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Reportaje:vida&artes

No tema la prima: no paga usted

Los premios a los futbolistas, 600.000 euros por el Mundial, chirrían en tiempos de ajuste - La federación se financia sola y es privada aunque representa a la nación

David Fernández

Una rueda de prensa de un futbolista suele ser un rosario de tópicos. "Once contra once"; "no hay rival pequeño"... Aislados en su burbuja, se ponen a la defensiva cuando surge una pregunta que se desvía del carril. Este tic se volvió a dar el pasado lunes en la conferencia previa al último partido de preparación de la selección antes del Mundial. Tras un periodo de negociación, los jugadores habían llegado a un acuerdo sobre las primas con la Real Federación Española de Fútbol (RFEF). Cada uno de los 23 seleccionados se llevará 600.000 euros si se gana el campeonato. Esta abultada cifra, en un momento de grave crisis económica, despertó numerosas críticas y los periodistas aprovecharon la presencia de Iker Casillas para preguntarle. El capitán apenas pudo articular un argumento coherente: "Yo también tengo familia, tengo primos, tengo amigos que están sufriendo la crisis. No hay que mezclar una cosa con la otra. Hay muchas cosas de las que se podría hablar pero no se hablan". Andrés Iniesta lo acabó de arreglar: "Creo que Iker ha contestado muy bien [sic]".

El 'bonus' es el más alto de todas las selecciones y triplica el de la Eurocopa
El dinero público que recibe la federación solo es el 4% de sus ingresos
La FIFA ha elevado un 60% el dinero destinado a premios en el Mundial
El gasto por ganar supondría a España menos de la mitad de lo que ingresaría

El debate sobre la conveniencia o no de esta paga ha trascendido esta vez la barra del bar, llegando incluso al Congreso de los Diputados. ¿Populismo o austeridad ejemplarizante en plena época de sacrificios? Los defensores de las primas argumentan que no le costarán ni un euro al contribuyente -la selección es una máquina de hacer dinero desde que ganó la Eurocopa- y que la federación, aún después de pagar estas astronómicas cifras, todavía haría negocio con el premio de la FIFA al vencedor. En cambio, los detractores denuncian que la selección, aún perteneciendo a una entidad de carácter privado, usa símbolos nacionales y, por lo tanto, no están bien semejantes derroches cuando a otros colectivos (funcionarios, pensionistas) se les exigen sacrificios.

El Bloque Nacionalista Galego (BNG) registró ayer una iniciativa relacionada con el mundo del fútbol en la que pide al Gobierno que exija la renegociación de las primas previstas para la selección "teniendo en cuenta el actual contexto de fuertes ajustes y recortes del gasto". La propuesta del BNG se suma a la realizada el pasado mes de marzo por Esquerra Republicana de Catalunya (ERC). A través de una proposición no de ley este grupo pedía suprimir las primas a la selección. En la exposición de motivos, ERC resaltaba que los jugadores ya cobran por su participación en el Mundial, por lo que no ven "oportuna" una compensación extra por lograr lo que "se espera" que luchen por conseguir. "Catorce millones de euros que se embolsarán 24 personas por dos semanas de trabajo es equivalente al sueldo de un millar de mileuristas por todo un año de trabajo", sostienen desde ERC.

El bonus que recibirán los futbolistas de La Roja en caso de levantar la copa el próximo 11 de julio será tres veces superior al que se llevaron en 2008 por proclamarse campeones de Europa. Además, la cuantía de las primas será la mayor de las 32 selecciones aspirantes. Tras España, los mayores premios son los de Argentina (520.000 euros) e Inglaterra (470.000). Selecciones con mayor palmarés que la española son más modestas en sus emolumentos: Alemania repartirá 250.000 euros, Italia 240.000 y Brasil, pentacampeona, solo 180.000 euros.

¿Puede influir el Gobierno en la negociación sobre la retribución de los futbolistas? Desde el Consejo Superior de Deportes (CSD) explican que el margen es muy escaso, por no decir nulo. "Cada ciudadano tiene su opinión acerca de si este dinero es mucho o poco, pero el Consejo no tiene competencias en los acuerdos que alcance la federación con los jugadores. En cualquier caso, ningún euro de dinero público se destina a estas retribuciones. La subvención que recibe la federación debe emplearse en unos fines pactados previamente como cursos de formación, desarrollo del fútbol base...", explica Albert Soler, director general del CSD.

El 31 de julio de 2009 se publicaron en el BOE los estatutos de la RFEF. En este texto se define a la federación como una "entidad asociativa privada, si bien de utilidad pública". Además, se indica que tiene personalidad jurídica propia y jurisdicción en los asuntos de su competencia. Y se destaca que posee patrimonio propio y carece de ánimo de lucro. En este marco legal a medio camino entre lo privado y lo público -los jugadores llevan en las camisetas el escudo de la bandera española y antes de los partidos se escucha el himno nacional-, el organismo que preside Ángel Villar es prácticamente autosuficiente desde el punto de vista financiero. El año pasado, el CSD destinó 82 millones a subvenciones directas entre las 59 federaciones deportivas. De esta cantidad solo 3,42 millones, el 4,2%, fue a la de fútbol.

Aquellos que respaldan la autonomía de la federación para acordar con los jugadores la cuantía de las primas por ganar el Mundial echan mano de sus cuentas. En 2009, el presupuesto de la RFEF fue de 89,3 millones de euros. El 85,7% de sus ingresos eran recursos propios -principalmente acuerdos de patrocinio-, mientras que el dinero público vía subvención ordinaria del CSD o del Plan ADO apenas representó el 3,8% y el 0,2%, respectivamente, del total presupuestario. Tras el triunfo en la Eurocopa, al comprobar la conexión entre la selección y los ciudadanos, muchas empresas decidieron convertirse en patrocinadores oficiales de La Roja. Entre los esponsors oficiales se encuentran compañías como Iberdrola (el seleccionador dio la lista definitiva de convocados en su sede), Cruzcampo, Adidas, Banesto, Cepsa, Chevrolet...

"Las primas que se han negociado son perfectamente compatibles siempre que sean autofinanciables y se paguen solo si hay resultados de equipo. Otra cosa es que desde el punto de vista ético, en un momento económico tan delicado, las cifras que se manejan suenen mal en los oídos de los ciudadanos", comenta Sergio Pérez, experto en retribuciones de Hay Group, consultora especializada en recursos humanos.

Esta opinión es compartida por Sandalio Gómez, director de la cátedra de Gestión Deportiva de IESE: "Al no tratarse de dinero público, habría que respetar el acuerdo entre federación y jugadores. Si el país no atravesara la situación económica que atraviesa no habría habido tanta polémica, ya que siempre se han pagado primas. Los españoles siempre han sido más permisivos con los sueldos millonarios de las estrellas del balón que con las nóminas de los principales ejecutivos empresariales".

Gómez no cree que los jugadores vayan a correr más por tener una prima. "Se trata más bien de un concepto de justicia retributiva. La motivación previa no es económica ya que los jugadores van a moverse más por el prestigio que concede jugar un Mundial y el hecho de representar a su país. Ahora bien, si se logra el objetivo del triunfo, la federación obtendrá importantes ingresos y es justo que los reparta entre aquellos que han contribuido a lograr la victoria", argumenta.

En este sentido, una fase final de un Campeonato del Mundo no es solo el mayor acontecimiento deportivo del planeta -junto con los Juegos Olímpicos- sino también un gran negocio. Las cifras de la FIFA así lo demuestran. El máximo organismo futbolístico tuvo en 2009 unos ingresos de 1.059 millones de dólares (873,9 millones de euros), un 84% más que en 2003, y se apuntó unos beneficios de 196 millones. La comercialización de los derechos televisivos y los acuerdos con patrocinadores son los principales causantes de este auge. La bonanza en sus cuentas ha llevado a la FIFA a tener un gesto de generosidad: en Sudáfrica repartirá un total de 420 millones de dólares (346,6 millones de euros) entre los participantes, un 60% más que la cantidad distribuida en el Mundial de Alemania de 2006.

Gran parte del dinero que dará la FIFA corresponde al premio pecuniario, ya que el campeón recibirá 24,8 millones de euros, el finalista 19,8 millones, el tercero, 16,5, y el cuarto, 14,8 millones. Es decir, que si España ganara el Mundial, a la federación aún le quedaría un jugoso margen (casi la mitad del premio) después de pagar las primas comprometidas.

"Mientras en el mundo de la empresa los planes de retribución hay que compensarlos y no dejar que los objetivos a corto plazo pesen más que el resto, en el mundo del fútbol esto es imposible porque mandan los resultados más inmediatos, no hay paciencia para establecer planes a cinco años", explica Sergio Pérez.

Los expertos en retribución consultados califican de "osado" el sistema de compensación acordado entre jugadores y federación, ya que se trata de una clara "apuesta por ganar". La diferencia entre ser campeón del mundo (600.000 euros) y quedar segundo (120.000) es muy grande. En caso de caer en semifinales, los futbolistas ganarían solo 90.000 euros, mientras que por pasar de octavos la prima se quedaría en 60.000 euros.

"Ahora mismo, lo que debemos hacer es dejar tranquilos a los jugadores y no preocuparles con debates como el que se ha planteado. Lo importante es que den el 100% y que dentro de un mes traigan la copa", concluye Albert Soler. Seguro que la gran mayoría de los aficionados al fútbol firmarían las palabras del secretario general del CSD.

La llegada de la televisión en los años sesenta empezó a convertir el fútbol en un negocio. Desde entonces, dinero y futbolistas han sido en muchas ocasiones un binomio abonado a la polémica, a los excesos. Quizás quien mejor lo describió fue George Best, el mítico jugador del Manchester United: "Gasté un montón de dinero en chicas, bebidas y coches. El resto lo malgasté".

La selección española recibe la visita del secretario de Estado del Deporte, Jaime Lissavetzky.
La selección española recibe la visita del secretario de Estado del Deporte, Jaime Lissavetzky.ALEJANDRO RUESGA

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Sobre la firma

David Fernández
Es el jefe de sección de Negocios. Es licenciado en Ciencias de la Información y tiene un máster en periodismo por EL PAÍS-UAM. Inició su carrera en Cinco Días y desde 2006 trabaja en EL PAÍS, donde se ha especializado en temas financieros. Ha ganado los premios de periodismo económico de la CNMV, Citigroup, Aecoc y APD.

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