"Seve ha sido el paciente perfecto"
A Seve Ballesteros le extirparon del cerebro un tumor del tamaño de dos pelotas de golf y después de pasarse 72 días en el hospital de La Paz (en Madrid) se fue, en Navidades, a su casa de Pedreña (Cantabria). Tres, cuatro meses después, un tallo fuerte, los gestos sólo ligeramente rígidos, la mirada quizás un pelín absorto, otro hombre en todo caso, ya fue capaz de aparecer en público, concedió entrevistas, salió al fútbol, habló en inglés durante una rueda de prensa, bromeó, jugó al golf, pleno de energía puso en marcha una fundación contra el cáncer...
"Desde entonces, su calidad de vida no ha hecho más que mejorar", dice Cristóbal Belda, oncólogo de La Paz y responsable del tratamiento de quimioterapia que tan buen resultado está teniendo para el control global del cáncer. "El éxito de Ballesteros es el éxito de la cirugía, de los anestesistas, de los intensivistas. Pero desde que salió en Navidades, tan delicado, la clave ha estado en la rehabilitación. Ha sido un avance espectacular en el que ha ayudado, por supuesto, su pasado de deportista y su buen estado físico general".
El médico del golfista ha visto más muertos que un soldado en guerra
Con Lance Armstrong, el ciclista que superó un cáncer y ganó siete Tours, se popularizaron dos mitos: que los deportistas, por su capacidad de sacrificio innata, por su resistencia al dolor y al sufrimiento, estaban mejor preparados mentalmente para luchar contra un cáncer, y, además, que la lucha es la clave, que quien más lucha más puede salvarse, como si de la fuerza de voluntad del enfermo, y no de la destrucción de las células cancerígenas que no dejan de procrear una vez activadas, dependiera la curación. Belda, que lo ha visto todo - "vemos más penas y más miserias que nadie", dice, "he visto más muertos que un soldado en la guerra"-, relativiza ambos mensajes.
"¿Qué significa luchar?", dice, "todo el mundo lucha por instinto de supervivencia. A la gente hay que decirle que luche. Una vez pasado el primer impacto, la noticia, el segundo es también muy duro, aguantar el tratamiento. Y sólo lo resisten si ellos mismos se convencen de aguantarlo: eso es luchar. Pero también, a veces, llega un momento de rendición; es cuando el cuerpo avisa de que no hay nada que hacer. Los deportistas tienen ventaja, pero no psicológica, sino puramente física. El tratamiento lo elegimos no sólo según el tipo de tumor y su extensión, sino también teniendo en cuenta la reserva biológica del paciente, según el estado de sus riñones, de su hígado, según su masa muscular, su capacidad de consumo de oxígeno. Un deportista de élite es perfecto. Se puede aumentar las dosis sabiendo que el cuerpo aguanta".
En el caso de Ballesteros, después de la cirugía, la duda no era saber si resistiría el tratamiento sino si tendría algún sentido, si la quimio funcionaría, si sería mejor dejarlo todo a la radiología. "Y lo importante es que no nos equivocamos", dice Belda. "Para hacer el cálculo nos basamos en un perfil genético masivo, la tecnología nos ayudó a decidir. Había que analizar los 40.000 genes humanos en los 100 millones de células que componían el tumor, una tarea imposible".
Como agradecimiento, como enfermo sensibilizado y con capacidad económica y mediática para movilizar a la sociedad, Ballesteros recaudará fondos para investigación, que gestionará La Paz. "En España estamos atrasados en inversión privada para la investigación, aunque en La Paz estamos cambiando la tendencia, vamos a vender tecnología a las empresas que nos proveen", dice Belda, director de la unidad de investigación y una persona de izquierdas que no duda en movilizar al capital. "Los fondos públicos son suficientes, han crecido y ha mejorado su distribución desde que los controlan Cristina Garmendia y Miguel Sebastián. El éxito con un paciente tan popular no tiene una importancia especial, nos puede dar fama y reconocimiento, pero el prestigio lo dan las publicaciones en las revistas científicas, y, en este sentido, España está entre los mejores, con cuatro centros entre los 15 primeros por número de publicaciones".
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