Los trabajadores de Alstom rechazan el plan de aumentar jornada y flexibilidad
La votación se salda con 400 papeletas en contra, 214 a favor y un 78% de participación
Los trabajadores de Alstom salían ayer a las 14.30 del turno de mañana de la fábrica de Santa Perpètua de Mogoda (Vallès Occidental) haciendo sonar las bocinas. Diez minutos antes se conocía el rechazo expresado por el 65% de la plantilla (400 votos en contra, frente a 214 síes)a la propuesta de la empresa de aumentar la jornada laboral y las medidas de flexibilidad para que la fábrica gane en competitividad, opte a más encargos de la matriz francesa y cree hasta 1.000 empleos, un compromiso que la plantilla considera que no se ha garantizado suficientemente.
Los 1.000 puestos de trabajo no constan en ningún papel, recuerdan, aunque sí el compromiso de adjudicar proyectos de metros y tranvías “que no financie el Gobierno francés, ni el contrato obligue a fabricarlos en algún país concreto”. Votó el 78% del censo, desde personal de producción hasta directivos, pasando por prejubilados que llevan dos años en casa pero aún son plantilla, en un insólito referéndum en urna y no a mano alzada, como es habitual.
Con su rechazo al plan de Alstom, la plantilla mantiene el pulso con la dirección de la empresa, que exige “una planta más competitiva que pueda optar a más producción” y amenaza con un ERE temporal. El no cayó como un mazazo en la Secretaría de Relaciones Laborales y el área de Industria de la Generalitat, que lleva semanas mediando entre las partes y en los últimos días se ha mostrado “extremadamente preocupada” por el futuro de la planta. La dirección no se cansa de recordar que a partir de marzo la carga de trabajo caerá de forma drástica porque los encargos del mercado nacional son inexistentes. Un portavoz lamentó el resultado y aseguró que el rechazo “pone en riesgo el futuro y la viabilidad” de la fábrica. La Generalitat mostró “respeto” e instó a las partes a volver a negociar.
“Hace dos años ya nos bajamos el sueldo y se han ido 200 compañeros, además de los prejubilados. El futuro no es una planta low cost con trabajadores low cost”, respondía ayer el secretario general de la sección sindical de CC OO, Daniel García. ¿Y ahora? “Ahora a volverse a sentar a negociar”, respondió, y recordó que la dirección vallesana de Alstom dio marcha atrás al plan acordado ante la Generalitat el 20 de septiembre, cuando Francia no consideró suficientes las rebajas pactadas con los sindicatos. García también reprocha al Gobierno catalán su “tibia” actitud y exige que “en vez del fundamentalismo del déficit cero, se dedique a encargar proyectos como el nuevo tranvía de Barcelona”.
Ayer, las urnas se abrieron tras una tensa asamblea en la que los defensores de aceptar la propuesta de la dirección, sobre todo el secretario general de la sección sindical de UGT, Óscar Ramos, fueron fuertemente abucheados. Los afiliados de CC OO, la mitad de la plantilla, ya habían rechazado el plan durante una asamblea de delegados el lunes.
El plan llegaba tras semanas de intensas negociaciones con la Generalitat como mediadora y tenía dos patas: aumento de jornada y flexibilidad. La primera suponía un aumento de 62 horas anuales (a cambio de 400 euros que se pagarán el primer año, pero que quedan consolidadas en la jornada). La flexibilidad consistía en una bolsa de 490 horas para trabajarlas de más si hay puntas de producción, o irse a casa si esta cae. Esos casi tres meses son casi tres meses en días laborables y se remunerarán con 300 euros.
La clave de la no aceptación está en que la empresa se reserva el derecho de avisar a los trabajadores de que tienen que trabajar (o no) en menos de 24 horas, algo que consideran, en palabras de Daniel García, “dinamitar la conciliación de la vida laboral y familiar”. La propuesta preveía el pago de cuatro euros la hora de más si se avisaba en menos de 24 horas o de dos euros la hora si se avisaba en menos de dos días.
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