi i Sunyer son algunas de las actuaciones previstas o en marcha ya por el Consistorio que forman parte del paquete memorialístico del nomenclátor, según enumeró el primer teniente de alcalde Gerardo Pisarello, que insistió en que “es una política que no va contra nadie sino que pretende reflejar una conciencia colectiva más igualitaria” y adelantó que se cambiará el nombre del salón de plenos municipal ahora bautizado de la Reina Regente, si bien “depende de conseguir la mayoría de dos tercios y aún no nos hemos reunido con la oposición”.
Tanto el teniente de alcalde como Vinyes, que precisó que su línea de trabajo será "continuista" de su predecesor, Xavier Domènech, aprovecharon para repasar iniciativas y equipamientos sobre los que el Consistorio construirá la memoria ciudadana. Entre ellos, se adelantó la creación de un Portal de la Memoria que recoja actividades y reflexiones impulsadas por entidades ciudadanas, la remodelación de la Casa Padellàs (sede del Museo de Historia de Barcelona, que en 2017 cumplirá 75 años de vida), la consolidación cultural del Castillo de Montjuïc (acogerá una exposición sobre el tristemente famoso proceso judicial que tuvo lugar en él tras el atentado de la calle de Canvis Nous en 1896) y el inventario y señalización de lugares relativos a hitos de los movimientos populares democráticos, como las Bullangues del XIX.
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