Cuando la víctima es el acusado
El caso del atropello en Haro no ha sido el único. Una taxista de Madrid fue indemnizada con 2.500 euros por los padres del joven muerto en el accidente
El juicio que se celebra hoy en Haro, La Rioja ha sacado a la luz un tipo de casos que pasan a menudo por los tribunales: víctimas fallecidas pero acusadas. Hoy los padres de Enaitz Iriondo irán a juicio porque el conductor que arrolló a su hijo, que murió a consecuencia del accidente, demanda 20.000 euros por los daños que sufrió su vehículo, un Audi A8. Según los datos de la dirección general de tráfico, en 2006 317 peatones murieron en un accidente que causaron ellos mismos, 540 resultaron heridos graves, y se produjeron 1.422 accidentes en que el viandante cometió la infracción que desencadenó los hechos.
En 2006, 319 peatones murieron en el accidente que ellos causaron
Con independencia del culpable la ley ampara a la víctima
A muchos padres les cuesta asumir que su fallecido ha sido el culpable
En noviembre de 2005, un juzgado de Madrid, dio la razón al demandante en un caso similar. Una taxista reclamó y ganó 2.500 euros a la aseguradora de los padres del motorista contra el que se estrelló en la madrileña glorieta de Quevedo, en el centro de la ciudad. El motorista, de 20 años, se saltó el semáforo en rojo para entrar en la rotonda, como afirma la sentencia, y murió como consecuencia del choque. Fue culpable y víctima. La aseguradora de la taxista, la Mutua Madrileña del Taxi (MMT), también demandó a los padres del jóven como responsables del accidente por ser los herederos de su hijo, pero la sentencia niega su responsabilidad "porque el causante de los actos era mayor de edad" y además sus padres no figuraban como propietarios del ciclomotor.
Una abogada especializada en accidentes explicaba ayer que a muchos padres les cuesta asumir que su hijo fallecido haya sido el culpable del accidente. "El dolor no les deja asumir la culpa". Por eso este tipo de juicios son especialmente sensibles. La negación de lo sucedido es una reacción normal en los procesos de duelo, según Roberto Durán, psicólogo especialista de seguridad vial del colegio de Psicólogos de Madrid. Independientemente de su responsabilidad, la ley ampara a la víctima de un accidente de modo que siempre queda una vía para que la compañía de seguros del contrario le indemnice. En el único caso en que la víctima queda desamparada es cuando, en un proceso penal, se reconoce a la víctima como único culpable de lo sucedido.
En el caso que hoy se juzga, el de Enaitz Iriondo, los padres ya han recibido una indemnización de 33.000 euros, pagados por la compañía del conductor, Winterthur Seguros, ya que reconoció que parte de la culpa de fue de su cliente que circulaba a más velocidad de la permitida. Pero el menor también infringió las normas de circulación, según el informe técnico de la Guardia Civil. Circulaba de noche, sin chaleco reflectante ni casco, lo que ha llevado al hombre que lo atropelló, Tomás Delgado Bartolomé, a denunciar a su familia. Alega que "también es una víctima".
Los expertos, igual que la opinión pública, se han sorprendido de la frialdad de Delgado en este asunto. Según Durán, la reacción en este tipo de casos depende de la noción de culpabilidad del superviviente y no todos los culpables involucrados en un accidente mortal reaccionan de la misma manera.
Otra sentencia de 2007 obligó a los padres de una mujer que suicidó, arrojándose de una ventana, a pagar más de 4.000 euros al propietario del coche sobre el que cayó. Sucedió en Logroño el 17 de julio de 2006. En este caso, además, los padres fueron declarados culpables por no estar vigilando a su hija que había sido declarada incapacitada años antes, por lo que ellos eran sus tutores.
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