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La Unesco planea desproteger las Tablas de Daimiel

El Consejo Científico pedirá que deje de ser reserva - Varapalo a España por dejar que miles de pozos sequen el Parque Nacional

El cartel parece una broma de mal gusto. Embarcadero, dice. La señal remite a un esqueleto de madera sobre la tierra seca. El agua hace más de tres años que no llega a esta zona de las Tablas de Daimiel, teóricamente el humedal más valioso de España; en realidad un paraje esquilmado por miles de pozos -muchos ilegales- y mantenido apenas con vida con bombeos de agua. Por eso el Consejo Científico de la Unesco (la agencia de la ONU para la ciencia y la cultura) tiene ya listo el informe que debatirá el 13 de junio y que recomienda retirar -aunque sea cautelarmente, hasta 2015- las Tablas de Daimiel de la lista de reservas de la biosfera.

El fiscal de Medio Ambiente investiga el robo masivo de agua en la zona

El informe ha sido realizado después de que las principales asociaciones ecologistas denunciasen a la ONU la sobreexplotación del paraje y ha sido dirigido por Javier Viñuela, investigador del Centro de Recursos Cinegéticos del CSIC. El texto da dos opciones: o retirar hasta 2015 la protección o dar un ultimátum a España y fijar que si entonces no está recuperada, La Mancha húmeda perderá la protección. En medio, las Tablas saldrían de la zona de máxima catalogación.

Fuentes del Consejo Científico explican: "Si permitimos que la certificación ampare todo, no tendrá valor". El consejo, 21 especialistas, debatió el borrador el pasado 7 de marzo. El 13 de junio debe tomar una decisión, que no cambiará lo sustancial del informe, según las fuentes consultadas. Esto implica que España recibirá un varapalo que se agrava porque las Tablas tiene -y conservará- categoría de Parque Nacional, y es uno de los 14 espacios naturales más valiosos de España.

La decisión de los científicos no es vinculante. Pero luego pasa a un órgano en el que están las autonomías y el Gobierno. Tendrán que dar explicaciones si deciden mantener la protección. En este caso no hay un único responsable, sino todos los que durante más de 30 años miraron hacia otro lado.

El consejero de Medio Ambiente de Castilla-La Mancha, José Luis Martínez Guijarro, no quiere planteárselo: "Sería injusto que ahora que hay un plan para poner en orden el acuífero y explotarlo de forma sostenible, la Unesco no fuese sensible". Guijarro se refiere al Plan Especial del Alto Guadiana, recién aprobado, un ambicioso proyecto de 3.000 millones de euros para recuperar la zona en 20 años. "La administración del agua ha mirado para otro lado durante décadas. Éste es un problema heredado que ahora vamos a solucionar", añade.

Como explica el jefe de Planificación de la Confederación Hidrográfica del Guadiana, Ángel Rodríguez, "el plan busca reducir unas 50.000 hectáreas de regadío y reducir la dotación de agua de las parcelas". La Junta y el Gobierno comprarán dotaciones de agua de los regantes, reforestarán la zona, comprarán terreno e instalarán caudalímetros en pozos. También legalizarán muchos de ellos, "siempre que pertenezcan a agricultores que tienen la plantación como su ocupación", explica Martínez Guijarro. El objetivo es que a partir de 2018, en el mejor de los casos, los ojos del Guadiana vuelvan a manar y que las Tablas revivan. La fecha prevista es posterior a la fijada como límite por la Unesco, lo que augura un panorama negro para Daimiel.

Aunque no tanto como el actual. En esta época del año, las Tablas deberían estar en su máximo, con 1.000 hectáreas anegadas. Pero no. "Tenemos 18 hectáreas encharcadas y gracias a que bombeamos agua del subsuelo", explica el director del Parque, Carlos Ruiz, con un tono cansado. Está harto de tratar el tema. Las Tablas entran en su cuarto año sin agua, un triste récord. Las aves se han ido a la depuradora de Daimiel. Apenas hay fauna. Y la que queda está en gran parte en una laguna artificial y cubierta con una red para que no se escapen. La Mancha húmeda es historia.

Las Tablas era un ecosistema único, formado por la unión del agua salina del río Cigüela y del agua dulce que manaba de los ojos del Guadiana. Por ellos rebosaba el acuífero 23, un enorme pantano subterráneo que llegó a guardar 12.500 hectómetros cúbicos (cada hectómetro equivale a un volumen como el del estadio Santiago Bernabéu). En 1965, Franco comenzó la desecación de la zona para implantar el regadío y comenzaron los problemas para las Tablas. La Mancha húmeda, donde brotaba el agua en cada esquina, comenzó a morir. Surgieron miles de pozos, para regar maíz o alfalfa. Para evitar la desecación de Las Tablas, el Gobierno lo designó en 1973 Parque Nacional y en 1980 la Unesco dio título de reserva de la biosfera a un área mucho mayor. Nada evitó la decadencia. En 1984 los ojos del Guadiana dejaron de manar y en 1995 las Tablas de secaron por primera vez. El acuífero, esquilmado por unos 70.000 pozos, ha bajado más de 20 metros y ha perdido más de 2.800 hectómetros. El Cigüela rara vez lleva agua. En junio de 2005 se secaron de nuevo. Hasta hoy.

Las principales organizaciones ecologistas, hartas de denunciar la situación, optaron en septiembre por cortar por lo sano. Ecologistas en Acción, WWF-Adena, SEO-Birdlife y Greenpeace pidieron a la Unesco que le retirara la catalogación de reserva de la biosfera. "No fue fácil. Solemos pedir protección para los espacios, no lo contrario", dice Miguel Ángel Hernández, de Ecologistas en Acción. Buscaban un varapalo a España. Y está a punto de llegar.

Pero el problema no tiene una solución sencilla. Sobre las 500.000 hectáreas del acuífero vive un tercio de la población de Castilla-La Mancha. El regadío ha estabilizado la población y creado riqueza. Cerrar los pozos es conflictivo. No es fácil oponerse. No lo hizo el Gobierno, que en 2006 anunció "una moratoria" en las sanciones y aparcó 5.000 expedientes. Con esos antecedentes, los ecologistas dudan de que el plan del Alto Guadiana vaya a funcionar. El consejero asegura que los agricultores son los primeros interesados: "Si se sigue sobreexplotando el acuífero no habrá agua que sacar para regar".

Paralelamente, el fiscal coordinador de Medio Ambiente, Antonio Vercher, investiga el robo masivo de agua para acabar con la impunidad en la zona. Para ver quién es culpable de que la mejor laguna de España sea, en realidad, un secarral.

Una barca en una antigua zona de lagunas en las Tablas de Daimiel.
Una barca en una antigua zona de lagunas en las Tablas de Daimiel.SANTI BURGOS

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