El tsunami de Japón generó icebergs en la Antártida
El satélite europeo 'Envisat' captó la fractura de una placa helada del continente blanco cuando llegaron las olas generadas en el terremoto de marzo, a 13.000 kilómetros de distancia
El tsunami desencadenado por el terremoto de magnitud 9 que devastó una extensa región costera en el noreste de Japón el pasado mes de marzo, se hizo notar a más de 13.000 kilómetros de distancia, en la Antártida. Las olas se propagaron por el Pacífico y su impacto provocó fracturas en la plataforma Sulzberger del continente blanco, de manera que unos grandes trozos de hielo se convirtieron en icebergs que empezaron a flotar en el mar de Ross. Lo captó el satélite Envisat de la Agencia Europea del Espacio (ESA), pero ha sido una científica de la NASA, Kelly M. Brunt, y dos colaboradores suyos, quienes han logrado relacionar ambos sucesos. Tras los análisis de los datos, estos especialistas en criosfera presentan sus resultados en la revista Journal of Glaciology.
Las olas del tsunami tras el terremoto de Honshu, al llegar a la Antártida, medirían sólo unos 30 centímetros de altura (según los modelos de propagación), pero la plataforma helada que las recibió se fracturó. Se formaron grandes trozos de hielo flotantes, el mayor de unos 6,5 por 9,5 kilómetros con un grosor de unos 80 metros que se aprecian en las imágenes captadas por el radar del Envisat.
"El tsunami de Honshu cruzó el pacífico en poco más de 18 horas y afectó a la plataforma helada de Sulzberger provocando la ruptura de 125 kilómetros cuadrados de hielo en el frente de la misma, que había permanecido estable durante más de 46 años", escriben Brunt y sus colegas en Journal of Glacilogy. La llegada del tsunami a la Antártida fue registrada, por ejemplo, en el mar de Ross por mareógrafos instalados por los neozelandeses, añaden. Los investigadores han podido comprobar el efecto de las olas en esa región del continente blanco gracias a imágenes previas al terremoto -o a la llegada del tsunami al mar de Ross- y después tomadas con el radar del Envisat, que ve a través de las capas de nubes que pueda haber.
En los primeros registros del satélite tras la llegada del tsunami a la Antártida de Honshu a la Antártida (el 12 de marzo) se aprecia claramente que se ha fracturado el frente de la plataforma helada y se ha formado un iceberg de unos 10x6 kilómetros, explican los investigadores. Al día siguiente se distingue ya la separación de otro trozo de hielo, más pequeño que el primero, de unos 7x4 kilómetros. En esos días se rompió una superficie total helada superior a los 125 kilómetros cuadrados, incluidos estos dos icebergs grandes y otros fragmentos menores.
"Este hallazgo en la Antártida demuestra que las observaciones desde satélite son esenciales para comprender los mecanismos y los efectos asociados a los desastres naturales", recuerda Henri Laur, responsable de la misión Envisat en un comunicado de la ESA.
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