Austria prohíbe la circulación de los coches de Street View por vulnerar la privacidad
Tres congresistas de EE UU piden explicaciones a Google sobre la recogida de datos de las redes wifi de particulares
Los problemas para el servicio Street View de Google se acumulan. Austria ha prohibido hoy de forma cautelar la circulación de sus automóviles por violar la privacidad. La Comisión para la Protección de Datos de Austria (DKS) argumenta que estos vehículos recabaron, junto a las imágenes de las calles, datos de navegación de redes inalámbricas privadas wifi cuyo acceso no estaba protegido. La DKS asegura que Google carece de permiso para almacenar datos privados, por lo que ha ordenado que se suspenda la circulación de sus vehículos de captación de imágenes, al tiempo que ha lanzado una investigación para aclarar lo sucedido. Además, han solicitado a Google una descripción detallada de la forma en la que se procesa la información almacenada para Street View. Waltraut Kotschy, director de la DKS, considera que la investigación durará unos dos meses y en función de los resultados se decidirá si se vuelve a permitir circular a los vehículos de Google. Por su parte, la asociación privada para la protección de datos ARGE ha interpuesto una denuncia contra la empresa al considerar que la grabación de los datos de navegación de las redes wifi no se produjo de forma accidental.
El conflicto salta a EE UU
Tres congresistas de Estados Unidos, dos demócratas y un republicano, han enviado una carta al máximo responsable de Google, Eric Schmidt, con una lista de preguntas sobre la recoleta de datos y su empleo por parte del servicio Street View. Distintos países europeos están investigando qué tipo de datos almacena Street View. Las dudas sobre este aspecto de Street View las desató el Gobierno alemán al preguntar a Google si los coches de Street View que fotografian las calles de las ciudades recogían datos de las redes wifi de los particulares que detectaban durante su recorrido. Google respondió que efectivamente y que era un aspecto conocido. Las autoridades alemanas pidieron datos sobre esta práctica y fue entonces que Google "descubrió" que sus coches habían recogido involuntariamente datos de navegación de las redes wifi privadas cuyo acceso no estaba protegido. Según Google, hay 600 gigabytes de datos de este tipo recolectados en más de 30 países. Google se ha ofrecido a destruirlos ante testigos, ya lo ha hecho en Irlanda, pero algunos gobiernos, como el alemán, quieren comprobar el contenido antes de su destrucción. Una petición que también ha desatado polémica sobre si los gobiernos deben escrutar estos datos o debe procedere a su destrucción sin más. La carta de los congresistas muestra su preocupación por la práctica de Street View y asegura que presumiblemente estos datos de las redes wifi pueden albergar correos e información personal y financiera. "Nos preocupa", dicen, la tardanza en la reacción de Google y la exactitud de las explicaciones que ha dado sobre el caso. En el listado de preguntas que remiten quieren saber si Google pide permiso para la recolecta de datos por parte de Street View y las razones si no lo hace. También quieren conocer qué sistema de destrucción está previsto de los mismos y las ciudades o rutas estadounidenses donde Google ha recolectado datos sobre redes wifi. Google Analytics Al margen de este problema, pero relacionado con la preservación de la privacidad, Google ha anunciado un nuevo diseño del servicio de análisis de navegación para impedir que los sitios que emplean Google Analytics puedan emplear información privada. Google Analytics recoge datos estadísticos de la navegación en un sitio como la dirección IP de la máquina del visitante, el navegador usado o el sistema operativo empleado. Una vez remitidos a Google, éste ofrece al titular del sitio gráficos sobre el uso del mismo. El nuevo sistema permitirá a los internautas incorporar una opción en su navegador que impedirá la recolección de datos para estos análisis por parte de la web visitada. Además, el titular de la web podrá recortar la dirección IP de la máquina visitante para limitar la información a estudiar a aspectos de localización geográfica.
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