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“¡No te puedes ir, no te puedes ir!”

Una testigo asegura que los agentes de movilidad intentaron impedir la fuga de Esperanza Aguirre

Felipe Betim
Aguirre, conduciendo tras un acto político en septiembre de 2012.
Aguirre, conduciendo tras un acto político en septiembre de 2012. LUIS SEVILLANO

El pasado 3 de abril, a las 16.15, María (nombre ficticio) cumplía su rutina de camarera en el restaurante Café & Tapas de Callao, cuando, al salir a la terraza para atender a los clientes, notó la presencia de un coche aparcado en el carril bus de Gran Vía. “Me llamó la atención porque había motocicletas y coches de agentes”, narra. “Fue todo muy rápido. La señora que estaba en el coche dio marcha atrás para intentar escapar mientras los agentes le decían: ‘¡No te puedes ir, no te puedes ir!’. Y cuando vuelvo a mirar, ¡se da a la fuga!”. La mujer del coche, un Toyota Verso blanco, era Esperanza Aguirre, presidenta del PP madrileño. “Solo me enteré al día siguiente”, dice María.

Esta filipina de 21 años es considerada la principal testigo del incidente. El 21 de abril, el titular del juzgado de instrucción número 14 de Madrid solicitó a la Policía Nacional que la localizara para testificar. Pidió, además, que buscara grabaciones de lo sucedido en cámaras de seguridad. “Los del juzgado ya me han avisado, pero todavía no sé cuándo iré a declarar. Tengo miedo, no sé qué me puede pasar”, comenta.

Según el informe policial, Aguirre había estacionado en el carril bus a la altura del número 44 de Gran Vía. Cuando volvía a su coche, dos agentes de Movilidad se acercaron para pedirle la documentación y multarle. Los agentes dicen que se puso nerviosa, se negó a entregar los documentos y se dio la fuga, golpeando una de las motocicletas. Aguirre, que asegura haber sido retenida demasiado tiempo, fue seguida hasta su casa por los agentes de movilidad y por una patrulla de Policía Municipal, que le dio instrucciones repetidas de detener el vehículo. Ella no frenó hasta el garaje de su vivienda, ubicada en Malasaña.

María explica que no se fijó en cuándo aparcó en el carril bus. “No sé cuánto tiempo estuvo estacionado ni cuánto estuvo retenida”, asegura. “Estoy siempre entrando y saliendo del restaurante para atender a los clientes, y estaba atenta a mi trabajo”, añade.

Fue en una de sus salidas a la terraza cuando la camarera vio a dos agentes de movilidad hablando con “una señora” dentro de un vehículo aparcado. Había una motocicleta delante y otra detrás, además de otros dos vehículos patrulla atrás y otro en la acera delante, según cuenta.

“No duró mucho, fue todo muy rápido. Aguirre dio marcha atrás para intentar huir mientras los agentes intentaban impedirlo. Entonces arrancó con el coche y golpeó una de las motocicletas”, recuerda. “La moto se cayó junto a la acera y una de las clientes se asustó. El vehículo no llegó a hacer daño, pero se tumbó muy cerca de ella”. La persecución a Aguirre empezó en este momento.

María ya no vio nada más: “No sé qué decían los agentes a Aguirre ni cómo terminó todo”.

La camarera se enteró al día siguiente, a través de los medios, del incidente entre los agentes de movilidad y la presidenta del PP madrileño. Antes, ni siquiera sabía que la “señora” dentro del coche era Aguirre. Pero sí cayó entonces en la cuenta de que había sido una de las pocas personas en presenciar el suceso. Y la única de su restaurante, según afirma. Durante los primeros días, fueron muchos los que intentaron sin éxito que la camarera contara lo ocurrido. “No me dejaban en paz y empecé a ponerme nerviosa. Pero entonces el asedio paró”, cuenta.

Hasta la pasada semana, cuando el juez pidió a la policía que la localizara. “Volvieron a molestarme de nuevo. Y la verdad es que termino el día muy cansada. No solo por el trabajo, también psicológicamente. Estoy sola, tengo 21 años y por supuesto que tengo miedo. Pero la verdad es que estaba en el lugar equivocado en la hora equivocada. No quería haber visto nada”, concluye.

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Sobre la firma

Felipe Betim
Nacido en Río de Janeiro, ha desarrollado su carrera en EL PAÍS. Escribe sobre política, temas sociales y derechos humanos entre otros asuntos. Es licenciado en Relaciones Internacionales por la PUC-Río y Máster de periodismo de EL PAÍS/Universidad Autónoma de Madrid.

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