_
_
_
_
Reportaje:CITAS

El día de los 'zorramangos'

En Guadalajara, el carnaval saca a la calle a fantásticos personajes

Sólo podía haber llegado un día antes. El carnaval, este año, se superpone a tres importantes fiestas: la Candelaria, el 2 de febrero; San Blas, el 3, y Santa Águeda, el 5. Y todo por culpa de ese 21 de marzo que será justo luna llena. En función del equinoccio de primavera estableció el concilio de Nicea, el año 325, la Pascua de Resurrección el domingo siguiente al plenilunio. Esa fecha condiciona todas las demás movibles, entre ellas, el miércoles de ceniza (este año, el 6 de febrero).

Por eso Julio Caro Baroja no dudaba en afirmar que nuestro carnaval no existiría en la forma concreta en que ha existido desde fechas oscuras de la Edad Media europea "sin la idea de la cuaresma (cuadragésima)". "Entonces se fijaron sus caracteres", añade. "Ello no quita para que quedaran incluidas, dentro del ciclo carnavalesco, varias fiestas de raigambre pagana".

En Guadalajara, el carnaval se puebla de fantásticos personajes, algunos de los cuales no se han movido de aquí desde hace siglos; otros fueron y vinieron, durmieron en pajares y baúles, regresando a la vida de la mano de quienes nunca se resignaron a perderlos.

"Andamos todos a matacaballo", dice José Antonio López, presidente de la Asociación La Alegría, organizadora del carnaval de Villares de Jadraque, con "74 o 75 personas empadronadas". Allí, el 2 de febrero saldrán "siete u ocho vaquillones, depende del tiempo cómo esté. Trajes, tenemos 12".

Los vaquillones ocultan su rostro tras una máscara de arpillera, que apenas si les deja espacio para los ojos. Sobre los hombros, unas amugas, angarillas de madera cuya parte delantera se remata con cuernos de vaca, mientras que de la posterior penden cencerros. Su objetivo: correr tras las mozas y embadurnarlas de hollín. Les acompañan los zorramangos, que "se visten con lo que no vale: pantalones, sayas viejas... También llevan la cara tapada y a veces ni la gente del pueblo los conoce, no saben si es un hombre o una mujer". Equívoco que, naturalmente, se presta a todo tipo de ambigüedades y bromas carnavaleras.

"En los tiempos malos", aclara José Antonio, "también salían los vaquillones. Yo tengo 60 años y siempre los he visto. Se buscaban las vueltas a la autoridad para saltarse la prohibición, pero nunca desaparecieron".

Con el mismo nombre y características similares, en Robledillo de Mohernando ("doscientos y pocos censados") recuperaron hace una década la tradición. "Lo hicimos a partir de lo que encontramos en los libros", señala el concejal Santiago Marchamalo. La Asociación Cultural El Roble, ahora disuelta, tenía entonces mucho empuje y entre todos consiguieron que ahora salgan el domingo de carnaval cuatro vaquillones: "No podemos ser más, porque hacen falta cuernos de toro y no me he hecho con ellos. Los primeros trajes eran de saco, y después los vestimos como si fueran frailes o así, sobre la marcha. Una señora mayor nos contó que ella los había conocido con pieles de animales, pero no se acordaba muy bien".

El origen de los botargas

Unos y otros, y muchos más, acudirán el 1 de febrero al pasacalles de botargas que desde hace una decena de años se organiza en la capital, Guadalajara. Concentrados en la plaza Mayor, recorren parte del casco antiguo. Los botargas, tan característicos de estas tierras alcarreñas (aunque Caro Baroja les atribuye raíces europeas medievales), vienen con sus trajes arlequinados, sus máscaras otrora de madera (hoy, la mayoría de plástico o de goma), sus porras en la mano... Propios de celebraciones invernales, constituyen así un todo con los personajes específicamente carnavalescos.

"Me volví loco para conseguir cornamentas", recuerda Luis Javier López, teniente alcalde de Luzón, localidad de 83 habitantes. "Proceden de una corrida de toros de la Feria de San Isidro y tenemos 12". Doce, pues, pueden ser los diablos que salgan el 2 de febrero, recuperados a comienzos de los años noventa. Ennegrecidos con aceite y hollín, en su rostro destacan los albos dientes, hechos de patata o remolacha. A la espalda, enormes cencerros. Y en su ánimo, perseguir, manchar, bromear con cuantos se crucen en su camino. El contrapunto colorista y equívoco lo ponen las mascaritas, cuya identidad se desconoce: "No tienen que hablar ni hacer ningún ruido. Es difícil saber si es hombre o mujer".

También las mascaritas de Almiruete llevan la cara oculta; en este caso, tras un lienzo pintado. Sombrero, enaguas, faldas, blusas, guantes, medias y zapatillas son de color blanco. Los botargas (mismo nombre, distinta apariencia y cometido) portan caretas de madera, cuero o cartón que les proporcionan un fiero aspecto y singularizan una fiesta recuperada en 1985, tras un paréntesis de 25 años.

Para Fernando Muñoz, presidente de la Asociación de Botargas y Mascaritas (50 integrantes en un pueblo de 40 personas, de las que sólo 10 viven todo el año), "se trata de celebrar el carnaval como lo hacían los abuelos de nuestros abuelos". El 2 de febrero no faltarán cencerros, polainas, vaquilla, oso, domador, carreras, botas de vino, confeti y pelusas de unas varillas parecidas al junco.

El miércoles de ceniza, 6 de febrero, los chocolateros de Cogolludo (767 habitantes) harán lo posible, armados con un orinal lleno de chocolate caliente, por conseguir que las personas que andan por la calle rompan el ayuno otrora propio de la cuaresma; o, por lo menos, por embadurnarlas dulcemente. Vestidos de blanco, llevan un caperuz que impide su identificación. La fría tarde de invierno es caldeada por el chocolate que se reparte de un perol puesto a la lumbre en la plaza.

Las mascaritas de Almiruete bailan el sábado de carnaval ante la mirada de un botarga.
Las mascaritas de Almiruete bailan el sábado de carnaval ante la mirada de un botarga.MARÍA ÁNGELES SÁNCHEZ

GUÍA PRÁCTICA

Información- Ayuntamientos de Villares de Jadraque (949 82 40 40), Robledillo de Mohernando (949 85 11 52), Guadalajara (949 88 70 70), Luzón (949 83 96 02) y Almiruete/Tamajón (949 85 90 01).- Turismo de Cogolludo (626 18 77 99).- www.dguadalajara.es.- www.festejosguada.com.- www.almiruete.com.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_