Cervantes abre su casa de Alcalá a los amantes de sus Novelas ejemplares

La Noche de los Libros prepara una sorpresa a quienes quieran —y puedan— desplazarse hasta la impar ciudad de Alcalá de Henares. En la calle Mayor, 48, Miguel de Cervantes Saavedra abre las puertas de su Casa-Museo para conmemorar en una exposición bibliográfica los 400 años de sus Novelas Ejemplares, una docena de deliciosas piezas que han saboreado generaciones enteras de lectores y lectoras.

A diferencia de otros escritos de Cervantes, en estas obras alcanzan central protagonismo numerosas damas —Preciosa, Leocadia, Constanza, Isabela, Teodosia o Leonisa...—, cuyo género y carácter el escritor alcalaíno conocía con desenvoltura, habida cuenta de que durante casi toda su existencia (1547-1616) vivió "en un auténtico gineceo", explica Aránzazu Urbina, conservadora de la casa-museo cervantina y comisaria de la muestra junto con el catedrático José Manuel Lucía.

Hasta 30 valiosas ediciones de las Novelas Ejemplares componen el contenido de esta exposición: desde una, muy bella, cuya impresión data de 1617 en Pamplona, hasta otras de Venecia, procedente de la imprenta de Barezzi, donde vio la luz en 1629 o la editada en Amberes primera en la cual figuraba un grabado del escritor sobre un dibujo del británico G. Kent.

La exposición, con material de la Biblioteca regional Joaquín Leguina, el Archivo de Protocolos, colecciones particulares como la de Vicente Sánchez Moltó y fondos de la casa-museo cervantina, fue inaugurada ayer por el alcalde alcalaíno, Javier Bello, por Carmen Gonzaléz Fernández, viceconsejera de Turismo y Cultura e Isabel Rosell, directora general de Archivos y Bibliotecas, del Gobierno regional.

Con un presupuesto cercano a los 10.000 euros, lleva por título "La mesa de los trucos", denominación empleada por el propio Cervantes para señalar que sus doce novelitas ofrecen un ábaco de ambientes y personajes tan rico y variado como el de sus relatos. Desde "La gitanilla" hasta Las dos doncellas, El celoso extremeño, La española inglesa o El coloquio de los perros, sin olvidar a los universales Rinconete y Cortadillo, la grandiosa pluma de Miguel de Cervantes hizo discurrir el avatar de unas vidas que desde la cotidianeidad más inmediata cruzan un umbral transparente y se adentran al universo inmortal de la Literatura con la naturalidad que solo él supo asignar a sus personajes.

¿Hay un hilo conductor en estas novelas cortas, de las cuales Cervantes se consideraba el primer autor que las comenzara a escribir? "Si", responde con presteza el comisario José Manuel Lucía, "la libertad". El amor, los celos, las zozobras... componen asimismo la sutil amalgama en la que cristalizan estas obras, humanizadas con esa benevolencia indulgente de la cual Miguel de Cervantes quiso impregnar sus escritos y que alimenta el inagotable caudal que su genio literario aún derrama.

Uno de los documentos que acompañan la muestra, procedente del Archivo de Protocolos, es un texto en facsímil mediante el cual Cervantes rubrica con su firma la cesión al librero Francisco de Robles, por un precio de 1600 reales, los beneficios de estas novelas, que imprimiría en Madrid en 1613 Juan de la Cuesta. Otro de los apartados recoge las veces que fueron llevadas al cine, destacando entre ellas el filme La gitanilla, dirigido por Fernando Delgado y protagonizado por Estrellita Castro en 1940. Asimismo, cabe contemplar una colección de las novelas editadas con formato de tebeos por la editorial mexicana Novedades y adaptaciones al público infantil o adolescente, como la realizada por Rosa Navarro Durán. Se presenta además una colección de cromos de las Novelas ejemplares que una fábrica de chocolates de Vilafranca del Penedés incluyó como publicidad de sus productos en 1927.

En este aniversario de su muerte quedan aún en Madrid, donde Cervantes murió el 23 de abril de 1616, muchas noticias por conocer —y enigmas por resolver— sobre la vida y la obra del autor universal: desde su presencia en el convento dominico de Nuestra Señora de Atocha, junto al lecho de muerte de fray Bartolomé de las Casas -personalidad en la que, por sus desiguales combates con los poderosos virreyes, algunos creen ver inspirada la figura del ingenioso hidalgo- hasta el lugar exacto del enterramiento de Cervantes, dentro del convento de las Trinitarias, de la calle de Las Huertas.

Tampoco cabe olvidar la falta de explicación veraz del segundo apellido utilizado por Cervantes —Saavedra—, linaje cuyo origen todos los manuales de Heráldica vinculan a un emperador romano, nada menos que a Calígula; otros destacan que se trataba de su apellido primitivo, al que su familia, noble y gallega, renunció y sustituyó por el de la aldea lucense de Cervantes, para impedir la persecución política tras su enfrentamiento con los Reyes Católicos durante la centralización y la sumisión a la que sometieron a los nobles gallegos.