"El cultivo de cartílago es una esperanza para las articulaciones dañadas"
A sus 70 años, Pedro Guillén, profesor de traumatología y ortopedia del deporte en la Universidad Complutense de Madrid desde 1988 y director del servicio de traumatología y ortopedia de la clínica Cemtro, confiesa que siempre ha tenido cierta debilidad por la "señora rodilla" y que le debe mucho a las lesiones musculares.
En 1996 introdujo en España el implante de cultivos de condrocitos autólogos, una técnica para tratar las lesiones del cartílago y prevenir la artrosis. En 2000 mejoró este procedimiento con un sistema que se ha extendido por todo el mundo. En 2007 fue considerado uno de los 25 españoles más influyentes en la medicina. Ese mismo año fue galardonado con el Premio Nacional Investigación en Medicina del Deporte por la Universidad de Oviedo e intervino al primer paciente con artroscopia sin cable, un dispositivo diseñado en su centro.
La genufonía es el ruido de la rodilla, su lenguaje. No suena igual una rotura de menisco que la de un ligamento
Pregunta. ¿En qué consiste el cultivo de cartílago?
Respuesta. La técnica de cultivo de condrocitos implantadados autólogos (ACI, en sus siglas en inglés) la describió por primera vez un grupo sueco en 1994. Consiste en tomar una muestra de cartílago del paciente, cultivarla en el laboratorio e inyectarla al paciente a través de un líquido por cirugía abierta. En el proceso se extrae medio gramo de cartílago, como unos cuatro granos de arroz, que contiene unas 30.000 células. En tres semanas aumentan a unos 20 millones. La clínica Cemtro fue el primer hospital que la realizó en España en 1996.
P. ¿Por qué se ha especializado en esta técnica?
R. En el organismo sólo hay tres tejidos que se autorreparan, el hueso, la córnea y el hígado. La falta de cartílago conduce a artrosis; la artrosis, a la prótesis, y muchas prótesis dejan cojo al paciente o le restan calidad de vida. Inauguramos la Unidad de Investigación Biomédica en 2005 para investigar los cultivos celulares en la ortopedia y traumatología. Nos centramos en cartílago, hueso y tendón. El cultivo es una esperanza para las articulaciones dañadas, y digo esperanza porque todavía no tengo la llave perfecta.
P. ¿Por qué la modificó?
R. No me gustaba el ACI porque al inyectar el líquido en la lesión se podían perder células y, además, tenía que cubrirlas con periostio (tejido vivo). En 2000 sustituí el líquido por una membrana con dos caras, una satinada y otra porosa. Se conoce como membrana de condrocitos implantados autólogos (MACI) y la colocamos por artroscopia. Ahora hemos avanzado otro paso. Hemos diseñado el Instant MACI, otra modificación en la que los 20 millones de células se impregnan de manera instantánea en la membrana ya ajustada al tamaño de la lesión.
P. ¿Sustituirán las células madre a sus técnicas?
R. Yo creo en la misma línea celular. Es decir, que si hay que reconstruir un tendón, sacamos las células del tendón y no de otra parte. Hemos realizado un estudio en animales en el que se compara el cultivo del cartílago del animal y el de células madre mesenquimales procedentes de la grasa. Los resultados reflejan que la línea del cartílago es cartílago puro, mientras que las procedentes de las células mesenquimales tienen menos células y son de peor calidad.
P. Ha acuñado el concepto de genufonía. ¿En qué consiste?
R. Es el lenguaje de la rodilla. El ruido de la rodilla se expresa con un crujido que he grabado y analizado muchas veces. No es lo mismo escuchar los sonidos de una rodilla sana, en movimiento, o cuando se explora en consulta. Es muy diferente el sonido de la rotura de un menisco al de un ligamento. Pero, además, la rodilla también se expresa si está caliente o fría, o si tiene un derrame inmediato o tardío. La historia del paciente y los signos que manifiesta la rodilla son su voz, que, junto con las pruebas diagnósticas, constituyen el trípode para el mejor diagnóstico.
P. ¿Qué opina del implante de plasma rico en factores de crecimiento, las sustancias que estimulan el crecimiento celular?
R. Se conocen más de 1.000 subtipos de factor de crecimiento. Dichos factores circulan por la sangre y cuando algo falta se acantonan en ese lugar y tratan la lesión. Un científico español ha optado por la vía centrífuga, los concentra y los extrae en forma de moco. Pero falla porque se utilizan todos los factores a la vez, en vez del específico que se necesita para esa lesión. Roger Guillemin, premio Nobel de Medicina, me dio la razón en la sesión inaugural de nuestra unidad de investigación.
P. ¿Por qué ese respeto de los cirujanos a la rótula?
R. La rótula es una de las asignaturas pendientes del siglo XXI. No todos los trastornos de la rótula son por enfermedad; también aparecen por disminución de la capacidad muscular, problemas de alineación o de angulación. Muchas veces sucede que cuando la rodilla duele y se hace una artroscopia, no se aprecia lesión alguna. Por mis investigaciones durante años clasifico la pobreza del cartílago en dos tipos: cuantitativa y cualitativa. En esta última, la composición del líquido sinovial nos puede dar una información clave.
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