Greenpeace se cuela en una central nuclear francesa
Nueve activistas se han introducido de madrugada en la central de Nogent-Sur-Seine, a 95 km al sureste de París
Nueve activistas de Greenpeace en Francia, segunda potencia nuclear mundial, se han introducido de madrugada en la central de Nogent-Sur-Seine, a 95 km al sureste de París. Los militantes han logrado subirse a la cúpula del reactor y desplegar una pancarta denunciando la falta de seguridad de las instalaciones, antes de ser detenidos. La asociación ecologistas asegura haber llevado a cabo acciones similares en otras centrales, algo de momento no confirmado por las autoridades. El Gobierno sin embargo ha anunciado que se está registrado el conjunto de su parque nuclear en busca de posibles intrusos. La gendarmería ha arrestado a grupos de ecologistas en las afueras de otras dos instalaciones. El presidente francés Nicolas Sarkozy ha expresado: "Sobre la iniciativa de estos militantes, es bastante irresponsable arriesgar su vida y la de los demás. En lo que se refiere a la seguridad nuclear, publicaremos la totalidad de las auditorías, le debemos la transparencia a los franceses"
"Esta acción demuestra hasta qué punto las centrales nucleares francesas son vulnerables: ¡simples militantes, con intenciones pacifistas, han logrado, con pocos medios, alcanzar el corazón de una central nuclear!", asegura la asociación en un comunicado en el que reivindica la acción de Nogent-Sur-Seine. A media mañana, la organización, que cuenta en directo su acción en su blog aseguraba también que varios militantes estaban escondidos en otros complejos y lograban "desplazarse por sus instalaciones sin haber sido detectados por las fuerzas de seguridad ni por los sistemas de vigilancia".
La gendarmería por su parte ha confirmado que grupos de la organización habían desplegado sus pancartas frente a las centrales de Chinon, en Indre-et-Loire (centro), y de Blayais, en Gironde (oeste), y han encontrado escaleras en los alrededores del centro de investigación de Cadarache, en el sur del país, sin que los activistas llegaran a entrar en el seno de ninguna de las instalaciones. Un portavoz del ministerio del Interior ha informado que se están llevando a cabo registros en todas las instalaciones -19 en total en todo el país- en busca de posibles intrusos. Henri Guaino, consejero especial del presidente Nicolas Sarkozy, ha tildado la acción de "irresponsable por parte de Greenpeace".
La eléctrica EDF, propietaria de la central de Nogent-sur-Seine, ha confirmado el incidente pero asegura que "no hay señales de intrusión" en el resto de sus instalaciones. La compañía ha afirmado que los nueve militantes de Greenpeace "se introdujeron de forma ilícita en las instalaciones y fueron detectados inmediatamente por el dispositivo de seguridad". Su acción en el interior de las instalaciones "fue seguida en permanencia" por los equipos de vigilancia que decidieron no recurrir a la fuerza.
Los militantes "permanecieron siempre fuera de la parte industrial de las instalaciones", ha añadido el director de la central de Nogent-sur-Seine, Hervé Maillard, que ha asegurado que todo se había desarrollado siguiendo el protocolo de actuación. "La reacción fue proporcional al grade de peligro. Habíamos detectado que se trataba de militantes de Greepeace, pacifistas", ha explicado en conferencia de prensa.
Los activistas "han demostrado los fallos de nuestras centrales, abiertas como molinos de viento", ha reaccionado por su parte Cécile Dufflot, portavoz del partido verde EELV. "Greenpeace ha abierto una nueva brecha en el mito de la seguridad nuclear francesa", ha añadido. "El riesgo humano y el riesgo terrorista deben ser tomados en serio por las autoridades nucleares y por el Gobierno. El nuclear seguro no existe en Nogent, no más que en Tchernobyl o Fukushima".
A consecuencia de la catástrofe de Fukushima el pasado mes de marzo, Francia, que cuenta con 58 reactores repartidos en 19 centrales-, había pedido una auditoría para verificar la seguridad de sus instalaciones. Greenpeace denuncia que esta se basaba únicamente en el funcionamiento de las centrales y no en el riesgo de intrusión, y por lo tanto no toma en consideración el riesgo de terrorismo nuclear.
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