Feijóo ofrece cuatro años más con conselleiros "ya conocidos"
“Defendemos una Galicia bilingüe frente a ‘diadas’ soberanistas", asegura el presidente
Falta la titular de Sanidade, Rocío Mosquera. El resto del Gobierno está en las listas del PP “para que los gallegos puedan ver a un presidente y a conselleiros de un Gobierno, del actual y del futuro”. Empezando por Alberto Núñez Feijóo quien como hace cuatro años encabeza la candidatura por Pontevedra.
En ese feudo clave para dirimir la mayoría absoluta y donde a priori los populares lo tienen peor, el presidente ha colocado a más de la mitad de su gabinete. Están los titulares de Presidencia, Alfonso Rueda; el de Industria, Javier Guerra; el de Medio Ambiente, Agustín Hernández y hasta la de Facenda, la independiente Elena Muñoz a la que Feijóo fichó para el Gobierno el pasado diciembre para sustituir a Marta Fernández Currás con nuevo destino en el ministerio del mismo nombre. Todos en puestos de salida, junto a la presidenta del Parlamento, Pilar Rojo, que ocupará el número cuatro de esa lista.
Detrás de ellos, otros cargos públicos: el aún delegado de la Xunta en Pontevedra, José Manuel Cores Tourís que el lunes cesará para convertirse en candidato, el diputado de Lalín, Román Rodríguez y la directora general de Comercio, Nava Castro. En las otras provincias también manda el Gobierno.
En A Coruña el cartel es para la conselleira de Traballo, Beatriz Mato, y detrás de ella aparece la de Mar, Rosa Quintana, justo antes del portavoz parlamentario, Pedro Puy. A continuación debuta Miguel Tellado, jefe de gabinete del alcalde de Ferrol, José Manuel Rey Varela, que precede a otros dos nombres que repiten: Paula Prado y Pedro Arias.
Los alcades de Lousame, Frades, Celanova y Lourenzá dimitirán para ser candidatos
En Ourense abre la lista el de Educación, Jesús Vázquez, seguido de la secretaría general de Turismo, Carmen Pardo. Para encontrar a un hombre de Baltar hay que bajar al tercer puesto donde aparece el sempiterno Miguel Santalices que no obstante antecede al portavoz del PP, Antonio Rodríguez Miranda, relegado al cuarto lugar.
Como Lugo no tiene conselleiros, encabeza la lista la delegada de la Xunta, Raquel Arias, delante del portavoz municipal en la capital, Jaime Castiñeira y otros diputados que repiten como José Manuel Balseiro, Agustín Baamonde, Daniel Varela y la secretaría general de Igualdad, Susana López Abella.
La candidatura provocará efectos secundarios porque incluye a cuatro alcaldes (Frades y Lousame, en A Coruña, Celanova en Ourense y Lourenzá en Lugo) que deberán presentar su renuncia antes del lunes, puesto que en Galicia los regidores son inelegibles por ley.
La opción del presidente de resguardar a todo su gobierno y a algunas de sus personas de confianza como su jefe de gabinete desde los tiempos de la oposición, Ávaro Pérez que concurre por A Coruña en el número 10 invita a una doble lectura. Hay en el partido quienes opinan que el temor a una derrota ha llevado al presidente a arropar con un acta de diputado a las personas de su máxima confianza, las que dieron la cara por él en los tiempos duros. Y están por el contrario quienes sostienen que trata de utilizar como reclamo la gestión de estos cuatro años de Gobierno.
Esa segunda tesis es, desde luego, la que esgrimió ayer el candidato en un acto donde sólo él tomó la palabra y los otros 74 posaron para la foto.
No faltó nada para que Feijóo se apuntase a la idea del “malo conocido”. Aseguró que propone “un equipo para gobernar hasta el último día de la legislatura y desde el primero de la siguiente sin demoras, discusiones, repartos ni usos partidistas”. “Hay otras listas pero ni ellos saben donde están los conselleiros porque vendrán de las listas de otro partido y candidaturas de la división que tienen intención de arreglar solo si hay poder por el medio”. Llegó al punto de pedir a ese equipo “unido” que presume de liderar “Sigamos siendo noticia por lo que proponemos o hacemos o por lo que no hemos sido capaces de hacer, no por peleas que no interesan a nadie”.
Esa es la estrategia, o el PP o el caos. Y a ella se entregó el presidente candidato ayer durante su breve alocución: “Gobernaremos con responsabilidad, la otra opción desconoce qué haría y quien lo haría. Defenderemos una Galicia libre y bilingüe y la otra opción que desconoce cual de los partidos nacionalistas organizaría las diadas que envidian [...] el crecimiento, o la vuelta atrás, los que gastaríamos en crecimiento ante los que gastarían en cuatro o cinco partidos”.
Porque ese es uno de los mensajes que ha incorporado el PP a este primer tramo de la campaña: comprobado (en los sondeos) el malestar que los recortes de la Xunta y del Gobierno causan en la ciudadanía, Feijóo trata de convencer a los votantes de que los tijeretazos al gasto público son cosa del pasado. Hechos los deberes del déficit y garantizada la solvencia, repite en actos y entrevistas, entramos en una era distinta: la de ofrecer un impulso a la economía tirando de la inversión pública.
Con esa idea viene coqueteando el PP gallego durante los últimos días y a ella se aferró ayer a pesar de que el Ministerio de Hacienda situó el jueves a Galicia como la quinta comunidad con más déficit en la primera mitad del año. Pese a ello, el presidente volvió a recordar ayer en un acto de la Xunta que “Galicia es la comunidad más solvente de España”.
Ya por la tarde y como candidato recordó que “la gente que lo está pasando mal encabeza la lista de tareas del PP” a quien volvió a definir como “el partido que más se parece a Galicia”. “Somos Galicia y no tenemos más límites que aquellos que nos queramos imponer”, concluyó su discurso.
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