Multas de 300 a 3.000 euros a prostitutas y clientes en Lleida
El Ayuntamiento de Lleida, gobernado por el PSC, está decidido a erradicar la prostitución callejera. Ayer entró en vigor la nueva ordenanza de civismo que prevé multar a las prostitutas y a sus clientes con sanciones que oscilan entre 300 y 3.000 euros. Lleida es, después de Barcelona, la segunda ciudad catalana que persigue la prostitución callejera.
El reglamento prohíbe "la oferta y negociación" de la prostitución en todas las vías de la ciudad. Además, considera como agravante la reincidencia y que la actividad sexual se desarrolle en un espacio público o cerca de un centro escolar, en cuyo caso las multas serán superiores a 300 euros. En Lleida son lugares habituales de prostitución la entrada a la ciudad por la antigua carretera N-II y la salida de esta misma vía en dirección a Zaragoza, donde hay tres institutos de enseñanza secundaria y una residencia de estudiantes.
La nueva ordenanza de civismo prevé dos tipos de actuación de la policía municipal. Una primera de advertencia y la segunda sancionadora si se hace caso omiso. Paralelamente, el Consistorio leridano pondrá en marcha un plan integral para buscar alternativas sociales, educativas y laborales a las personas que se prostituyen. Fuentes policiales cifran en alrededor de 1.100 las mujeres que se dedican a la prostitución en Lleida. Unas 160 la ejercen en la vía pública. El equipo de gobierno asegura que la ordenanza mejorará la situación personal de estas mujeres y la imagen de la ciudad. Las afectadas se oponen. Subrayan que la prohibición no da resultados y que no están claras las políticas sociales alternativas.
Pronto pago
En el caso de Barcelona, la ordenanza se aplica desde hace algo más de dos años y afectó, sobre todo, a la prostitución que se ejercía en el barrio del Raval y en una zona del Eixample barcelonés. Mientras que en esta última prácticamente ha desaparecido, en el Raval depende de la presión que ejerza la Guardia Urbana. De hecho, prostitutas, clientes y policía municipal protagonizan el juego del ratón y el gato. Las multas son de hasta 750 euros por negociar en la calle y de entre 1.500 y 3.000 si la práctica es en el espacio público. En 2007, se impusieron 2.937 multas, 900 de ellas a clientes. Es frecuente el pronto pago porque supone el 50% del descuento y se evita la notificación al domicilio.
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