Los investigadores estudian los posibles beneficios de la nicotina como medicamento
En un trabajo que suena algo a blasfemia científica, los investigadores médicos han empezado a prestar mayor atención a algunos efectos beneficiosos de la nicotina. Tras años de veladas discusiones entre los científicos, algunos indicios de que los cigarrillos pueden servir de protección contra algunas enfermedades -o suavizar las consecuencias de otras- han hecho que aumente el interés en descubrir los motivos. Y a centrar la atención en la nicotina, el elemento más activo del tabaco, como un posible tratamiento para algunos problemas graves de salud, entre ellos el parkinsón y el alzheimer. Los investigadores afirman que, sin duda, el daño que causa fumar supera cualquier posible ventaja y que debe ser firmemente desaconsejado. Subrayan que fumar es una de las principales causas de cáncer, de numerosas enfermedades cardiovasculares y de otras que provoca millones de muertes anuales, y que supone un gran gasto a los sistemas de sanidad de todo el mundo.
Con todo, los estudiosos se quejan de que los esfuerzos en contra del tabaquismo han frenado la, investigación de los posibles beneficios de la nicotina y de sus compuestos para el tratamiento de enfermedades como los desórdenes de pérdida de atención, otra dolencia intestinal inflamatoria y una enfermedad neurológica llamada síndrome de Tourette.
John A. Baron, profesor en la Facultad de Medicina de Dartmouth,-que la estudiado durante más de una-décadala relación epidemiológica entre fumar y el parkinson, comenta que "la relación entre el fumar y los posibles beneficios resulta incómoda para mucha gente. Es difícil aceptar emocionalmente que una exposición tan perjudicial en tantos sentidos pueda tener algún beneficio. "Detesto fumar", recalca, "pero también veo evidencias de que la investigación de la nicotina podría resultar útil y de que debería llevarse a cabo".
Según Zach W. Hall, director del Instituto Nacional de Desórdenes Neurológicos y Apoplejía de EE UU, el gobierno de EE UU ha invertido varios millones de dólares anuales en investigación relacionada con la nicotina. El trabajo se centra principal mente en analizar cómo actúa esta sustancia, química en el cerebro y por qué hay receptores en el sistema nervioso central que se ven tan afectados por ella.
No sólo el tabaco
Hall añade: "Hemos apoyado un programa de investigación básica que ha resultado muy productivo. Pero actualmente no basamos nuestra investigación en utilizar la nicotina como tratamiento".Parte del renovado interés actual en probar la nicotina como posible terapia para varias enfermedades se debe a que la sustancia química está disponible desde hace poco en varios productos no vinculados al tabaco que permiten que sea fácilmente suministrada a la gente en diferentes dosis sin los riesgos que implica fumar. La nicotina para ayudar a dejar de fumar está disponible en sistemas distribuidos comercialmente como parches que permiten que la sustancia química sea absorbida a través de la piel, chicles, un aerosol nasal y un inhalador oral.
Otro avance impulsado por la investigación de la nicotina es un conocimiento más profundo de cómo actúan las sustancias químicas en el organismo, especialmente en el cerebro. En todo el cuerpo, hay unas unidades proteinicas llamadas receptores colinérgicos nicotínicos situados en la superficie de muchas clases de células. La nicotina se adhiere a los receptores y estimula la actividad celular. En particular, estimula la liberación de muchas clases de neurotransmisores, mensajeros químicos que transportan señales de una célula a otra, como la dopamina, la acetilcolina y el glutamato.
Lorna W. Role, profesora de biología celular y anatomía en el Colegio de Médicos y Cirujanos de la Universidad de Columbia, afirma que los estudios llevados a cabo por su grupo y por otros demuestran que la nicotina se adhiere a las células cerebrales de tal forma que les hace liberar un torrente de neurotransmisores. Esta acción de la nicotina amplifica las señales de los transmisores, hecho que contribuye a explicar el amplio respectro de efectos cognitivos y de comportamiento que han sido atribuidos a la nicotina.
"Esta actividad afecta principalmente al sistema límbico, que es el centro gratificador del cerebro que anima a la gente a repetir cualquier comportamiento que le haya estimulado", añade Role.
Durante más de 20 años, se han acumulado diferentes pruebas de que los fumadores de cigarrillos corren menos riesgos de acabar desarrollando la enfermedad de Parkinson.
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