Secuestrados
En España hay 400.000 enfermos mentales crónicos de carácter severo. Son muchísimos pero no se les ve porque viven encerrados en sus casas, ya que en cuanto que asoman a la calle el rechazo social cae sobre ellos como una apisonadora, aplastándolos y reduciéndolos a meros locos, como si esas personas no fueran otra cosa que su enfermedad (nadie llama canceroso a un enfermo de cáncer). Las dolencias psíquicas producen pavor, en parte por ignorancia, porque se asocian con la violencia cuando no es así (el porcentaje de delitos violentos es mucho mayor en las personas llamadas normales), pero también porque, me parece, lo que de verdad tememos es nuestra propia locura, la zona de sombras que todos llevamos dentro. El caso es que los que sufren un trastorno mental son individuos secuestrados por su enfermedad. O más bien por todos nosotros, por la colectividad que los repudia. La medicina puede ayudarles a controlar su dolencia, pero sólo lograrán librarse de ese rapto inhumano si todos colaboramos, si la sociedad les devuelve el lugar que les pertenece como personas.
Para lograr esto y combatir la ignorancia y los prejuicios, se acaba de presentar en Madrid el Proyecto Chamberlin. Han hecho un cómic precioso, Una historia sobre Luis, que se puede leer en www.proyectochamberlin.org y que explica con claridad lo que es vivir con esquizofrenia. Es un cómic tremendamente instructivo para todos (y en especial para los adolescentes) y además nos trae un mensaje de esperanza. Porque la gente del Proyecto, que lleva años trabajando en salud mental, sabe que muchos de estos enfermos se pueden recuperar, o sea, pueden sobreponerse a los efectos de su dolencia y a la estigmatización social, y construirse una verdadera vida personal. Sólo necesitan que nosotros, sus secuestradores, los liberemos.
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