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Le Web 3: Europa se mira en el espejo de EE UU

Política y blogging, juegos y nuevos medios de comunicación centran la segunda y última jornada del congreso internacional sobre web 2.0

Las empresas tecnológicas europeas se miraron ayer en en congreso Le Web 3 en el espejo de EE UU, planteándose por qué sus proyectos tecnológicos no logran el éxito y la repercusión de sus iguales al otro lado del océano. La posibilidad de que se produzca otra burbuja y el carácter comercial del software libre fueron otros temas a debate en el encuentro que continúa hoy con debates sobre la vigencia de los medios de comunicación tradicionales, nuevas formas de entretenimiento y el papel de los blogs en la política.

Martín Varsavsky, fundador de FON, abrió fuego ayer en la cuestión del lanzamiento de empresas desde este lado del atlántico afirmando que lo que le falta en muchas ocasiones a los europeos, y en concreto a los españoles, es el arrojo para jugársela, pese a que tienen “una de las productividades más altas del mundo dada las pocas joras que trabajamos, la cantidad de días de fiesta que nos tomamos”. Piensa el emprendedor hispano argentino que “hay algo en esta parte del mundo que nos hace especiales” y que hay que aprovechar, como la habilidad para “crear servicios que funcionan en diferentes idiomas de forma muy rápida”.

Sobre las diferencias entre EE UU y Europa cuando se trata de crear empresas también intervino Marc Canter fundador de Macromedia y ahora en Broadbrand Mechanics, que sostuvo que “no importa de donde seas o de donde vengas, sino la calidad de tu producto”. Brent Hoberman, de Lastminute, expresó su esperanza en que las tecnologías de la Web 2.0 permitan a un nuevo proyecto llegar a los diferentes mercados que componen Europa, sin gastar tantos millones para llegar a los consumidores de culturas y lenguas diferentes.

El fundador de Netvibes, Tariq Krim, destacó la importancia de abrir los proyectos, convertirlos en plataforma y dejar que otros construyeran sobre ellos. Una apertura que en Netvibes han aplicado también a las diferentes traducciones de su producto, que también considera clave. “Nosotros no podemos abordar todos los problemas, no podemos detectar todos ni solucionarlos, por eso recurrimos a nuestros usuarios, lo que te da la oportunidad de ser rápido y efectivo”, afirmó.

Software libre y comercial

Gil Penchina, de la compañía Wikia ?creada por el fundador de la Wikipedia Jimmy Wales-, y Tristan Ninot, de Mozilla Europa ?desarrolladores del navegador Firefox-, opinaron en otra ponencia sobre la comercialización del software libre. El primero defendió que en Wikia piensan que “hay gente dispuesta a contribuir de forma gratuita a proyectos comerciales” basados en el código abierto, en los que el dinero puede llegar a través de la publicidad, las donaciones o la venta de merchandising.

Frente a este posicionamiento, Ninot quiso dejar claro que en el mundo del open source lo importante no es tanto que el producto sea gratuito, sino su carácter libre. Partiendo de esta base negó que los proyectos de la Fundación Mozilla puedan tener un carácter comercial. No son comerciales, explicó, porque se trata de una fundación sin ánimo de lucro, porque “nunca saldrá a bolsa” ni cobrará por Firefox, porque otros pueden basar su negocio en este programa sin pagar nada. El software y el conocimiento libre, afirmó, no persiguen el enriquecimiento económico. “Si yo te doy una idea y tu me devuelves otra, seremos más inteligentes pero no más ricos”, concluye.

Burbuja 2.0 o inconvenientes de la evolución

Otra de las mesas de debate de la tarde giró en torno a la posibilidad de que el actual éxito de las empresas tecnológicas no sea más que otra burbuja como la que estalló hace seis años dejando tras de si cientos de empresas cadáver. Para hablar de este tema se presentaron en el escenario representantes de dos compañías de capital riesgo, Danny Rimer de Index Ventures y David Hornik de August Capital.

Rimer considera que en la actualidad “se mira con otros ojos a las vacas sagradas de Internet, pues al ser más barato desarrollar un proyecto cualquiera puede replantearse cualquier servicio existente”. A diferencia de lo que sucedió en la primera era dorada de la red, en la actualidad no todas las compañías que empiezan andan a la búsqueda de ángeles inversores, pero muchos quieren abrir su empresa. Por eso, afirma, los problemas aparecerán cuando algunos de los proyectos que apuntan a un mismo mercado tengan que desaparecer. Desde August Capital David Hornik confirma que al no existir ahora tantas empresas que haya repartido acciones ampliamente el riesgo de que su desaparición tenga efectos sobre la economía son menores que en 2000.

En este debate intervino también Ouriel Ohayon, de Techcrunch, que coincidió con Hornet al descartar la posibilidad de que se produzca un cataclismo económico. “Los emprendedores están gastando menos pese a que siguen logrado dinero de los inversores”. Si algunas empresas desaparecen, sostuvo, no será por el estallido de ninguna burbuja, sino por la competencia. “Es mejor hablar de darwinismo”.

En París también se habló ayer de la gran influencia que en la actualidad ejerce Google sobre el éxito de las empresas, pues el buscador es el responsable de buena parte de las visitas. Según Jérémie Berrebi, de Zlio.com lleva a esta tienda online el 80% del tráfico. Se trata de una dependencia muy peligrosa “pues de tu posición en el buscador dependen tus beneficios”.

PABLO FERNÁNDEZ

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