El tiburón gris capturado en Tarragona murió por tragarse un anzuelo de siete centímetros
El escualo, de dos metros y entre 15 y 20 años, tenía dificultades para respirar y una herida en la aleta
El tiburón gris capturado el pasado lunes en la playa del Miracle de Tarragona ha muerto a causa de una ulceración aguda provocada por la ingestión de un anzuelo de siete centímetros que se le había clavado en la zona final del esófago. Esta es una de las primeras conclusiones de la necropsia que se le ha practicado al escualo, que falleció esta madrugada a pesar de los intentos del equipo del Aquàrium de Barcelona por reanimarlo.
Los responsables del Aquàrium han explicado en rueda de prensa que además del anzuelo de siete centímetros han encontrado otro de dos centímetros en el estómago del animal. Los anzuelos le causaron una gastroenteirits con ulceraciones de la mucosa gástrica e intestinal.
El biólogo del centro, Patricio Bultó, ha señalado que posiblemente el tiburón había ingerido los anzuelos accidentalmente al intentar comer alguno de los cebos que se utilizan para la pesca del atún. Bultó ha añadido que el animal habría fallecido igualmente si no lo hubieran llevado al acuario, aunque ha reconocido que el suceso podría haber tardado un poco más, ya que el estrés del traslado seguramente aceleró el proceso.
Los miembros del equipo que ha practicado la necropsia han señalado que otros órganos del tiburón como el corazón, bazo, riñones o hígado, no presentaban alteraciones, aunque han tomado muestras de los tejidos y las han enviado a la facultad de Veterninaria de la Universidad Autónoma de Barcelona y a la empresa Conzoolting para su análisis microscópico.
La hembra de tiburón gris, de unos dos metros y entre 15 y 20 años de edad, estaba débil desde su apresamiento. Tras su captura el lunes en la playa tarraconense del Miracle, en cuyas inmediaciones llevaba varios días, fue trasladada al Aquarium de Barcelona, donde se pensaba examinarla y, una vez recuperada, devolverla al mar. Finalmente, no pudo superar los problemas que presentaba y murió entre las dos y dos y media de la madrugada.
Desde su llegada, los submarinistas del acuario han estuvieron haciendo turnos para controlar el estado del animal y ayudarlo a recuperarse, impulsándole a nadar para que respirara. No obstante, los especialistas se mostraban pesimistas sobre las posibilidades de recuperación del animal, que presentaba una aleta dorsal atravesada por un arpón.
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