El PSC no tomará medidas contra la alcaldesa de Cunit

El Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC) no tomará ninguna medida contra la alcaldesa de Cunit, Judit Alberich, también socialista, por haber intercedido contra la detención del imán imputado por acosar a la mediadora municipal Fatima Ghailan por llevar un modo de vida occidental. En la misma línea que se expresó ayer el presidente José Montilla -"Dudo que una alcaldesa tenga fuerza para evitar una detención", dijo-, el portavoz paralementario socialista, Joan Ferran, ha afirmado que no tomarán medidas contra Alberich. "Es un asunto que está en manos de la justicia y no conviene entrar en un debate desde el punto de vista mediático. Hay que ser muy respetuoso", ha señalado.

En su reflexión, Ferran ha optado por defender a Alberich atacando la política de inmigración del Partido Popular (PP). "Hay asuntos que han sido utilizados de forma perversa. Estamos preocupados porque el PP, con Xavier García Albiol (concejal popular en Badalona) le ha puesto más leña al fuego. Ellos se han vuelto a cargar el Estatuto y las leyes lingüísticas", ha contestado Ferran dejando entrever, en contraste, la buena voluntad de la alcaldesa de Cunit al querer mediar entre el imán y la mediadora. En la localidad, circula un manifiesto a favor de Ghailan. A propósito de la polémica de Vic, García Albiol avisó si llegaba a gobernar en Badalona no empadronaría a los inmigrantes ilegales. Pero luego se desdijo cuando el Abogado del Estado concluyó que todos los Ayuntamientos debían empadronar a los inmigrantes para cumplir la ley.

"Me están llamando cada día, me hacen visitas para asegurarme que ya no tengo futuro en Cunit, que yo y mi familia corremos peligro y deberíamos plantearnos irnos del pueblo". Entre el nerviosismo y la crispación, Fatima Ghailan, la musulmana de 31 años que ha sufrido desde 2008 el presunto acoso del imán de Cunit, ha denunciado esta mañana en Catalunya Radio que recibe presiones de los habitantes del pueblo para que abandone la localidad junto a su familia, su esposo y dos hijos menores de edad. "Me lo advierte gente del pueblo de toda la vida, los que supuestamente consideraba amigos, así me tranquilizan para llevar esta situación", ha lamentado con tono irónico la empleada como mediadora cultural en el consistorio de la localidad. "Sólo quiero que esto termine, seguir trabajando y que nos dejen vivir tranquilos", ha resuelto. La Fiscalía pide cinco años de cárcel para el imán, Mohamed Benbrahim, y entre dos y cuatro años para otros tres imputados, entre ellos la esposa y la hija de Benbrahim.

En la entrevista, Ghailan ha vuelto a criticar el desamparo al que, según su versión, le ha sometido el Ayuntamiento. "La alcaldesa me dijo que yo era un problema para el Ayuntamiento", ha subrayado repitiendo las quejas que ya manifestó en la entrevista publicada ayer por EL PAÍS. "Por parte del Ayuntamiento he estado sola", ha añadido. Ni la alcaldesa, la socialista Judit Alberich que a su vez es senadora por Tarragona, ni desde el PSC ni ningún otro partido político, ha llegado aún un solo mensaje de apoyo para Fatima. "No comentamos el tema porque está en manos del juez", se limitó a apuntar ayer un portavoz socialista. Con todo, Ghailan confía en mantener su trabajo pese a que depende en última instancia de la alcaldesa a la que ha contrariado públicamente.

Intereses, religión y denuncias falsas

Sobre los motivos por los que el imán de Cunit capitaneó la presunta campaña de acoso contra Ghailan, la supuesta víctima ha subrayado que se trataba de una mezcla de extremismo religioso con ciertos intereses por mantener el liderazgo dentro de la comunidad musulmana en Cunit. "Se han unido varios factores. El imán tenía sus intereses pero ha utilizado mucho el Islam, le ha dado mala imagen. Yo soy musulmana y me ha dolido mucho. Me han catalogado de mala musulmana a mí, a mis hijos y a mi marido por asuntos como no llevar velo". Aunque el velo se lo quitó, ha precisado, después de los primeros acosos. "Entonces todavía me criticaron más", ha reseñado.

Sobre los motivos del imán, que deberán clarificarse durante el juicio aún pendiente de fecha, Ghailan ha apuntado a posibles intereses económicos. "Me acusaban de ser un topo en los temas sobre ayudas económicas a familias musulmanas. Decían que si había familias marroquíes con dinero que solicitaban ayudas sociales, yo pasaba información a las asistentes de que esas familias no tenían derecho a ayudas. No es verdad, como ha demostrado el juez", ha asegurado Ghailan. El imán también acusó a la mujer, según la instrucción judicial, de falsificar informes oficiales de arraigo social a cambio de sobornos. Se trata de trapicheos muy presentes en los centros religiosos y mezquitas de la provincia en los que podría estar vinculado el imán, razonan fuentes policiales ajenas al caso de Cunit. "El proceso judicial está muy bien encarrilado y sólo espero a que todo esto termine", ha zanjado Ghailan.