_
_
_
_

Manifestación mundial pro moratoria nuclear

El próximo día 3 de junio, domingo de Pentecostés, serán movilizados simultáneamente la casi totalidad de los grupos antinucleares del mundo, en la que pretende ser la mayor manifestación de la historia contra la tecnología nuclear. La principal reivindicación que se persigue con esta concentración de ciudadanos, realizada a la vez en distintos lugares, es conseguir de los Gobiernos una moratoria de vanos anos en la construcción y funcionamiento de las instalaciones para la producción de energía nuclear.

La secretaría de la Conferencia-Internacional de Coordinación del Movimiento Antinuclear ha enviado a unas 3.500 organizaciones afines la proclama de movilización, acordada por unanimidad en su última reunión, celebrada en Basilea (Suiza) el 3 de diciembre de 1978.Aunque de manera provisional, ya se han anunciado algunos de los puntos donde se reunirán los manifestantes. Los .suecos y los daneses acudirán conjuntamente a Billingen; austríacos y bávaros se concentrarán en un lugar cercano a la frontera con Checoslovaquia y Yugoslavia; los valones de Bélgica se unirán a los antinucleares de Luxemburgo para ir a Cattenom, mientras que los de Flandes se manifestarán con los ecologistas del sur de Holanda, en Dole. El resto de los holandeses lo harán en Almelo. Los franceses volverán a insistir con sus protestas en Tricastain y Le Hague. Los ingleses estarán en Capenhurst. Los irlandeses, en Carnsore. Los de Estados Unidos harán una manifestación en Seabrook. Los alemanes lo intentarán, entre otros lugares, en Gorleben, donde en una prisión cercana las autoridades han desalojado un centenar de celdas para reservarlas a potenciales manifestantes contra la planta de reprocesamiento de residuos nucleares que pretenden contruir allí. En España, cada nacionalidad o región organizará su propia manifestación en los puntos tradicionalmente conflictivos, como Lemóniz, en Bilbao, o Valdecaballeros, en Badajoz.

La lucha para conseguir una moratoria nuclear se inició en toda Europa en la primavera de 1978. Ecologistas de cada país organizaron las correspondientes coordinadoras pro moratoria para solicitar de los Gobiernos y parlamentos el paro de las obras de las centrales nucleares en construcción, así como de las que estuvieran en funcionamiento, hasta que el pueblo no se pronunciase tras un período de información pública y discusión.

En España, la solicitud de una moratoria nuclear fue presentada ante las Cortes acompañada de una larga lista de firmas de personalidades científicas, intelectuales y artísticas que se adherían a la misma.

La moratoria es considerada en círculos ecologistas como una petición moderada, ya que no implica el rechazo apríori de la energía nuclear, con la que se pretende aglutinar a amplios sectores de la opinión pública, cuyo denominador común es su oposición a que se tomen decisiones en este campo sin un período de información y discusión previo.

Este planteamiento ha provocado fuertes polémicas en el seno de la Conferencia Internacional de Coordinación del Movimiento Antinuclear, ya que muchos grupos, entre ellos los del País Vasco, se oponen a reducir su nivel de reivindicación, que es la oposición total a la energía nuclear. De ahí que en algunas zonas la manifestación del 3 de junio no sea por moratoria, sino contra la tecnología nuclear. Pero además de este punto, las concentraciones se harán para pedir el cese del armamento atómico, expresar el rechazo de cualquier tipo de represión, por el desarrollo de los derechos democráticos, por la total transparencia pública de todas las informaciones y decisiones en las políticas energéticas, y por la atención prioritaria a la investigación y puesta en práctica de energías limpias y renovables.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_