El observatorio 'Planck' completa la primera franja del universo joven
El satélite de la Agencia Europea del Espacio está ya 'fotografiando' la radiación remanente del Big Bang
El observatorio espacial Planck ha empezado a fotografiar la radiación de fondo del universo, el cosmos primitivo, con altísima resolución. Su objetivo es medir variaciones minúsculas de temperatura en la radiación del universo cuando no habían pasado ni 400.000 años desde la gran explosión inicial (la edad actual del cosmos es de 13.700 millones de años), y detectar esas variaciones equivale a comparable a distinguir desde la Tierra el calor corporal de un conejo sentado en la Luna, dicen los responsables de la misión. Los primeros datos obtenidos se plasman en una banda del cielo de 15 grados de ancho (el diámetro aparente de la Luna vista desde aquí es de aproximadamente medio grado) en nueve diferentes frecuencias que abarca la cámara. La calidad de los registros es excelente, dicen los especialistas.
El satélite fue lanzado al espacio el pasado 14 de mayo junto a otro observatorio astronómico también de la Agencia Europea del Espacio (ESA), el Herschel. El 13 de agosto empezó a tomar datos regularmente desde su lugar de trabajo en el espacio, en torno a un punto de equilibrio gravitatorio en el sistema Sol-Tierra denominado Lagrange 2. El observatorio funciona a una temperatura extremadamente baja, próxima al cero absoluto (273,15 grados bajo cero), para poder detectar las minúsculas diferencias de temperatura de la radiación de fondo (ahora muy fría). Esas diferencias térmicas, a medida que el universo evolucionó, dieron lugar a las galaxias y grupos de galaxias. El Planck es heredero de dos satélites anteriores (el Cobe y el Wmap, este último aún en fucnionamiento), dedicados también a las anisotropías de la radiación de fondo, pero los supera en sensibilidad.
El primer rastreo del cielo con el Planck comenzó el 13 de agosto pasado y duró dos semanas, informa la ESA. En esa fase se verificó la estabilidad y calibración de los instrumentos. El resultado es esa primera franja del cielo. La fase de observación científica del satélite rutinaria ya ha comenzado y el plan es que siga haciéndolo ininterrumpidamente durante al menos, 15 meses. El primer mapa completo del cielo estará listo en seis meses.
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