El Papa conocía el caso del pedófilo de Múnich
Nuevos detalles implican cada vez de manera más directa al actual Papa Benedicto XVI en el ocultamiento de un cura pederasta en Múnich y Freising cuando era arzobispo en 1980. Según ha confirmado una investigación de The New York Times, Ratzinger supo que el sacerdote Peter Hullermann, acusado de abusar de niños, volvía a trabajar. Desde que el caso salió a la luz hace dos semanas, otras cuatro víctimas de las agresiones del sacerdote se han atrevido a denunciarlo.
Con 32 años, Peter Hullermann fue trasladado de la ciudad de Essen (oeste) a Múnich por abusar de tres niños. Allí debería atender a una terapia con el psicólogo Werner Huth, experto en pederastas. El cambio se produjo "con la clara indicación de que no volviera a trabajar con niños", aseguraron fuentes del obispado de Essen a EL PAÍS. Ratzinger firmó el documento con el que se aceptaba el traslado.
Según la versión oficial del episcopado, fue el número dos de Ratzinger por aquel entonces, el ex vicario general Gerhard Gruber, que ahora tiene 81 años, quien tomó personalmente la decisión de reincorporar enseguida al sacerdote en una parroquia de Múnich. "No queríamos que estuviera todo el día sin nada que hacer", aseguró Gruber. Pero el periódico estadounidense asegura ahora que el actual Papa recibió un informe en el que se decía que Hullermann iba a volver al trabajo pastoral unos días después de empezar el tratamiento para superar su pedofilia, una información ya adelantada por Der Spiegel. Lorenz Wolf, vicario judicial del obispado de Múnich, declara a The New York Times que informes como ese son mera rutina y que "es poco probable que acabara en la mesa" de Ratzinger. Con todo, "no descarta" que el hoy Pontífice lo leyera.
Hullermann fue condenado por un tribunal de la Alta Baviera a 18 meses de cárcel en libertad condicional por abusar de un niño en 1985. Volvió a trabajar en 1986, y estuvo en servicio hasta hace dos semanas. Después de que la prensa destapara su caso, fue suspendido. En los últimos días han aparecido cuatro nuevas víctimas de Hullermann, que se suman a las cinco que ya se conocían.
La noticia llega un día después de la publicación también en el mismo rotativo de la documentación que demuestra que Benedicto XVI, en sus años de prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, decidió no apartar del sacerdocio a un cura acusado de haber abusado sexualmente de 200 niños.
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