Indicios de violencia machista en el doble crimen de Cádiz
La policía de El Puerto de Santa María se enfrenta a un extraño y difícil caso: la muerte de un matrimonio anciano residente en su chalé. Él tenía un disparo en la cabeza. Ella, encerrada en el dormitorio con un cuchillo en la mano, no presentaba heridas visibles. Los investigadores sospechan de que puede tratarse de un caso de violencia doméstica con los esquemas habituales: él la mata a ella y luego se suicida. Pero la falta de testigos, la ausencia de lesiones en la mujer y la llamativa escena en la que quedaron los cuerpos complican la resolución. La autopsia, que se practicará hoy en Cádiz, dará pistas fundamentales.
Francisco Galán, de 67 años, y Milagros Galán, de 64, residían en una urbanización de la carretera que une El Puerto con Sanlúcar de Barrameda, en una enorme casa unifamiliar de color blanco de tres plantas. Compartía parcela con otras dos viviendas, que son propiedad de un hermano y un primo de la fallecida. Ayer el porche permanecía perfectamente ordenada una mesa con cuatro sillas de jardín. Todo estaba limpio en el exterior.
El 112 recibió la llamada de aviso pasadas las once de la noche del sábado. Un familiar descubrió los cadáveres cuando el matrimonio no acudió a una cita. La policía sospechó en un primer momento que él la había matado a ella y después se había quitado la vida. Es su principal línea de trabajo, aunque sin descartar otras, según detallaron fuentes de la investigación.
Él era empresario bodeguero y poseía varias propiedades en El Puerto. Ella también pertenecía a una familia acaudalada. Tenían tres hijos varones.
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