Los aeropuertos españoles siguen descalzando a los pasajeros
Las autoridades aplican los mismos controles con la nueva norma europea
Más de un viajero se ha tomado al pie de la letra el reglamento europeo según el cual no es obligatorio descalzarse o quitarse el cinturón en los controles antes de acceder a la zona segura del aeropuerto y se ha llevado un chasco. Y en algún caso, una bronca.
"Hemos empezado a tener algunos problemas", dice el jefe del área de seguridad y facilitación de Aviación Civil, Oriol Aragón, porque hay viajeros que se niegan a quitarse los zapatos.
Los cacheos deben ser realizados por la Guardia Civil, según la Ley
El reglamento europeo sobre medidas de seguridad en los aeropuertos apenas rebaja las cuitas de los pasajeros en los controles. Los usuarios pueden enarbolar la normativa vigente desde el 20 de agosto para llevar en el equipaje de mano una tijera pequeña (menos de seis centímetros de hoja), medicamentos o alimentos especiales líquidos (sin necesidad de presentar receta) pero tendrán que quitarse los zapatos o el cinturón si se lo pide el personal de seguridad.
Desde que se estableció el reglamento en 2003 (que luego se ha reformado, por ejemplo en 2006, con la restricción de los líquidos en equipaje de mano) se habían declarado secretos todos los detalles sobre los controles en los aeropuertos. Ahora se publican, pero todo sigue prácticamente igual, coinciden los responsables de aplicar la normativa: la Dirección General de Aviación Civil y la Guardia Civil.
"El control es el mismo", zanja un portavoz de este cuerpo de seguridad. La novedad relativa es la lista de los artículos prohibidos pero "no es exhaustiva" y se puede vetar cualquier otro que resulte "sospechoso".
Los zapatos deben ser inspeccionados, bien manualmente o en la máquina de rayos X "cuando exista la certeza de que va a hacer saltar las alarmas", porque lleva tacón o tachuelas, por ejemplo. Pero también el calzado deportivo o de otro tipo que "por su forma o tamaño pueda ser susceptible de albergar explosivos". La legislación española establece que los cacheos deben ser realizados por la Guardia Civil, de modo que el pasajero puede solicitar su presencia al personal de seguridad privada.
El eurodiputado Ignasi Guardans (CiU), que ha denunciado la arbitrariedad en la aplicación de las normas de seguridad y su secretismo, considera que ahora el pasajero no tiene por qué descalzarse ni quitarse el cinturón "antes de pasar el arco detector de metales".
"Si dejamos que piten antes de pedir que se descalce, el pasajero pasa dos veces el arco y se pierde tiempo", explica Aragón. Para evitar "molestias" en los 200 filtros de seguridad que hay en los aeropuertos españoles seguirán "recomendando" quitarse el calzado y el cinturón, junto con los objetos metálicos. "Vamos a tratar de explicarlo en el control", para evitar "molestias".
Algo similar se aplica para los líquidos en el equipaje de mano (deben ser presentados en el control, igual que abrigos, chaquetas y ordenadores, para ser controlados por separado). Guardans dice que no es necesario presentar receta para los medicamentos líquidos (en envase de más de 100 mililitros). Pero la norma dice que el pasajero "deberá poder confirmar la autenticidad del líquido autorizado". "Conviene llevar un documento", advierte Aragón. ¿Y los potitos o biberones de los bebés? "La casuística es enorme", concede.
Sobre las tijeras o navajas de menos de seis centímetros, Aragón explica que se pueden llevar a bordo. Antes también, pero admite que no en todos los aeropuertos se aplican las normas por igual, y acepta que hay que hacer un esfuerzo por unificar criterios. En todo caso, sigue el secreto en algunos aspectos del reglamento, comenta el portavoz de la Guardia Civil, como la calibración de los arcos o el trato a pasajeros perturbadores.
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