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Columna
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'Concebido'

Escuché al ministro Wert hablar del ministro Wert: qué ejemplo de político independiente con las metas claras y los atajos bien puestos. Felicito a monseñor Rouco y al ministro Wert, para que se lo diga al ministro Wert: gran idea la de endilgarle falsamente a Educación para la Ciudadanía lo de que el capitalismo es malo, aunque, en este momento, eso es lo que convendría divulgar en los colegios.

Estos maquiavelos de vía estrecha, que osaron hacerse pasar por moderados, solo engañan a los desmemoriados. Ah, político pasivo-agresivo predilecto, el ministro Ruiz-Gallardón. Recuerdo que le entrevisté en 1987, cuando formó ticket electoral con Álvarez del Manzano para perder, respectivamente, la Comunidad y la alcaldía de Madrid. Por entonces todavía no se había autoproclamado centrista ni progresista. Gallardón tenía 29 años y tres hijos en su haber, todos dentro del matrimonio. Se ajustaba con frecuencia las gafas a la nariz, y controlaba aún menos que hoy esos desafinados de tenor ligero, por los que se le escapa una taimada soberbia de bajo maquinador profundo. Pertenecía el hombre a Alianza Popular, partido antecedente del PP, al que habían apoyado las monjas que, algunos años antes, me desatendieron en una clínica barcelonesa, permitiendo que me desangrara de pie por aborto natural y sin anillo con fecha por dentro. Lo sé porque, cuando me repuse y pagué la factura, me animaron a votar lo mismo.

Lo que le dijo Gallardón a Ana Pastor anteanoche fue: "Probablemente, lo más progresista que yo vaya a haber hecho en toda mi vida es defender el derecho a la vida". Atentado a la fonética aparte, se refería a su defensa del concebido, concepto que manejó en la entrevista, sustituyendo al ya añejo nasciturus de Isabel Tocino.

La derecha tiene muy claro que su única libertad empieza y termina en los mercados.

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