Deniegan la excarcelación a ‘La Tigresa’, acogida a la ‘vía Nanclares’
El juez central de Vigilancia Penitenciaria rechaza concederle un permiso porque solo asume dos de sus 23 asesinatos
El juez central de Vigilancia Penitenciaria de la Audiencia Nacional, José Luis Castro, ha denegado la concesión de un permiso de salida de prisión de varios días para la histórica etarra, Idoia López Riaño, La Tigresa, acogida desde hace años en la denominada vía Nanclares. La razón es que, pese a su condición de disidente etarra y expulsada de la organización, tan sólo reconoce dos de los 23 asesinatos por los que cumple condena. Además, los justifica diciendo que sus víctimas eran un traficante de drogas y el otro, un miembro de los GAL.
"El no reconocimiento de la totalidad del daño causado, el presentar mecanismo de justificación frente al delito conducen necesariamente a hacer una valoración negativa de la actitud de la interna frente a los delitos cometidos, lo que es causa directa de denegación del permiso al tratarse de una persona condenada por muchos y graves delitos con consecuencias irreparables que han generado un daño extraordinario, el cual no reconoce", zanja el auto al que ha tenido acceso Europa Press.
La Tigresa, cuyo alias real en la banda era Margarita, integró uno de los comandos más sangrientos de la historia de ETA, el comando Madrid de mediados de los ochenta en el que figuraban otros conocidos terroristas como De Juana Chaos, Soares Gamboa, Antonio Troitiño o Inés del Río. Perpetraron algunos de los atentados más cruentos de la organización como el de la calle de Juan Bravo o el de la Plaza de la República Dominicana, que acabaron con la vida de cinco y doce guardias civiles, respectivamente.
Además, en la cuenta particular de Idoia López Riaño también hay un empresario, un marinero, tres militares (entre ellos Ricardo Sáenz de Ynestrillas) y un policía. También fue condenada por integrar posteriormente el denominado 'comando Ekaitz' entre el año 1991 y 1992. A ese grupo, en el que también estaba Urrusolo Sistiaga, se le atribuyen acciones terroristas en Zaragoza, Tarragona, Barcelona, Alicante, Valencia y Murcia.
Con esta trayectoria, sorprendió el día en el que se conoció que ETA decidía expulsar a 'La Tigresa' de su colectivo de presos. Pasaba a integrar la lista de los considerados disidentes, apestados por el entorno proetarra y a los que el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero comenzó a trasladar como contraprestación al País Vasco, concretamente a la cárcel alavesa de Nanclares de la Oca, hoy en el municipio de Zaballa. López Riaño se encuentra allí desde 2010.
La terrorista llegó a plasmar su rechazo a ETA por escrito como se les exigía a todos los disidentes para ser acercados. "De lo que se me acuse en el pasado nada tiene que ver con que yo sea así y como he señalado... abandoné la organización ETA hace muchos años por no estar de acuerdo con sus métodos y me encuentro alejada de todo lo que tenga que ver con ello", así se expresaba la presa, con fama de ser una militante indisciplinada, según han relatado ex compañeros suyos como Soares Gamboa, también expulsado de ETA en la actualidad.
En su escrito firmado en 2010 junto a otro disidente, Joseba Arizmendi Oiarzabal, manifestaba su decisión de romper con ETA: "manifestamos nuestra decisión de dejar la organización armada ETA desvinculándonos total y definitivamente de ella así como de cualquier tipo de violencia contra la cual llevamos ya varios años expresando nuestra posición a nivel interno". "Ni la violencia armada ni la represión son la llave que abre la puerta de la paz y al fin del conflicto que ha generado tanto sufrimiento y tantas víctimas inocentes", añadían.
La Tigresa además decidió acogerse a un plan de rehabilitación mediante el cual se encargaba del cuidado de unos perros que luego la cárcel usaba para unos talleres penitenciarios con otros presos. Sin embargo, tal y como acredita ahora la Audiencia Nacional, ni su rehabilitación ni su arrepentimiento es completo. "Existen datos que no permiten deducir lo que la interna expone de manera clara y contundente", advierte el juez de Vigilancia.
"No se aprecia que la interna asuma la totalidad del daño causado, asumiendo únicamente una parte de su actividad delictiva... después de ser condenada, niega ser la autora de los delitos por los que extingue condena, negándose a reconocer en ese sentido el daño personal causado, puesto que sólo admite haber asesinado a dos personas, alegando de forma justificativa que se trataba de un traficante de drogas y un miembro de los GAL", explica el magistrado.
La Tigresa, a quien la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional sí autorizó el pasado noviembre a disfrutar de salidas periódicas de prisión para sacarse el carnet de conducir, pidió también un permiso de salida extraordinario dentro de los 36 días al año a los que pueden acceder todos los presos clasificados en segundo grado, con la cuarta parte de la condena cumplida y que muestren buena conducta en prisión. Tanto la cárcel como el fiscal también se opusieron.
López Riaño cumplió la cuarta parte de su condena en 2004, la mitad en 2009 y las tres cuartas partes en 2014. Le quedan apenas 4 años para quedar en libertad. "Es evidente que la evolución de la interna es muy positiva desde la perspectiva de su vida en prisión", recuerda el juez, quien destaca que ha cumplido condena en varios centros y "sólo figura un expediente disciplinario en su historia, en 2011 por incidente con otra interna en la que ella fue más perjudicada".
Añade que realiza actividades, principalmente formativas y actualmente desempeña un puesto remunerado en prisión con el que destina 20 euros al mes para pagar las indemnizaciones de sus atentados. También participó en los talleres con víctimas que se organizaron en la pasada legislatura. En concreto ella colaboró en uno en el que asistió, entre otros, el actual Secretario de Paz y Convivencia del Gobierno vasco, Jonan Fernández. No obstante, el auto recalca que "la propia legislación penitenciaria exige valorar una serie de requisitos subjetivos" para conceder un permiso de salida.
En ese sentido, el juez hace hincapié en que "el reconocimiento de los hechos y la reparación del daño" se consideraron como "una de las necesidades más relevantes" dentro de los "objetivos de su tratamiento, teniendo en cuenta los delitos por los que ha sido condenada". "Esta falta de reconocimiento pone de manifiesto que aún no se ha llegado cumplir los objetivos", añade el auto.
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