_
_
_
_
_

Díaz eliminará la vicesecretaría y Jiménez volverá a ser el portavoz parlamentario

“Yo voy a dirigir el partido”, dice la presidenta en una reunión con los secretarios generales provinciales.

Susana Díaz y Mario Jiménez en el Parlamento de Andalucía.
Susana Díaz y Mario Jiménez en el Parlamento de Andalucía.Julián Rojas

Susana Díaz será elegida el sábado secretaria general del PSOE de Andalucía en un congreso extraordinario que empezará con la principal incógnita despejada, la de Mario Jiménez. El hasta ahora vicesecretario general del partido asumirá de nuevo la portavocía del grupo parlamentario socialista, una tribuna que le permitirá mantener casi intacta su proyección política con vistas a un no descartable congreso federal el año próximo.

Díaz trasladó ayer a los siete secretarios generales provinciales (ella sigue ostentando la de Sevilla) el diseño de ejecutiva que tiene pensado para los próximos años. Eliminará la vicesecretaría general que ocupa Jiménez y ella misma se encargará de llevar una organización que conoce mejor que cualquiera de las palmas de sus manos.

En una reunión celebrada en la tarde de ayer en San Vicente, sede del PSOE andaluz, Susana Díaz les dijo a los convocados: “Yo voy a dirigir el partido”, según ponen en su boca fuentes próximas a la también presidenta de la Junta de Andalucía.

Díaz ha hecho caso a los que opinaban que era mejor desvelar la principal y casi única duda del congreso antes de que el sábado se den citan en Granada 778 delegados y más de 1.500 invitados. Mario Jiménez ha formado tándem con Díaz desde que José Antonio Griñán accedió por primera vez a la secretaría general, en marzo de 2010, también en otro congreso extraordinario. En esa ocasión, ella ocupó la secretaría de Organización y Jiménez, la dirección del grupo. Esta división se mantuvo incluso tras la dimisión de Rafael Velasco como vicesecretario general.

Tras las elecciones de 2012, que el PSOE perdió pero con un resultado que le permitió conservar la Junta de Andalucía en coalición con Izquierda Unida, Griñán marcó claramente el rumbo de la renovación. Patrocinó a Jiménez para la vicesecretaría general y a Díaz la eligió como número dos del Gobierno, al frente de la consejería de la Presidencia, señalándola como sucesora.

Este tándem ha funcionado casi a la perfección, entre otros motivos porque Jiménez no dio un paso adelante para competir con Díaz a la presidencia de la Junta. Pero como saben bien tanto la propia Susana Díaz como Mario Jiménez cuando uno ocupa el número uno, no hay tándem posible. Hay uno que lidera y dirige; y el otro se sitúa en un escalón inferior.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Jiménez dejará su puesto como senador por la comunidad autónoma, cargo al que volverá el actual portavoz del grupo, el granadino Francisco Álvarez de la Chica. Jiménez seguirá en la ejecutiva andaluza ya que el portavoz parlamentario es miembro nato de la dirección.

El hasta ahora vicesecretario general tenía descartado entrar a formar parte de la ejecutiva federal que dirige Alfredo Pérez Rubalcaba para cubrir alguna vacante producida por las previsibles salidas de algunos dirigentes para ocupar listas electorales. Jiménez no quiere formar parte de una ejecutiva con la que no comparte algunas orientaciones y si entra en un futuro lo quiere hacer por la puerta grande, elegido en un congreso federal.

Ningún secretario general puso pegas a este diseño de la líder del PSOE, quien no avanzó más detalles de la nueva ejecutiva, según varias fuentes. Su intención es que haya una dirección “poliédrica” y “polifónica” y que las secretarías de áreas respondan a los contenidos de las consejerías del Gobierno que preside.

En lo que no ha hecho caso, por ahora, Susana Díaz es a los que creen que debe tener un número dos del partido al estilo clásico, ya que se supone que la presidencia de la Junta debe ser su prioiridad. Es decir, alguien que lleve el día a día del partido, informe de las reuniones de la ejecutiva y dé las habituales conferencias de prensa de los lunes en las que predominan casi en exclusiva la crítica al PP.

Aunque aún queda mucho por hablar con los responsables provinciales, lo que sí quedó claro de la reunión de ayer es que no habrá alguien que ejerza de vicario de la secretaria general porque, como dejó clarísimo Díaz, ella va a dirigir el partido.

Un congreso de ‘no hay billetes’

Desde que comenzó su escalada para la presidencia de la Junta de Andalucía, en el mes de julio, en todos los actos protagonizados por Susana Díaz (Sevilla, 1974) han tenido que colocar el cartel de No hay billetes.En el congreso extraordinario del próximo fin de semana, también. El lema que reunirá a 2.500 personas en el palacio de Congresos de Granada entre invitados, delegados y medios de comunicación, bien podría ser ese, pero Díaz quiere en ese cónclave dar un mensaje claro: el de la unidad del partido, una cohesión que se propone exportar al resto del PSOE federal, tras la bocanada de aire que ha supuesto para los socialistas de toda España la Conferencia Política.

La presidenta de la Junta recogerá el último testigo que le queda por entregar a José Antonio Griñán, el de la secretaría general del PSOE andaluz. "Supone cerrar un ciclo de cambio para empezar un ciclo de cambio en el partido", afirmó con un juego de palabras el vicesecretario general socialista Mario Jiménez, quien aseguró que el PSOE andaluz quiere "contribuir a unir a todo el partido en España". Andalucía, la fuerza que nos une, es el lema del congreso.

El de Susana Díaz es un caso bastante singular dentro del PSOE. Prácticamente desde el mismo día (y también desde el primer minuto) que asumió la presidencia de la Junta, hace dos meses y medio, nadie ha dudado que también es la líder del partido, aunque los galones los vaya a lucir a partir del sábado. Griñán también ha ayudado a que esta proyección se visualice desde el primer instante, evitando cualquier interferencia y cediendo todo el protagonismo. “Es muy fácil ser ex cuando sabes que lo eres”, admitió en una entrevista a EL PAÍS.

Todo el mundo quiere estar en el congreso de Susana Díaz. Los secretarios generales de todas las federaciones, invitados por Griñán, confirmaron su asistencia la semana pasada. El PSOE también ha invitado a la dirección de Izquierda Unida, con la que gobierna en Andalucía. Y como es tradicional a los secretarios generales de Comisiones Obreras, de UGT y al presidente de la Confederación de Empresarios de Andalucía. Habrá más invitados que delegados. Los miembros del PSOE que votarán el informe de gestión, a la candidatura de la secretaria general y a la próxima ejecutiva son 778, una cifra muy superior a la del último congreso. Si se ha ampliado el número de delegados es para que precisamente tengan cabida representantes de todas las familias y grupos de las ocho agrupaciones provinciales. Aunque en el PSOE siempre hay críticos con la dirección, el poderío que emite Díaz los ha eclipsado.

El expresidente José Luis Rodríguez Zapatero intervendrá en la inauguración del congreso, junto con Elena Valenciano Rubalcaba lo hará en la clausura.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_