Carmena inicia sin avisar el derribo de los monumentos franquistas
El Ayuntamiento anuncia que en las próximas semanas desaparecerán otros vestigios de la contienda
El Ayuntamiento ha comenzado a derribar y eliminar los “monumentos franquistas” de la ciudad. Ayer, sin comunicarlo a la Comisión de Patrimonio, tiró el monolito en recuerdo del Alférez Provisional, que se levantaba en el barrio de los Jerónimos, y la lápida al falangista José García Vara (Arrieta, 4). El viernes pasado se retiró la lápida conmemorativa del fusilamiento de ocho carmelitas en el cementerio de Carabanchel. El Ayuntamiento desveló ayer que en los próximos días se quitarán otros cinco hitos, entre ellos dos placas dedicadas al diputado asesinado antes del inicio de la guerra, José Calvo Sotelo.
Un grupo de operarios del Ayuntamiento que encabeza Manuela Carmena (Ahora Madrid) arrancó ayer con una grúa el monolito levantado en honor al Alférez Provisional, en cuya base se leía la leyenda “Por Dios y por España”. El monumento, en el barrio de los Jerónimos, recordaba a los componentes de esta categoría castrense, que se creó para paliar la falta de mandos medios y oficiales a los que se enfrentaba el bando nacional por las bajas sufridas en la Guerra Civil. El obelisco es uno de los vestigios franquistas que Ahora Madrid anunció que desaparecería en cumplimiento de la Ley de Memoria Histórica.
Los operarios intentaron cargar el monolito, dividido en dos partes, en un camión, pero ante la oposición de varias personas optaron por dejarlo tirado en medio de la hierba. Alguien cubrió poco después la piedra con una bandera española.
Un testigo explicó a EL PAÍS que una de las personas que protestaba por la retirada del monolito se sentó encima para impedir su traslado. Los trabajadores llamaron a la policía, pero antes de que llegaran los agentes decidieron abandonarlo en el lugar, donde permanecía desde 1960.
Antonio Morcillo, del Grupo de Estudios del Frente de Madrid (Gefrema), explica que los alféreces provisionales se formaban en academias. “Salieron muchísimos y con una enseñanza militar básica, sin experiencia, se ponían al mando de la tropa”, explica. La falta de conocimientos castrenses hizo que el número de bajas fuese muy alto. “La mayoría no pasaron de la primera batalla”, dice. El experto se manifiesta en contra de la desaparición de estos vestigios. “Borrar las cosas que reflejan la historia de un bando u otro me parece una barbaridad”, sostiene.
El pasado 22 de diciembre, el pleno municipal aprobó una propuesta del PSOE para cambiar antes del próximo verano el nombre de al menos 30 calles de la capital que hacen referencia a la dictadura franquista. La propuesta fue respaldada por Ahora Madrid y Ciudadanos, y contó con el voto en contra del Partido Popular. El Gobierno municipal prepara ahora un “plan de memoria”.
Además del monolito al Alférez Provisional, el Ayuntamiento retiró ayer la lápida al sindicalista falangista José García Vara (Arrieta, 4). El viernes anterior, el Consistorio desmontó del cementerio parroquial de Carabanchel Bajo la inscripción dedicada a la memoria de ocho carmelitas fusilados en la Guera Civil.
A lo largo de las próximas semanas, el Ayuntamiento retirará dos lápidas en recuerdo del diputado de Renovación Española José Calvo Sotelo, asesinado antes del comienzo de la contienda. Una de ellas se encuentra en el grupo escultórico situado en plaza de Castilla y la otra en la calle de Velázquez. También se desmontará la lápida a los Caídos en Chamartín de la Rosa (plaza del Duque de Pastrana); el monumento a los Mártires de la Sacramental (cementerio de San Isidro); y la placa a los Hermanos Falcó y Álvarez de Toledo (Barajas).
“Completa perplejidad”
La concejal y portavoz de Cultura del grupo municipal socialista, Mar Espinar, mostró ayer su “completa perplejidad” por el derribo del monolito dedicado al Alférez Provisional. “No se pueden tirar o quitar los monumentos, nos gusten o no, de esta manera. La elección de las placas, esculturas o conjuntos que se vayan a eliminar deben pasar antes por la Comisión de Cultura del Ayuntamiento, que es la que debe dar su visto bueno tras analizar los casos”.
Los socialistas, asegura la edil, no tenían ayer ningún conocimiento oficial de lo que estaba haciendo el Ayuntamiento, “no hay informes al respecto”. “Aún estamos esperando que nos envíen los de la aplicación de la Ley de la Memoria Histórica”. La edil desconocía la suerte del resto de monumentos retirados.
Por su parte, fuentes municipales negaron ayer que se quitasen los monumentos sin avisar. “La concejal de Cultura [Celia Meyer] lo anunció en el pleno del 22 de diciembre”.
“Una investigación precisa para evitar descalificaciones”
Mirta Núñez, directora de la Cátedra de Memoria Histórica de la Universidad Complutense (UCM), máxima responsable del estudio para cambiar los nombres franquistas de las calles, asegura que nunca ha cobrado “un salario” por tal actividad. Cuenta que todo lo que realiza lo hace como voluntaria “para la recuperación de la memoria, aunque hay gente que solo entiende de dinero”. Sostiene que su único sueldo proviene de su puesto como profesora titular en la universidad.
La docente explica que la cátedra que dirige desde 2013 (se creó en 2004) no tiene trabajadores, tan solo voluntarios (no concreta el número), y que los 17.999 euros que se cobrará por el trabajo irán destinados a la cátedra, aunque no certifica cómo se distribuirán. “Eso, como el proyecto, se explicará el 22 de abril [fecha de presentación oficial del estudio]”.
La también directora del departamento de Comunicación Social de la UCM afirma que, como parte del cambio que está sufriendo el mundo cultural, cátedras como la suya se abren para “recibir algún tipo de apoyo económico para el desarrollo de su actividad”. Cree que esa cantidad servirá para financiar los estudios de “una investigación muy precisa para evitar descalificaciones”.
Esas críticas relativas al cambio en el callejero madrileño han llegado porque en la propuesta previa había errores en relación con diversos nombres a eliminar. Uno de ellos, el del aviador Francisco Iglesias Brage, al que sitúan en el bombardeo de la masacre de Málaga cuando nunca estuvo allí, “y cuyo caso se explicará en abril”, según la experta. El comandante Zorita, por ejemplo, tiene calle por ser el primer español que rompió la barrera del sonido, no por ser aviador franquista.
Según Núñez, esos errores pueden existir, pero subraya que detrás de la historia también hay una interpretación. “La División Azul, según el franquismo, fue a Rusia a combatir el comunismo, pero se oculta que lo hizo como parte del Ejército nazi”.
Núñez siente que estos últimos días ha sufrido un ataque personal por la “derecha mediática”, que “acude a lo personal y lo hace de forma tergiversada”. Sin embargo, ayer la experta rehusó dar su versión sobre las críticas que ha recibido.
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