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Entrevista:COMIDA CON... CRISTINA MANRESA

"Los ciudadanos se sorprenden cuando les doy mi teléfono"

Jesús García Bueno

A 100 metros de altura, Cristina Manresa rastrea con la mirada el territorio sobre el que tiene mando: "Mira, ahí está la comisaría de Cornellà... Y por allí, la de L'Hospitalet", señala con el dedo. Aunque ha escogido un restaurante que tiene como marca de la casa una antigua torre fabril reconvertida en mirador, a Manresa le van las distancias cortas. La comisaria, primera mujer que alcanza el máximo escalafón en los Mossos d'Esquadra, es el paradigma de la llamada policía de proximidad. "Cuando les doy a los ciudadanos la tarjeta con mi teléfono se sorprenden, pero le dan un gran valor. Esa es la idea: estar disponible para el ciudadano".

A Manresa le pirra el contacto directo con la gente. Y hablar. Habla por los codos. "Me gusta hablar hasta con la familia del detenido", admite. Por eso, media hora después de empezar a comer, su ensalada de queso sigue casi intacta en el plato. Ahora es la máxima responsable de una región que engloba a 1,5 millones de personas y tiene a unos 2.000 policías bajo su mando. "He perdido un poco el contacto con la calle, y eso me apena". Pero ha ganado otras cosas. Como delegar responsabilidades.

La primera comisaria de los Mossos duerme "tranquila" gracias a su equipo

"Siempre me ha gustado mucho organizar. Pero este año he aprendido a trabajar más en equipo. Confío mucho en los míos. Gracias a ellos, duermo tranquilísima", dice Manresa, que recuerda la gestión de la huelga de controladores de El Prat o el terrible accidente de tren de Castelldefels, donde tuvo que estar en primera línea. "Los episodios negativos marcan mucho más, sobre todo cuando hay menores de por medio. Pero tienen una parte positiva: valoras más lo que tienes", explica mientras ataca su cola de rape con verduras.

De 42 años y madre de una niña, Manresa ha completado el cursus honorum policial desde el primer peldaño. Por eso no piensa que su condición de mujer haya sido decisiva para ser nombrada comisaria de la policía autonómica catalana. Quiere que le valoren por ser buena policía. Y no por su género. "He pasado por todo el escalafón y esa es la credibilidad que tengo, nunca me he considerado cuota. Sí pienso que las mujeres aportan normalidad a la policía. La fase de mirarlas mal se ha superado con creces", afirma.

Admite que lo pasa mal para conciliar la vida familiar y la laboral. Pero no más que sus compañeros. "Veo a los otros comisarios y también van de bólido con los hijos. A veces tienes un sentimiento de culpa por no dedicar más tiempo a la familia, pero este trabajo engancha mucho".

¿Qué servidumbres políticas comporta estar en lo más alto? Manresa cree que pocas. "Yo me defino como técnico policial. Acompaño al político, pero él hace su papel y yo el mío. El policía también tiene fuerza ante el político, aunque en este cuerpo a veces hemos estado un tanto acomplejados", dice metida ya en su carpaccio de piña con kiwi.

Manresa insiste en la proximidad para tranquilizar a los ciudadanos "en épocas inestables, donde la gente está cabreada y crispada y traslada ese malestar al ámbito público". Por eso apuesta por el agente que patrulla los barrios. Y por dar su tarjeta a la mínima ocasión. "Aunque a veces te llamen a las tantas de la noche".

Manresa no cree que sea comisaria "por cuota".
Manresa no cree que sea comisaria "por cuota".MASSIMILIANO MINOCRI

El Mirador de Sant Just. Sant Just Desvern

- Ensalada de queso fresco.

- Crema de setas.

- Cola de rape a la plancha.

- Medallón ibérico al oporto.

- Carpaccio de piña y kiwi.

- Pastel de la casa.

- Pan y agua.

Total dos menús: 29,50 euros.

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Sobre la firma

Jesús García Bueno
Periodista especializado en información judicial. Ha desarrollado su carrera en la redacción de Barcelona, donde ha cubierto escándalos de corrupción y el procés. Licenciado por la UAB, ha sido profesor universitario. Ha colaborado en el programa 'Salvados' y como investigador en el documental '800 metros' de Netflix, sobre los atentados del 17-A.
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