"Tener un jefe es terrible"
Pregunta. Junto a su Desafío extremo, en Cuatro, publica el Manual del joven aventurero. ¿Enseña a los niños a ligar?
Respuesta. No. Enseñamos algo que se ha perdido, como salir al campo, a conocer la naturaleza. Ahora los chavales se pasan hasta seis horas al día pegados a videojuegos y a redes sociales.
P. ¿Aconseja algo en el libro que pueda reprocharle Rouco Varela?
R. Absolutamente, no. Le gustaría el libro. Sería un desafío extremo llevármelo de explorador. Le llevaría al Tíbet, donde practican otras religiones mucho más aperturistas, y te pueden abrir la mente.
P. En su Manual... echo en falta pistas para saber cuándo llegan los indios.
R. Ya no llegan los indios. Por desgracia nos hemos perdido una etapa de la vida que era muy interesante, la del explorador aventurero. Ya no tenemos la magia de descubrir culturas o islas.
P. La que montaron en el volcán Eyjafjalla. Cerrados los cielos, ¿volvieron por los infiernos?
R. Pues fue así, la verdad. Al volcán se le fue la mano. Y se despertó tras dos mil años parado. Tuvimos que volver por Boston, las Azores y Lisboa a Madrid.
P. ¿Ser aventurero no tiene mala prensa desde lo de Lehman Brothers?
R. Ese es otro tipo de aventura. Los aventureros en realidad son exploradores, y son absolutamente necesarios incluso en esta sociedad del siglo XXI, tan globalizada, tan estructurada, que necesita esta parte romántica.
P. ¿Cómo se ve la crisis a ocho mil metros?
R. Lejana, ausente. Sin importancia.
P. ¿Cuando está quieto se aburre que se mata?
R. Es verdad, me aburro mucho. Siempre estoy inquieto. Acabo de estar mes y medio en el profundo Amazonas y el día que llegué aquí me fui a la montaña.
P. ¿Le produce más adrenalina una escalada o Cospedal con pañuelo palestino y diciendo que el PP es el partido de los trabajadores?
R. Mucha más adrenalina irme a una montaña. Lo otro me parece una escena cómica.
P. Sube al Kilimanjaro con su fisioterapeuta. ¿Qué culpa tiene él?
R. Se buscó una disculpa diciendo que este brazo había que rehabilitarlo más. Me comió la cabeza y le pagué el viaje al tío.
P. Con Zapatero no pasó de los Picos de Europa. ¿El fuelle del presidente no da para más?
R. Su agenda no lo permitía. Pero lo que hizo fue destacable, porque fue un gran homenaje a los montañeros, ya que siempre se habla de fútbol. Ahora van a ese valle miles de personas a hacer la llamada Ruta de Zapatero.
P. Pues no sé si es el momento más popular de la ruta de Zapatero.
R. No me meta en un jardín, que luego no sé salir. La Ruta de Zapatero en su día fue dura, y ahora es durísima [risas].
P. Su familia le cortó de siempre el pelo en León. ¿Se sienten ahora culpables de que se le esté cayendo?
R. A ver [ríe]... Le tenemos mucho aprecio porque hemos sido vecinos y amigos y él era cliente del negocio. Luego, él está viviendo la que creo que es la época más convulsa del planeta después de la II Guerra Mundial, y lo vemos en otros países. Tiene una papeleta terrible.
P. ¿Para exploradores, Tintín, la montañera Elena Salgado o Esperanza Aguirre en el cinturón sur de Madrid?
R. Hombre, Tintín, por Dios. Mi favorito es Tintín en el Tíbet.Elena Salgado lo hace de verdad. Esperanza Aguirre hace poses. Los calcetines cuando vino de la India, yo que tengo muchos amigos allí... Pasamos de nuevo a esa parte cómica que tenemos en España.
P. Dice que lo suyo viene desde que su padre se fue en Vespa a París. Tampoco es ser Amundsen.
R. Hombre, cuando mi padre fue en Vespa a París en España casi no había carreteras, y en Francia, pocas. Se cogió unos lienzos, un caballete y unas pinturas, le dijo a su novia, que era mi madre, vengo ahora, y se tiró meses.
P. Reyes tibetanos, cazadores del Ártico, ¿tiene algún amigo oficinista?
R. Tengo muchos amigos con trabajos convencionales. Pero a mí me parece que el trabajo con horario es el más duro que existe. Tener un jefe es terrible.
P. ¿De qué tiene miedo?
R. De morirme. Me lo estoy pasando tan bien en esta vida que no soporto la vaga idea de que me tenga que morir. Por eso me gusta mucho el rollo de los budistas, que dicen que se reencarnan. Yo tengo clarísimo que me tengo que reencarnar.
P. ¿En qué se reencarnará, si le dejan elegir?
R. No cambiaría nada de mi vida. Y desde que estoy en la televisión, tengo mucho más presupuesto para viajar a lugares a los que jamás podría haber viajado. He sido guía de montaña durante 16 años y no tenía dinero para irme a la Antártida, al Polo Norte. La tele me permite ir, encima contarlo y, además, me pagan. Me parece perfecto.
Perfil
Tiene 45 años, un hijo adoptado del Tíbet y dos casas, en León y en Katmandú, en las que acoge a tres chavales más. "El Himalaya me ha dado tanto que tengo que involucrarme de verdad". A Nepal va a cuidar yaks y ovejas y a tomarse changs, cerveza local, con sus amigos. Ha aprendido a proteger su libertad "por encima de cualquier capricho". Está en Uganda, tras volver del Amazonas, donde ha llevado "al límite" a un grupo de gente de ciudad.
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