Simultaneidades
Resulta admirable la habilidad de la política para elaborar doctrinas oficiales. A veces la doctrina oficial sobre un asunto precede al asunto mismo, lo que viene a ser como si escampara antes de llover. Gracias a esa maestría ya sabemos que los secretos políticos revelados por Wikileaks, y publicados por este periódico, son meros chismes, puras interpretaciones subjetivas de la realidad. He escuchado a varios ministros y ex ministros repetir la fórmula al pie de la letra. Ni siquiera se molestan en ser originales porque creen que hablan para idiotas. Seguro que al terminar la entrevista en la que han recitado el argumentario establecido les falta tiempo para telefonear a la Embajada de EE UU y asegurar al amo que querían decir lo contrario de lo que han dicho. Un político debe estar dispuesto a asegurar simultáneamente una cosa y su contraria. Quiere decirse que debe disponer de dos almas, de dos morales, de dos visiones del mundo, de dos gargantas (a la manera de un ventrílocuo). Un buen ministro ha de jurar a la familia de Couso que la apoyará en su búsqueda de la justicia y al embajador norteamericano que no permitirá que prospere la denuncia contra los asesinos del cámara. Con un poco de práctica se puede afirmar una cosa con la parte izquierda de la boca y otra completamente diferente con la derecha. Y no pasa nada porque ya ha quedado dicho que somos idiotas. El ministro dividido se marcha a la cama y logra que concilien el sueño sus dos almas, sus dos morales, sus dos visiones del mundo, sus dos gargantas.
El actual embajador de EE UU debe de estar enviando estos días a las autoridades de su país nuevos "chismes" según los cuales nuestros servidores públicos se desdicen de sus palabras apenas abandonan la emisora de radio desde la que han calificado de cotilla a su predecesor. ¡Viva todo!
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