A la calle a fumar
Los bares de Sevilla y Málaga destierran los ceniceros
Ni un cenicero y ni rastro del humo de los cigarrillos en los bares del centro de Sevilla. El día soleado que se disfruta hoy en la capital andaluza ha permitido que los fumadores se salgan sin protestar a la puerta de los bares y restaurantes para apagar su mono de nicotina. Disciplinados, los hosteleros del centro de la ciudad han acatado la nueva ley que impide fumar en todos los locales cerrados.
Eso sí, los trabajadores de los bares han tenido que recordar a algún cliente despistado que desde hoy el tabaco está prohibido. "Un par de personas se han encendido el cigarro con el café. Es por inercia. Hasta que no pasen unos días más seguro que vuelve a ocurrir", comentaba esta mañana Paco, camarero del bar Gran Tino y también fumador: "Llevo toda la mañana comiendo caramelos para no fumar". Este establecimiento cuenta, como muchos de la capital andaluza, con veladores en la calle donde sí está permitido fumar, por lo que se espera que el impacto de la nueva prohibición sea menor, al menos, en días soleados como el de hoy.
En Málaga, el buen tiempo también ha propiciado que la ley antitabaco haya entrado en vigor sin conflictos. En el centro histórico de la ciudad, donde el 95% de los locales permitían fumar hasta ayer, la nueva norma se cumple a rajatabla, y los pocos que quieren echarse un cigarrillo lo hacen en la calle. "No ha habido ningún problema; la gente venía muy concienciada con las noticias que han dado en los últimos días", afirma el camarero de una cafetería de la calle Salvago.
En el bar El Templo, en la barriada de Teatinos, también refugio de fumadores, la ley se ha impuesto con naturalidad. "Ni siquiera ha hecho falta poner carteles. La gente sabe que no se puede fumar ya, y lo cumple, quizá es porque es el primer día. De momento nadie ha protestado y si alguien quiere fumar dentro, tendremos que decirle que salga a la terraza o a la calle", afirma uno de los camareros. Nadie fuma tampoco junto al parque infantil situado frente al bar y, en las terrazas de los alrededores, son muy pocos los que se animan a encender un cigarrillo. "Habrá que ver qué pasa cuando haga mal tiempo", comenta un cliente. Sin embargo, todavía queda alguna excepción. Como, por ejemplo, en la puerta del Hospital Clínico Virgen de la Victoria de la capital malagueña, donde una paciente se fumaba un cigarro esta tarde.
La mayoría de fumadores y de clientes parecía aceptar esta mañana la nueva ley sin mucho reparo. Los que se han mostrado más satisfechos han sido los profesionales de la medicina. La Sociedad de Neumología y Cirugía Torácica del Sur (Nemosur) ha celebrado la entrada en vigor de la prohibición. A través de un comunicado, Nemosur ha recordado también que "la nueva legislación antitabaco solo será eficaz si se aplica de forma estricta". Según esta sociedad médica, hace falta un "seguimiento y sanciones efectivas disuasorias" para que el texto no se quede en "papel mojado". Y es que, con la anterior ley, que entró en vigor en enero de 2006 y ya incluía restricciones, no ha habido un seguimiento correcto. En Sevilla, Málaga y Granada no se han realizado inspecciones en los establecimientos hosteleros en los últimos cuatro años. La Consejería de Salud ya ha anunciado que se hará cargo de estas inspecciones.
Esta misma consejería ha estimado que 283.000 andaluces podrán dejar el tabaco gracias a las nuevas restricciones. En este momento, el 33% de los ciudadanos de esta comunidad es fumador, algo "inaceptable", según Salud.
Por su parte, los hosteleros de Sevilla han mostrado hoy su disconformidad con la nueva ley. Según Antonio Palomino, vicepresidente de la Asociación Hostelera de Sevilla, la nueva norma, una de las más restrictivas de Europa, convierte a los dueños de los bares en "policías". Además, en declaraciones a Europa Press, ha recordado que hace cuatro años algunos locales se adaptaron a la anterior norma para crear espacios diferenciados para fumadores y no fumadores y "los cambios no han podido rentabilizarse".
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