Se busca anciano activo en país de prejubilados
Hay que retrasar la edad de retiro para cuadrar las cuentas, pero pocos llegan trabajando a los 65 - Se abre paso la idea de la jubilación flexible
La vieja caja de Pandora de la reforma de las pensiones ha vuelto a abrirse, liberando de nuevo el llamamiento a jubilarnos más tarde. Y los sombríos augurios si no se actúa, proyectados por el Banco de España, están generando cierta perplejidad en Jordi Romeu. El hoy concejal de Molins de Rei (Barcelona) fue invitado a la prejubilación a los 50 años de edad, después de tres décadas largas fichando para el mismo banco, el BBVA, donde era jefe de riesgos para clientes institucionales. "Sí, los llamamientos a retrasar el retiro me sorprenden. Yo, en mi sector, donde no se suele sufrir un desgaste físico como en la mina o la pesca de altura, la persona de mayor edad... ¡apenas llegaba a los 60!", exclama.
Es un contrasentido que un Estado diga que necesita manos y renuncie a ellas
La proporción de pensionistas adelantados a su edad va a menos
España busca más jubilados en un mercado laboral donde abundan los prejubilados. Es una práctica ya casi tradicional en los bancos y las cajas de ahorros para renovar a sus respectivas plantillas. Pero no sólo. Grandes empresas radicadas en actividades tan distintas como el transporte aéreo (Iberia), la industria tabaquera (Altadis), el automóvil (Seat) o las telecomunicaciones (Telefónica) han limado sus excesos de personal abriendo la puerta a los empleados más próximos a la edad de jubilación legal (65 años). Y esa edad no siempre está tan próxima. En RTVE, la tijera que ha podado 4.150 puestos de trabajo ha cortado a partir de los 52. Y ahí está el intento de Telefónica de rebajar el listón hasta los 48, aunque un pacto con Trabajo ha eliminado este listón y da a la decisión carácter voluntario.
"Todo el mundo sabe, menos el Gobierno y los sindicatos, que el sistema español no es sostenible y que algo habrá que hacer; algo como aumentar la edad de jubilación a medida que se alargue la esperanza de vida", comenta el profesor de IESE Javier Díaz Jiménez, coautor del informe El sistema de pensiones español. "Eso es distinto del hecho de que, en crisis, las grandes empresas aprovechen el margen que les da el marco legal para flexibilizar sus plantillas y reducir costes mediante las prejubilaciones", precisa.
Ya lo aprovecharon en el pasado. "Las prejubilaciones no son para nada un fenómeno nuevo en España, pese a lo vistoso de algunos casos recientes, porque a la empresa le sale más rentable que un despido en el caso de trabajadores con mucha antigüedad", subraya Susana Pizarroso, socia responsable del Área Laboral de KPMG. Se recurrió a ellas ya a finales de los setenta y en los ochenta, con la reconversión de industrias como la siderúrgica o la minera, o en la ola de fusiones bancarias de principios de los noventa.
Son perfectamente legales y menos traumáticas que un despido. Pero no pasa desapercibida la paradoja de que se acorte la vida laboral del trabajador en un país al que Bruselas, el FMI y la OCDE le recuerdan de vez en cuando que necesitará más manos (léase cotizantes) durante más tiempo.
Esta paradoja "no es de recibo", enfatiza Roberto Pereira, presidente de la Comisión de Aspectos Laborales de la Empresa del Consejo General de Economistas. "Hoy podemos permitirnos estas prejubilaciones masivas porque en la pirámide de población tenemos aún una amplia base de cotizantes que subvenciona a un vértice de pensionistas", reflexiona, "pero esta pirámide irá cambiando con los años y lo que hoy somos capaces de absorber será imposible de absorber en 30 años. En el futuro, mi impresión es que el Gobierno no va a permitir esa alegría en las prejubilaciones a edades tan tempranas".
¿Por qué? Por la evolución de la tasa de dependencia, que es la población de más de 65 años dividida por el número de trabajadores que los sostiene. Hoy, esa tasa es del 24%. En 2050 será del 59%. Según Eurostat, la oficina estadística de la Comisión Europea, el gasto en pensiones de jubilación, que equivale a poco más del 8% del Producto Interior Bruto (PIB) español, puede llegar a rozar el 16% en 40 años.
"Prejubilar a algunas personas puede ser oportuno en algunos casos, lo que no puede ser es la gran solución. Medidas que hoy pueden parecer necesarias y comprensibles por la crisis pueden volverse inoportunas dentro de unos años, porque nos toparemos con una tasa de dependencia demasiado elevada y con una falta de capital humano", alerta Xavier Prats, director de Políticas de Empleo de Bruselas. "A ciertas edades es siempre preferible preservar el empleo, aunque sea trabajando y cobrando menos, porque será difícil que esas personas vuelvan al mercado laboral", añade.
Al hilo del regreso al mercado laboral, hay que tener en cuenta que, según los acuerdos pactados, las incompatibilidades de un prejubilado le atan de manos. De eso se queja, por ejemplo, la veterana y reconocida periodista Rosa María Calaf, que durante buena parte de los 38 años que trabajó para RTVE metió en las casas por la pequeña pantalla lo que ocurría en medio mundo. "Recibo muchas propuestas de instituciones educativas, medios de comunicación, organismos internacionales y hasta ONG, todas ellas basadas en una experiencia que he adquirido porque mi empresa, pública, invirtió en mí. Pero no puedo aprovechar esta experiencia, ni siquiera gratis", lamenta Calaf. Al margen de las incompatibilidades de RTVE, la parte que cobra del Inem le impide embarcarse en viajes largos al extranjero. "Podría estar generando dinero a la Seguridad Social, en lugar de consumir sus fondos", se extraña.
Cada caso es un mundo. "¡A mí el Estado no me paga ni un euro!", puntualiza Romeu, que ha podido compatibilizar su remuneración como directivo prejubilado del BBVA (percibe una renta de sustitución equivalente a un 85% del sueldo que cobraba) con otros empleos. Sí es del todo incompatible trabajar en el sector financiero y asegurador. Y sigue cotizando a la Seguridad Social. El acuerdo con el BBVA se mantendrá hasta que Romeu alcance los 65 años y, no, como en otros casos, hasta los 61, edad en que en España se abre la veda a la jubilación anticipada. Salir del mercado laboral antes de los 65 está penalizado con un recorte anual de la pensión de entre el 6% y el 7,5%.
Es de lo que se quejan muchos trabajadores convertidos en prejubilados a raíz de un expediente de regulación. "Mi salida de la empresa no fue voluntaria", constata José Comes, ex ejecutivo de Siemens que formó parte de las 177 personas, de entre 52 y 55 años, de las que la multinacional alemana prescindió en Cornellà (Barcelona) entre 1996 y 1998. Comes cobró dos años de paro. Después, Siemens completó su renta de sustitución, hasta los 61, en que pasó a ser un jubilado anticipado.
"Por el coeficiente reductor, a partir de los 61 años (o de los 60, en los casos de los mutualistas que cotizan desde antes de 1967) te quedas con una pensión reducida en un 30%, y no es justo porque no me prejubilé voluntariamente", añade Comes.
Ocurre en Valeo. O en Seat. En Internet abundan las webs donde los prejubilados víctimas de recortes de plantilla se movilizan para intentar tener el 100% de su pensión. Y eso, aunque hayan cotizado 41 años, caso del prejubilado de Telefónica Félix Higueras, representante de la Federación Madrileña de Prejubilados. "Si hasta el secretario de Estado de Seguridad Social dice que hay superávit gracias a los coeficientes reductores que aplican a personas como yo, con prejubilación forzosa".
Si no es por esos casos forzosos, la proporción de trabajadores que se jubilan de forma anticipada a los 60 o 61 años no va a más. Según el Ministerio de Trabajo, en 2004 suponía el 46,4% del total. Al cierre del tercer trimestre de 2009, bajó al 40,2%.
"Es mentira que hoy haya más jubilaciones anticipadas", subraya, en declaraciones a este diario, el secretario de Estado de Seguridad Social, Octavio Granado, quien confiesa tener en mente endurecer más el recurso a las prejubilaciones. Para Granado, "prejubilar a los 48 o a los 50 es un despilfarro social y económico". Más que elevar la edad legal de jubilación, como han hecho (hasta los 67 años) Alemania, Noruega o Islandia, el secretario de Seguridad Social plantea la necesidad de "más incentivos para que el trabajador se sienta motivado a seguir trabajando a partir de los 65, porque una sociedad que envejece con una esperanza de vida mayor y con una menor tasa de natalidad es lógico que vea desplazarse la edad real de jubilación, que en España es hoy 63 años y 10 meses, para hacerla coincidir con la legal (65)". Y eso aunque sea con fórmulas de "jubilación flexible", reclama desde CC OO Carlos Bravo, quien recuerda que "jubilarse a los 65 es un derecho, no una obligación".
Hoy trabajan en España cerca de 130.000 personas que ya han cumplido los 65. En teoría, este colectivo debería ir a más, porque cada año que pasa a partir de entonces sin jubilarse le aumenta la pensión (un 2% o un 3% según los años de cotización). "Pero la prolongación voluntaria de la edad de jubilación, pese a los incentivos, no ha tenido el éxito esperado porque las empresas siguen primando la renovación de plantillas", opina Carmen López, secretaria de Política Social de UGT.
Mucho depende del ánimo de cada uno. "Entiendo el debate de las pensiones, pero cuando uno lleva 40 años trabajando, puede tener ganas de hacer otras cosas", apunta Romeu. Maria Rosa Mateu sigue regentando su negocio de hamacas en una playa de Malgrat de Mar (Barcelona) a los 67 años, tras 49 vinculada al sector del turismo. Aunque Mateu podría jubilarse a los 68, "porque cumpliré 15 años como autónoma", no cierra la puerta a seguir en la brecha: "Tengo fuerzas para seguir uno o dos más, igual lo retraso. El trabajo me permite charlar, socializar. Y eso me gusta".
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